"Caperucita roja, no vayas de la mano con el lobo."

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Desperté de manera repentina y sobresaltada al percibir el tacto de huellas dactilares recorriendo mi cuerpo. Estaban tibias y cosquilleaban.

Lentamente abrí mis párpados, aún pesados como metal, y contemplé a Toby adormilado, acariciando los mechones de cabello que reposaban detrás de mi oreja.

— AHHHH, ¿QUÉ COJONES? — Grité "pálida". A excepción de prácticamente toda mi cara que se encontraba en estado de rubefacción.

— AHHH, MI OÍDO. — Me gritó en respuesta a mi exclamación.

A continuación, le pegué una patada.

— AHHH, MIS BOL- — Le tapé la boca con las palma de mis manos.

— Shh, cállate. —

— Cállame tú. — Me sonrió el muy libidinoso.

— ¡Imbécil! Lo digo porque mis padres nos escucharan. —

—Oh, JAJAJAJA ES CIER- —

A continuación, recibió otra patada por mi parte.

—A-Auchhh... — Murmuró antes de desplomarse en el suelo.

Sincerándome, fue atemorizante el hecho de haber golpeado a un asesino en serie que es físicamente superior a mí.
He descubierto que probablemente tengo más cojones que otras chicas. Ah, sí, y probablemente más que él en su estado actual luego de recibir dos golpes míos.

—JAJAJA era broma, no me dolió. —Dijo levantándose de golpe, para a continuación sacarme la lengua de una manera que me pareció envidiablemente adorable.

—Así que... —Comencé a parlotear. —Ahora eres mi novio, Toby Rodgers. Con que sí, eh. —Sonreí de manera cínica.

—Es la primera vez que siento tanto miedo en mi vida. —Confesó.

Simplemente me reí de su estúpido comentario y tomé su mano para bajar de manera precavida y cuidadosa. Ya había tenido suficiente esa noche como para que un nuevo interrogatorio policial se presentara en el desayuno.
Abrí el gabinete de la cocina y tomé los Goggles junto con el suéter a rayas de mi acompañante.

—Toma, póntelos que debemos irnos. —Empujé ligeramente los objetos contra su pecho.

—¿Y el desayuno? QUIERO WAFFLES —Bufó de manera descarada. Juro que si vuelve a hacer eso lo dejaré en estado de coma.

Le tiré de la oreja y le susurré de manera exagerada

—¿¡Acaso estás loco o sólo eres subnormal!? —Protesté enojada.

—Bueno, veamos... —Fingió pensar. —Tú me vuelves loco y me haces sentir subnormal, ¿cuenta? —Me sonrió burlón.

—A-ah. Cállate o yo me convertiré en asesina serial. —Acoté, con un tono de molestia que penosamente intentó ocultar la sangre hirviente de mis mejillas.

—Como digas, amor. —Acto seguido, lo golpeé.

.

.

.

Ya me había preparado para salir, y resultó, sorprendentemente, que mis padres estaban exhaustos anoche a mi entender, ya que ni siquiera se movieron de la cama en todo el tiempo transcurrido.

Aunque suene a lo que una idiota haría, abrí lentamente la puerta de mis padres para corroborar que se encuentren bien. Para mi alivio, se encontraban roncando, plácidamente dormidos. Un sentimiento punzante penetró mi corazón al pensar en Alexy. Solía venir a dormir entre ellos cuando tenía una pesadilla. Encontraba protección en este sitio. Lo cual me produce un revoltijo al pensar en la pesadilla que estoy viviendo yo. Quizás es un escape para mis padres dormir. Sentí el impulso de entrar y recostarme unos minutos, cuando el tacto de algo suave rozó mi pulgar. Y al voltearme, me encontré con la mirada consternada de Toby que yacía sobre mí. Mi estómago dio un vuelco al ver sus ojos.

Track, track... ¡Oh, no! Ese crujido otra vez. |Ticci Toby × Reader|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora