No sabía exactamente qué demonios debía sentir o hacer en momentos como ése.
Momentos en los que sus amigos, (que tenía por separado, hasta que a él le pareció una gran idea juntarlos) muy cachondos como para observar a su alrededor, se ponían a besuquearse frente a él. ¡Qué jodido asco!
Y no porque fueran una pareja de chicos, por supuesto que no, ya bien sabían todos en la universidad que él era un muy santo chico bi, sino porque ésos malditos eran sus amigos y no quería presenciar una escena de sexo entre ambos.
- ¿Podrían, por favor, ir a follar sus bocas a otra parte? Gracias.- SeokJin se separó de su novio, sonriendo con picardía hacia un muy asqueado YoonGi.
- Cuando quieras unirte sólo debes llamar, YoonGi. O mejor no, consíguete a un caliente muchacho que te quite lo amargado.- se burló NamJoon, sosteniendo de la cintura a su pareja.
- Que te den, Nam.- la parejita feliz rió, volviendo a lo suyo.- ¡Y encima que ya saben que estoy aquí vuelven a besarse, bastardos asquerosos! ¿Saben qué? A la mierda, los veo saliendo de clases.- caminó unos pasos, pero luego regresó, olvidándose de decirles algo.- Que no se les olvide que vendrán conmigo para ayudarme a desempacar, así que ni se les ocurra encerrarse en la bodega del conserje, de nuevo.- SeokJin le enseñó su dedo corazón, sin dejar de besar a su muy lindo novio. YoonGi bufó y se fue a su primera clase del día.
Su padre nunca quiso que estudiara lo que a él realmente le gustaba, fue por eso que, a mitad del primer año de la carrera que el viejo le pagaba para ser Abogado, decidió regresar a Busan, con su muy tierna y comprensiva madre.
Ella casi brincó de alegría en cuanto le dijo que quería regresar, que su padre era un dolor en el trasero que lo obligaba a estudiar algo que él no deseaba. Y que, además, tampoco aceptaba su sexualidad.
Así que desde hace un año que había regresado, y desde hace nueve meses que su mamá le pagaba la carrera de Música, pero no le agradaba demasiado tener que cruzar casi toda la ciudad todas la jodidas mañanas para tener que llegar a la universidad de Busan.
Un día le dijo a su madre que conseguiría un trabajo para poder alquilar un departamento cerca, con lo que no contaba era que todos eran jodidamente caros, y si bien le alcanzaba para pagarlos no quería quedarse sin dinero para comida y material indispensable. Fue cuando su madre le habló de ese apartamento, que tendría que compartir con ese chiquillo de su infancia, no tuvo más opción que aceptar. Era lo más considerable que había encontrado hasta ahora.
YoonGi por supuesto que recordaba a JiMin, ese niño cachetón con ojitos dulces y juguetones, y maldita sea, esperaba que el mocoso hubiera cambiado siquiera un poco, porque si seguía siendo igual de mimado que cuando eran niños no se iban a llevar para nada bien.
Recordaba una de sus muchas aventuras, cuando JiMin tenía cinco y él tenía siete, apenas semanas antes de que él se fuera a Daegu.
"- ¡YoonGi hyung, vamos a jugar a ser piratas!- chilló un pequeñito niño saltando de un lado para otro y tirando de la camiseta de su mayor.
-Yo ya no juego a ser piratas, eso es para niños pequeños.- y JiMin lo había mirado con tanto dolor, con tanta traición que había parado de saltar. Su boquita se había convertido en un puchero y sus ojitos estaban llorosos, YoonGi sabía qué era lo que venía después.
-¡Mami!- JiMin empujó a YoonGi para poder llegar a su madre, llorando desconsolado y con sus pequeñas manitos estiradas en dirección a su mami para que lo cargara.- ¡YoonGi es grosero, mami!, ¡él ya no quiere jugar conmigo!- lloró echando su cabecita al hueco del cuello de la señora Park.
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Don't smile on me. myg; pjm. YoonMin
FanfictionDonde JiMin no está satisfecho con su cuerpo, y YoonGi es su simple compañero de apartamento, que frustra uno de sus intentos de suicidio. Ver etiquetas, si no se está cómodo con alguno de ésos temas, no leer.