VII

218 31 3
                                    

—“Eres mi amanecer, eres el sueño que guía la luz de mis días...”

···

Baje las escaleras y fui al comedor donde mi familia desayunaba. Mi mirada y la de Jos no tardaron en encontrarse, nos sonreímos levemente y me senté junto a él.

Ambos sabíamos el significado de nuestras miradas: aquella noche. Nos besamos hasta que amaneció y luego salimos ambos del sótano sin decir nada, desde allí nos dábamos discretas miradas, roces y sonrojos.

Con respecto a mi familia, les habíamos dejado claro que Jos y yo no éramos novios... hasta ahora. Se decepcionaron un poco pero no importa realmente. Ahora Maxine Hunter me quedará como guante por lo sigilosa que seré.

Bajo la mesa Jos tomo mi manos y la entrelazó con la suya. A esto me refería, actuaba más meloso conmigo y yo de igual forma con él, parecíamos pareja.

Tome desayuno tranquilamente, cuando necesitaba ocupar mis dos manos me soltaba de la mano de Jos y hacia lo mío, luego volvía a entrelazar las.

—Hoy iremos al internado con Winnifred para conocer el campus, llegaremos tarde, Maxine no hagas algo estúpido como siempre mientras no estemos— jamás hacía nada—, Jos, confío en que cuidarás la casa— su advertencia me cayó como una patada en el estómago.

—¿Porque la advertencia va para mí?— espete molesta.

—Maxine no empieces— reprochó mi madre.

—No, en verdad quiero saber— contradecir era malo, ponía de mal humor a mis padres.

—Ya escuchaste a tu madre, señorita— Jos me dió un apretón de mano para que no continuará cagandola pero no le hice caso.

—Y tú ya me escuchaste a mi ¿Por qué eres así conmigo? ¿Porqué? ¿Hay alguna razón en específico o solo te nace? Jamás te e hecho nada, me porto bien y saco buenas calificaciones ¡Me aceptaron en la mejor universidad del mundo! ¿Qué demonios tengo que hacer para que dejes de una vez por todas tu actitud de mierda hacia mí?— mi voz sonaba rasposa y llena de irá, tenía ganas de golpear algo pero me contenía.

Papá se puso de pie dispuesto a irse pero lo detuve con otra pregunta—:¿Hice algo mal?

No dijo nada y continuó su camino a quien-sabe-donde.

Apreté mi mandíbula al punto de doler y salí de casa lo más rápido posible. Subí a mi auto y aceleré sin importar los gritos de llamado que pegaban mamá y Jos.

Dieciocho años preguntándome porqué mierda mi papá no tenía tiempo para mí, jamás ví que se comportará así con Winnifred e incluso a veces era cariñoso con mamá y ni hablar de su preferencia clara hacia Jos. Pero yo jamás fui suficiente.

Aceleré aún más. Jamás en mi vida había ido a esta rapidez, pero no me interesó en aquel momento, solo quería salir y desconectarme de la realidad.

Tenía a Olive, a Alonso... a Jos. Mamá podría estar en la lista si no le siguiera el juego a papá de ser tan mala conmigo, aunque a veces tiene estos momentos de armonía, jamás me a defendido y eso me pone mal.

Winnifred me odia, siempre busca hacer mi vida miserable recordándome el porque quiero salir luego de esa casa.

Aceleré más, ni siquiera sabía que eso se podía, pero acabo cuando cerré mis ojos unos instantes y luego pare de recordar.

Lo había conseguido sin duda, había escapado de la realidad quizás por cuánto.

\\Maratón, parte 3 de 3\\

Un beso ➳ Jos Canela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora