Un beso ➳ Jos Canela.

XI

[+16] Aunque igual leerás siendo que eres menor, but no me hago cargo de nada xde. Cumplo con advertirte ;)

No es necesario que lean este capítulo si no quieren leer partes nopor, no influirá en el resto de la historia.

Disfrútenlo.

···

Pronto ya nos encontrábamos solo en ropa interior, acariciándonos, besándonos y arrasando nos mutuamente con cada palabra y acción. Era un vaivén de emociones, por un lado estaba el placer y la excitación que Jos me hacía sentir, y por el otro estaba la dulzura de sus caricias, la forma en la que me susurra al oído cuanto me quiere.

Nos encontrábamos deshaciendo nos de mi brasier para luego tirarlo a algún lugar de la habitación. Los besos de Jos fueron abriendo paso desde mi mandíbula hasta mi clavícula y luego avanzar por mi pecho hasta dar con uno de mis pezones, donde comenzó a chupar y devorar haciéndome retorcerme bajo su tacto. Un jadeo se me escapó de los labios cuando se detuvo para subir directamente a mis labios donde volvió a besarme con intensidad, pase mis manos por su cabello castaño oscuro desordenando y tirando ligeramente de este.

Dudosamente, llevé mis manos al elástico de su boxer analizando y pensando si bajar de éste o no. Jos pareció notarlo, por lo que sus manos se posaron sobre las mías, y sin dejar de besarme, me guío a bajarlo dejando expuesto su ya grande, muy grande, erección. Mis ojos se salieron de su órbita al verlo y pensado ¿cómo demonios me iba a caer eso? volví mi vista a mi novio.

—No pienso hacerte daño— musitó cerca de mi oído dando caricias en mi cintura y cadera.

—Lo sé, confío en tí—respondí regalando le una pequeña sonrisa de boca cerrada, me miró con ternura y volvió a besarme.

Llevó a sus manos a deshacerse de mis bragas haciéndolas desaparecer del mapa completamente. No dejamos de besarnos nunca. Jos gruñía cuando su miembro se rozaba por casualidad con mi anatomía, yo no me quedaba atrás, con pequeños jadeos y gemidos ambientaba el ambiente sereno que posteriormente había. Cuando dejamos de besarnos por fin, se atrevió a introducirse lentamente en mí robándome el aliento por completo. Gemí su nombre por primera vez y clave mis uñas en su espalda. Jos comenzó a penetrarme con lentitud, la sensación que sentí fue exquisita y me sorprendí a mi misma cuando comencé a pedirle más y más mientras gemía sin control y gritaba su nombre por los aires.

Él no se quedaba atrás, gruñía y dejaba besos húmedos esparcidos por mi cuello, susurraba cosas a mi oído y aumentaba sus embestidas. La sensación que sentía era indescriptible, sentía que llegaría al clímax en cualquier momento, así que, en cinco embestidas más, Jos de desplomó junto a mi y se dejó caer sobre mi envolviendo me en un suave abrazo.

—Te quiero Max—murmuró con voz débil aún abrazándome.

—Y yo a ti, Jos— repetí antes de caer rendida en sus brazos.

Mi primera vez con Jos, y había sido inolvidable.

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