Ese día en la escuela, su profesora de artes les pidió que hagan un collar para alguien importante en sus vidas. Todos lo hacían para sus padres o hermanos, pero Jungkook, obviamente, para su tío Taehyung.
Él estaba muy concentrado en su collar, tanto que ni escuchaba las órdenes que la profesora les daba. Pintaba los fideos y los pasaba por el fino hilo blanco, uno por uno, con delicadeza y precisión.
Cuando la clase terminó, sonrió feliz. Justo lo había terminado, ¡y le había quedado genial! Colorido y bonito, ¡estaba hermoso!
Tomó su mochila de Iron Man y, con su collar en la mano, salió de la clase. Aunque no contó con que unos chicos más grandes le empujaran, tomaran aquél collar que tanto se esmeró en hacer y lo pisaran sin piedad alguna.
-¡No! ¡Mi collar no!- El menor intentó salvar su collar de los pies de aquellos chicos, pero uno volvió a empujarle. Su trasero impactó contra el suelo, auch.
Cuando terminaron de matar a su pobre y hermoso collar, Jungkook sintió lagrimitas correr por sus grandes mejillas. Tomó lo que quedaba de su collar y salió de la escuela, corriendo hacia su casa que, por suerte, estaba cerca.
Entró, con la nariz rojita, e ignoró los llamados de sus mayores para tomar un paquete de fideos de su cocina y correr a su habitación.
Allí se encerró y estuvo toda la tarde haciendo otro collar, que no había quedado tan bonito como el otro pero tardó mucho en hacerlo, tanto que no pudo hacer su tarea y no había estudiado para el examen que tenía al día siguiente.
En la noche, con las mejillas bañadas en lágrimas otra vez, fue a la sala a darle el collar a Taehyung, el cual se encontraba solo ya que su parte había ido al trabajo.
-T-Taehyungie...- Sollozó el menor. El mayor le miró preocupado y se acercó a él, poniéndose de cuclillas para estar a su altura y llevando sus manos a sus cachetitos, limpiando el rastro de lágrimas.
-Kookie, ¿qué pasó? ¿Por qué lloras?
-E-En clase hicimos co-collares con fideos pero unos chi-chicos me lo rompieron... t-te hice otro pero no quedó co-como el otro...- El pequeño sorbió su nariz, y el rubio ni pudo evitar sonreír, sintiendo su corazón derretirse ante la ternura del pequeño.
-Seguro está precioso... pónmelo.- Con sus pequeñas manos temblorosas, Jungkook llevó el collar de fideos a la cabeza del mayor, la hizo bajar hasta que esta llegue a su cuello.- Mira, me queda fantástico.- El castaño, un poco más animado, sonrió, y Taehyung ante tanta ternura dejó un besito sobre sus labios.
Ese collar de colores siempre fue el collar favorito de Taehyung.
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