Las primeras veces no son especiales (Activa).

Capítulo 22. "Acciones de Amor"

5 años antes...

El amor seguía siendo un tema confuso para mí, seguía pensando en qué definía el amor... lo resumía en acciones. Acciones de amor únicamente. 

Amor era cuando mamá se levantaba a poner el café por la mañana y volvía a su cama... Después papá hacía el desayuno y le decía que ya estaba listo, pero ella sólo respondía que iba enseguida mientras tardaba un poco para que papá terminara llevando el desayuno a la cama. 

Amor era cuando James a los 5 años hacía leche rosa para mí cada vez que peleábamos o sabía que no estaba de ánimos.

Amor era cuando mamá me abrazó y besó en la frente después de que llegué de la escuela llorando a los 10 años porque me habían dicho que el ratón de los dientes no existía. 

Amor era cuando James a los 13 años estaba triste porque había perdido su domingo en el parque y quería comprar un helado, así que rompí mi billete en dos partes iguales. 

Amor era cuando papá cuidaba de mamá cuando estaba enferma y ella lo hacía también. 

Amor era cuando dos personas se enamoraban y juraban amor eterno en un altar.

Amor eran las acciones, pero también lo eran las promesas. 

¿Qué es una promesa? 

  Una promesa es un compromiso que asume una persona con otra a través de la palabra al comprometerse en el cumplimiento de una acción en concreto

Creía en eso... en las persona y su capacidad para cumplir su promesa. Papá me lo decía todo el tiempo, una persona vale por su palabra y si no puede cumplir su palabra... no tiene nada. 

Bueno, ahora no estaba muy segura de ello.

Tarde o temprano entendí que nuestras promesas estaban rotas, que lo dicho se resumía a un montón de palabras... Que perdían importancia y compromiso conforme se acumulaban.

Mientras encendía un cigarrillo pensaba en todo eso, en la primera vez que juré no fumar después de ver a mi madre fumando hecha un desastre al tener una pelea con papá, en la primera vez que me prometí no beber después de que James llegó hecho un asco aquella noche, en la primera vez que papá fue infiel y prometí no hacerle daño a nadie más...

Sí... su relación no era tan perfecta después de todo. Fue cuando era una niña y en ese momento no entendía lo que pasaba pero ahora tengo conciencia de que papá tuvo una relación fuera del matrimonio. Y no lo entendí hasta ahora, mamá no habla de ello y jamás se toca el tema. Pienso en lo jodido que es todo eso, no lograba afectarme hasta ahora. Que intento creer en las personas y sólo termino decepcionada, las relaciones no son perfectas supongo y las personas rompen sus promesas todo el tiempo. 

Incluso papá. 

Y después estaba yo... fumando un cigarrillo cada día y aumentando la dosis día con día, teniendo mis peores borracheras, y descartando el compromiso.

Rompía   con todas mis promesas, me di cuenta de que no era fiel ni siquiera a mis propios ideales ni a mí misma.

Entonces...

¿Cómo dos personas pueden serlo estando en una relación?

Tenemos ideas fantasiosas en las cuales creemos que la persona que está hoy a tú lado, sólo pensará en ti, sólo pasará los mejores momentos contigo, que será tú confidente y además que sólo tendrá ojos para ti. Al menos eso es lo que pensaba de el amor...

Que nadie lo haría sonreír más que yo, que nadie lo abrazaría en la forma que lo hacía, que si me enamoraba completamente sería con la misma intensidad que él lo haría por mí. Que si yo no lastimaba a nadie, tampoco lo harían conmigo. Pero ese no era el caso... ni lo sería. Nos jodimos.

Terminamos haciendo cosas estúpidas para mantenernos cerca pero en realidad sólo nos alejabamos y se sentían como si fueran puñaladas por la espalda. Él mentía al decir que después de todo podía ser su amiga y yo mentía al creerlo posible, pero era claro que no podíamos estar en los mismos lugares donde fuimos todo y después no éramos nada.

Nos jodimos al fingir que no dolía, que era algo normal, nos jodimos desde el principio y lo hacemos más ahora. Por ser estúpidos y forzar algo que no funcionaba. Éramos tan distintos, queríamos cosas distintas... No había conexión y quisimos aferrarnos a ello.

¿Qué pasó? Bueno, ya lo dije... todo se jodió.

Hubo alguien más... y no pude competir contra ello. Y dolía cada vez que él se acercaba a ella...

Morgan y yo nos despedimos. No había nada que hacer, las cosas estaban jodidas, él no dejaba de pensar en ella y yo no dejaba de pensar en él. 

Me sentía más rota, más decepcionada y mis posibilidades se iban en picada. Odiaba pasar por todo ese drama, que se vive en toda relación, quería que todo fuera rápido sin despedidas vacías ni hipocresía, quería salir intacta, quería olvidar todo y sólo volver a creer en mí.

 ¿Después de eso cómo volvía a mirarme al espejo sin compararme? 

Cómo volvía a verlo sin sentir que la ira se apoderaba de mí, cómo fingir si mis rodillas no podían seguir sosteniéndose y cómo me mantenía feliz sin que las lágrimas rodarán por mis mejillas.

¿Acaso es mejor que yo? No lo sé, pero me sentía aún más imperfecta. Yo lo sabía, todos esos mensajes, las llamadas, la falta de interés, se resumía a esto. Peleas tontas y sólo daño mutuo...

¿Recuerdas cuando prometiste que no me joderías?

Rompiste tú promesa y también rompí la promesas que tenía conmigo misma.

No te perdono, carajo. Sabías lo vulnerable que me sentía Morgan, sabías que por dentro era un torbellino y aún así me hiciste creer que contigo mis demonios estaban tranquilos, fui honesta. Te mostré quién era, fuiste testigo de mis momentos más oscuros y me abrazaste cuando me viste llorar mientras recurría a ti como una niña asustada... Conocías mis sueños, mis aspiraciones... Creí profundamente en un nosotros.

Incluso comenzaba a gustarme la rutina, la comida china se volvió mi favorita, conservé todas tus cartas.

Así que ¿dónde dejamos el amor? 

Dónde lanzo todas las acciones de amor que te dí y que me diste, porqué si esto es el amor... ¡Mierda! Prefiero no sentirlo. 

  Te lo dije, no creo en las relaciones... No creo en el matrimonio y ahora sólo pienso en que tengo razón. Me jodiste Morgan.