III

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—❝Y por más lejos que esté de ti, el mundo siempre nos llamará a encontrar ❞.

···

Con Olive terminamos de revisar las pruebas que el maestro Kettleburn nos había dejado como trabajo. Los sábados con mi mejor amiga trabajábamos a cambio de una paga miserable con el maestro que nos hizo el último año clases.

Le di mi parte ya realizada al maestro y luego Olive me imitó. Kettleburn no tardó en irse y quedé a solas con mi cómplice en el aula.

—¿Tienes planes?— preguntó.

—Pues, no en realidad, pero no puedo salir, recuerda que mis padres no saben que trabajo, creen que estoy ayudando en la biblioteca— repliqué haciendo una mueca, Olive asintió esperando a que continuará— y papá me vendrá a buscar, así que tampoco puedo irme contigo.

—¿Tu papá?— pregunto, sorpresiva.

—Ah, sí—respondí, me encogí de hombros para volver a lo mío.

—Ustedes no tienen buena relación ¿Se puede saber el motivo de su acercamiento?—curiosea.

Tome mi morral y lo colgué en mi hombro cuando termine de guardar todo.

—No lo sé, estaba preguntándole a mamá si me prestaba su carro para venir y el saltó de repente diciendo que el pasaría por mi— conté.

La verdad es que con John, mi padre, jamás tuve una verdadera relación, siempre me ponía como ejemplo a Jos y hablaba sobre lo genial que sería que yo fuera como él. Eso me enfurecía.

—Como sea, al menos viene y... ¿Jos?—Olive frunció el ceño.

La mire sin comprender y me dí una media vuelta sobre mis talones para ver al recién nombrado recargado en el marco de la puerta.

—Yo los dejo— murmuró, divertida mi amiga para luego besar mi mejilla y salir no sin antes decirle a Jos un «a por ella hijo tigre».

Jos rió ante eso y camino hasta mi sonriendo como siempre.

—¿Qué haces aquí?—cuestioné.

—Vengo a llevarte— dijo con sencillez y me quitó mi morral para llevarlo el.

—¿Y papá?— pregunté, de nuevo.

—No sé, solo me llamo preguntando si podía pasar por ti y le dije que si, andando pequeña pelirroja.

Eso me decepcionó, no el hecho de que Jos haya venido, me gustaba estar con él a pesar de que lo trataba mal, era mi forma de demostrarle que me importaba, como alguien con quien sólo convivo en casa, claro. Me decepcionó saber que papá no vino y quien sabe porqué.

—Ya veo...— tenía ganas de llorar sinceramente. Papá se iba a hacer viejo y seguiría con su actitud rara hacía mí.

¿Hice algo mal? Me gustaría preguntarse lo sin duda.

—¿Estas bien?— elevó una de sus cejas mientras me examinaba.

—Eh, si, por supuesto— recité.

—Avísale a tu cara— desvíe mi mirada pensando que responder— No tienes que decir nada, te llevaré a casa.

—Gracias José— me miró extrañado unos segundos y luego sujetó mi mano para guiarme hasta su auto.

Abrió la puerta del copiloto por mi y después rodeo el coche para ir hasta la del piloto y subir. El camino estuvo lleno de silencio, no uno incómodo, era cómodo, con Jos siempre me sentía así.

Lo que me recordó que teníamos una charla pendiente.

—Max, Maxine— llamó Jos agitando una mano en medio de mi campo visual haciéndome despavilar.—Ya llegamos— informó.

Asentí y baje del auto igual que él.

—¿No te gusto que te haya ido a buscar?— preguntó, tímido.

—¿Qué? ¡No! Claro que no, osea, me refiero a que me gustó mucho que tú hayas ido y, en verdad me gustó, no pienses lo contrario— sonreí.

Me sonrió también, tiró de mi muñeca para atraerme a él y tomarme desprevenida en un abrazo. Tardé unos segundos en responderle confusa por su acción tan repentina, digo, no fue para tanto lo que le dije, creo.

Nos separamos un poco para mirarnos a la cara.

Una risita se escapó de sus labios—: Te ves realmente linda sonrojada.

Y como la novela dramática que era mi vida la puerta se abrió dejando ver el rostro de mamá y Mariana.

—¿Jos, Maxine?— extrañada por lo que veía pregunto mamá llamando nuestra atención.

—Hola mami— mostré una sonrisa de boca cerrada y me di cuenta que aún abrazaba a Jos.

Lo empuje rápidamente y mire de frente a las mujeres.

—Ya veo lo que pasa aquí— dijo mamá llevando una mano a su cadera.

Mariana observaba todo divertida.

—¿Cuando planeaban decirnos que son novios?— continuo diciendo mamá.

Mis ojos salieron de su órbita y la mire sorprendida.

—¿Q-qué?— balbuce.














——·★·——
Hecho por riverconda.

Un beso ➳ Jos Canela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora