Eran las ocho de la noche cuando Val se presento en casa con la mochila de clase y una sonrisa enorme en su rostro. Por suerte fui yo quien abrió la puerta.
- ¿Lista para que haga contigo milagros? – dijo a modo de saludo.
- ¿Quién es Lucía? – grito mi madre desde el comedor.
- Es Val, ha venido para que nos arreglemos. Vamos a mi habitación.
Como para llegar a mi habitación antes hay que pasar por el comedor Val se paró a saludar a mis padres.
- Hola Val, hacía tiempo que no te pasabas por casa. – dijo mi madre dándole dos besos.
- Si hacía ya tiempo. – contestó.
- ¿Cómo van las notas? – preguntó mi madre.
- Oh, van bastante bien. Si sigo así podre entrar en la carrera que quiero.
- ¿Qué es lo que quieres hacer? Lucía aún esta indecisa respecto a ello.
- Quiero hacer artes escénicas, desde siempre me han gustado.
- Lucía deberías aprender y decidir tú también que quieres hacer, se te agota el tiempo. – intervino mi padre.
- Lo sé, lo sé… pienso en ello todos los días. – mentí. – Bueno ahora nos vamos a mi cuarto.
Arrastre a Val fuera del comedor antes de que mi madre saliera con más preguntas y fuera más complicada la huida. Cerré la puerta para que no nos oyeran. Val dejó caer la mochila sobre mi cama y empezó a sacar cosas.
- ¿Cuánto has traído? – pregunté temiéndome lo peor.
- Ropa para dormir esta noche cuando lleguemos, ropa para cambiarme hora, maquillaje y como buena amiga que soy me he tomado la libertad de escoger algo para ti.
- Tengo ropa propia.
- Lo sé, pero teniendo en cuenta tu depresión actual no sabrías combinar bien.
- Eres una exagerada. – refunfuñe fingiendo estar molesta.
- ¿Tú crees? Vale, pues dime que tenías pensado ponerte hoy. – dijo mirándome con los brazos en jarra.
Pensé en el conjunto que había elegido para hoy, un pantalón corto negro y una camiseta de tirantes anchos de color blanco con estampado de flores. Estaban colgando de la silla del escritorio.
- Eeemm… bueno eso de allí – señale la silla.
Val se acerco a la silla, cogió primero la camiseta y me miro arqueando una ceja. La volvió a dejar y se concentro en el pantalón.
- Podemos aprovechar esto, con la camisa de cuadros que te he traído no quedara del todo mal. – dijo volviendo a su mochila.
Nos vestimos las dos, ella se puso unos pantalones que tapaban poco más que las bragas, un top blanco anudado bajo el sujetador que mostraba todo el canalillo y parte del sujetador de leopardo y unos tacones negros. Yo iba con el pantalón negro, que por suerte al ser mío tapaba mi culo, la camisa de Val roja a cuadros que se hacia un nudo en la parte delantera y quedaba a la altura de las costillas y unas sandalias romanas mías de color negro que con muchos esfuerzos logre que los dejara pasar.
Las dos íbamos con el pelo liso y suelto y tardamos alrededor de una hora en maquillarnos. Encargamos pizzas y comimos en mi habitación. Finalmente a las once pasadas salimos después de las advertencias de mis padres en que tuviéramos cuidado. Nos dirigimos al metro y Val me indico cuando bajar. Era la parada de Plaza Cataluña por lo visto íbamos a un local allí cerca. Al salir nos encontramos con dos amigos de Val.
- ¡Hey chicos! – dijo corriendo hacia ellos.
Plantó sus morros encima de uno y se comieron los labios durante unos largos segundos. Era un chico más alto que ella con los tacones, de pelo negro corto peinado en un tupe y ojos marrones oscuros, era muy guapo y agarraba a Val por la cintura con delicadeza. Vestía bastante normal, pantalón tejano oscuro y una camiseta de tirantes gris.
Cuando lo soltó me giño un ojo e inclino la cabeza disimuladamente hacia el otro. Me fije en él y era todavía más guapo. Iba vestido con un tejano por las rodillas, un polo de Ralph Lauren azul clarito y unas Vans negras. Su pelo castaño peinado hacia arriba brillaba bajo los fluorescentes, su mandíbula era cuadrada, sus labios finos y rosados articulaban una media sonrisa, su pequeña nariz respingona… Era indiscutiblemente guapo. Pero lo que destacaba mas todavía eran sus enormes ojos verdes, brillantes y claros.
- Lucía te presento a Kevin, estamos saliendo desde hace unas semanas. Y este es su amigo Rubén. Ambos estudian ingeniería industrial.
Por si no lo sabía ya, esto dejaba más claro aún los gustos tan exigentes de Val. Guapos, atléticos y universitarios. El paraíso de Val, y muy pocos eran los que no caían bajo sus encantos.
- Un placer Lucía. – dijo Kevin dándome dos besos.
- Igualmente. – le conteste de puntillas para alcanzarlo un poco.
Después fue Rubén el que se acercó para darme dos besos, él era un par de centímetros más bajo que Kevin pero aun así me sacaría unos siete centímetros. Se agacho hasta estar a mi altura y luego me mostro su perfecta sonrisa blanca.
- Val no mentía al decir que eras muy guapa. – dijo con voz ronca que hizo que me ruborizara.
Inmediatamente me giré hacia Val fulminándola con la mirada. Ella se limito a encogerse de hombros sonriendo y agarrarse al brazo fuerte de su nuevo y temporal novio.
- Más vale que vayamos tirando para hacer cola y llegar a la entrada gratis. – dijo Val.
Ella comenzó a andar con Kevin, riéndose y haciéndose carantoñas de vez en cuando. Yo me quede detrás de ellos con Rubén, íbamos a pocos centímetros de separación y nuestros brazos se rozaban más de una vez. Notaba como me miraba y sonreía. Me ponía nerviosa, pero no podía evitar devolverle las sonrisas y sonrojarme a la vez.
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Sentimientos desvelados
FanfictionLucía esta terriblemente enamorada del mejor amigo de su hermano, Tom Hiddleston, que es quince años mayor que ella. Ella una chica de 18 años en el último año de bachillerato sin saber qué hacer con su futuro. Él, un hombre de 33 años, empresario...