IV

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-❝Solía pensar que estaba mejor solo❞...

···

J o s

—¿Y entonces te besó?—preguntó Olive.

—Si—admitió Maxine. No podía ver su cara pero juraría que estaba sonrojada.

—¡No lo puedo creer!—chilló su mejor amiga.

Podría acostumbrarme a espiar las conversaciones de Maxine, aunque está mal, el deseo me gana.

Había pasado por la habitación de ella y sin querer escuche decir mi nombre, entonces me detuve y comencé a escuchar todo.

—¿Y te gusta?—volvió a preguntar Olive. Maxine no dijo nada—Por Dios, ¡Te gusta Jos!

—Baja la voz, podría escucharte—le reprochó la pelirroja.

—Respóndeme Grimes—le escuche decir a Olive.

—No sé, sabes, hasta ese día, cuando me pidió un beso a cambio de su silencio—contó—, estaba segura que lo odiaba por ser el favorito, pero me confundió y no sabes cuánto.

¿La confundo? Desearía gustarle como ella me gusta a mí, no confundirla.

—Sabía que esto ocurriría, era demasiado obvio. Las novelas de Wattpad siempre narran el como dos personas pasan del odio al amor, en su caso estarían en un punto medio o al menos por tu parte porqué estoy segura que le gustas a él—me di una bofetada mentalmente recordándome ser más discreto en el tema.

—No sé si le gusto...

No me gustas, me encantas, desde que te ví cuando entre con mi mamá y Fernanda por la puerta de la casa de los Grimes.

Decidí que era suficiente por escuchar, tampoco quería ser un acosador además de que Bryan ya estaba por llegar.

Volví mi camino hacia la primera planta y revisé mi móvil.

«Ya voy llegando, no te vayas a comer a Maxine con la mirada mientras no estoy» leí el mensaje que mi mejor amigo había dejado.

Bryan sabe que Maxine no es mi novia pero sí que me gusta. Ese día en la fiesta estaba bromeando pero al parecer Max se lo tomó en serio, aunque realmente yo salí ganando con todo eso por qué le robe un beso.

«Solo trae tu trasero hasta aquí»
Presioné enviar y fui a la cocina por algo de soda.

«Hermano hay tráfico, espérame»
Su mensaje volvió a llegar.

No respondí por qué unos pasos me interrumpieron, me asome a la sala principal y allí Maxine despedía a Olive.

—Tu y yo volveremos a hablar sobre el adorable cejas pobladas, no te creas que saldrás ilusa—advirtió la castaña justo antes de darle un beso en la frente a Maxine e irse.

—Tu amiga es intensa—dije a espaldas de la pelirroja.

Dió un brinco y se giró—: Casi me matas del susto, Jos.

—Sabes, en pijama te ves realmente linda—fingi dar un silbido y de inmediato las mejillas de Maxine tomaron color. Me acerque con cautela a ella.

—No digas esas cosas—reprochó. Intento taparse la cara con el cabello pero no logró mucho porque aparte su manos sosteniendo las.—¿Q-qué haces?—tartamudeo.

—También te ves linda sonrojada, creo que ya te lo e dicho antes—le sonreí. Nuestras caras estabas a una distancia poco conveniente para mi porque pronto perdería los estribos y terminaría besándola aunque sea lo que más quiera.

Entrelazó nuestras manos dejándose llevar por los impulsos, nos sonreímos y lentamente roce nuestras narices al igual que los labios. Nuestras respiraciones lentamente se mezclaban causando me un cosquilleo.

Pero allí término la función porque tocaron el timbre y suponiendo que era Bryan, debía ir. Maxine no dijo nada y se separó para luego irse cabizbaja.

Di un largo suspiro y fui a la puerta para abrirla.

—Estas completamente rojo, pareces tómate con hemorragia—se burló un Bryan sonriente. Rodé los ojos y me hice a un lado invitándolo a pasar. Seguro seguía sonrojado por lo que ocurrió hace no mucho con mi pelirroja.

—¿Quieres algo de beber?— pregunté llendo a la cocina porque lo más seguro es que me dijera que si, conozco a mi amigo como la palma de mi mano.

—Claro que sí— respondió mientras se tiraba en el sofá.

Llamaron a la puerta y como yo estaba ocupado sirviendo soda, Bryan fue a abrir.

—Soy Bryan Mouque, un gusto—oí como mi amigo se presentaba. De inmediato sentí curiosidad por lo que fui a ver de quien trataba: era Olive, la amiga de Maxine.

Ella y Bry se miraban como idiotas lo que me hace cuestionarme si actuó así o peor con Max. Decidí irrumpir en su mágico momento.

—¿Olive? ¿Qué haces aquí?

—Se me quedo mi chaqueta— la tomo en sus manos apenas la vio colgada en el perchero y nos sonrió a ambos para luego despedirse e irse.

Bryan lanzó un suspiro totalmente encantado por la chica que había visto, me reí internamente. Parece que a todos nos a visitado cupido.









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Hecho por riverconda.

Un beso ➳ Jos Canela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora