"Perdido en el bosque, susceptible al lobo feroz."

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Estaba ___ de manera radiante empacando todo para esta salida, en serio que estaba demasiado emocionada, demasiado. Hacía tiempo que su hermanito y ella no pasaban un tiempo en familia de calidad, con sus amados padres. Parecía que estos ya los habían olvidado o cambiado por el trabajo.

Los padres no eran la excepción. Ellos amaban aún más a sus hijos de lo que ellos eran capaces de imaginar, pero tenían la bendición de ser una familia adinerada, y no podían perder esta oportunidad que les brindó la vida para poder salir adelante. De cualquier forma, el hecho de que no sean los típicos padres trabajadores que se olvidan de sus hijos no evita que sí sean los típicos padres que piensan que con regalos caros sus hijos son felices. No, no, caballeros. Están en un gran error.

Todos terminaron de poner dentro de los bolsos y maletas las cosas que necesitan. Iban en auto, por si acaso. Nuestra protagonista tenía una lista de las cosas que llevar, necesitaba que esto fuera perfecto.

- Okey, ¿Mantel para poner la comida? - Preguntó ___, con lo que parecía ser una libreta y una lapicera/lapicero rojo.

- Listo. - Dijo su madre con una sonrisa, mientras sacaba del bolso un mantel a cuadros, típico para picnic.

- Cool. - Respondió ___ sonriente. - ¿Sándwiches? - Volvió a preguntar.

- ¡Listos! - Dijo energético su querido padre, mientras sacaba un tupper con sándwiches recién hechos dentro.

- Genial, ¿Bebida? - Dijo entusiasmada.

- Yoooo. - Su hermanito respondió levantando la mano y sacando una botella de 3 litros, de jugo de naranja.

- Perfecto. - Dijo satisfecha la hermana mayor, así tachando todos los objetos que habían en la lista. - Yo tengo el repelente y el kit de primeros auxilios en mi bolso, ¡Ya podemos partir! - Exclamó corriendo hacia la puerta y luego al auto, como niña pequeña.

Su hermano le siguió desde atrás, y ella le abrió la puerta, para luego entrar y cerrar la puerta. Sus padres llegaron segundos después riendo y se subieron.

- ¿Se abrocharon los cinturones, niños? - Preguntó, precavido.

- ¡Sip! - Dijo ___ abrochándole el cinturón de seguridad a su hermanito, ella ya lo tenía puesto.

- ¡Pues arranquemos! - Exclamó, y puso en marcha el coche.

El trayecto fue muy corto, unos 20 mins, pero era suficiente para cada uno de ellos, con tan solo compartir ese pequeño ratito en familia estaban más que contentos, ajá, con tan sólo estar todos en el mismo auto ya estaban bien. Imagínense la situación.

Llegaron al campo y colocaron todo, para luego sentarse y comenzar a comer. Hablaban de muchas cosas, de cómo iban en la escuela ambos, de cómo estaban, de cómo les iba en el trabajo a los padres, de los regalos de Alex, ya que en 2 semanas era su cumpleaños, de bastantes cosas en general.

Luego de un rato, los padres, abrazados, se quedaron hablando con su preciada hija de cosas que el pequeño Alexy no entendía, por lo que les dijo a sus papás que iría a jugar por los alrededores. Sus padres aceptaron. Grave error.

Mientras los otros tres hablaban de manera cálida, el hermano menor estaba entre las flores silvestres de aquél vivaz sitio, jugando con una mariposa que se había posado sobre una flor tan blanca y pulcra como la nieve. Al mismo tiempo que observaba fascinado la mariposa, se percató de una polilla, sí, una polilla que pasó frente a él y comenzó a revolotear alrededor suyo. Supongo que es porque las polillas se comen la tela de la ropa, como dice su mamá.

- Wow, qué mariposa tan extraña. - El pequeño mocoso nunca había visto una polilla, o al menos, nunca había reconocido una. No sabe cómo es una polilla.

Track, track... ¡Oh, no! Ese crujido otra vez. |Ticci Toby × Reader|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora