Miradas y empujones.

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Jimin logró hacer que Jungkook no llorara más. El pobre castaño estaba destrozado por lo sucedido, pero logró meterse en la cabeza que Taehyung era un imbécil y no merecía sus lágrimas.

Luego de eso, Jungkook salió de su casa por primera vez en cuatro días, quería, o bueno, necesitaba tomar aire fresco, liberarse un poco de todo lo sucedido, de todas sus alocadas emociones.

Así que, con sus típicos jeans azules, camiseta blanca y sus Timberlands, salió de su casa y fue hacia donde sus pies le guiaron. El suave viento golpeaba contra su rostro, despeinando su cabello y haciéndole sentir escalofríos. Otoño se acercaba y en Corea el frío comenzaba a hacerse más notable, aunque eso a Jungkook le agradaba ya que amaba el frío, tenía lindos recuerdos de su padre, Taehyung y él jugando en la nieve, riendo, con felicidad abrazando sus corazones. Sus miradas efusivas lo decían todo, eran una familia feliz.

El castaño, gracias a su desconcentración, chocó contra alguien y cayó al suelo.

—¡Lo siento!— Jungkook se levantó, compungido, e hizo una reverencia hacia el pelinegro frente suya, sintiendo la mirada fría de este chocar contra su cabeza.

—Idiota, ten cuidado. Personas como yo no debemos ser tocadas por personas como tú. Mira, arrugaste mi camiseta, imbécil.— Escupió el pelinego. Jungkook, algo sorprendido, sintió sus mejillas enrogecer por la vergüenza. Aunque, al recibir un empujón por parte de él, ese rojo se en sus mofletes se volvió de furia.

—¡No me trates así, estúpido!— Le dijo, viendo que el más alto tenía dos pequeños lunares sobre su ojo. No iba a negar que era guapo, porque lo era, y mucho. Pero también muy imbécil.

—¿Acabas de gritarme?

—Lo hice.— Jungkook le miró burlón y, luego de eso, sintió una mano impactar contra su mejilla.

Oh no.

A Jungkook no le había agradado nada eso. El jamás se dejaría golpear otra vez.

Enfadado, le empujó con fuerza y luego le dio un rodillazo en donde más le duele. Ja, por imbécil. Aunque luego, al levantar la mirada y ver a un rubio muy conocido al otro lado de la calle, mirándole fijamente, su sonrisa burlona se transformó en una mueca, y una muy fuerte presión se instaló en su corazón, a la vez que sintió sus ojos llorosos.

Nunca pensó que una simple conexión entre sus ojos dolería como el infierno, pero lo hacía. Dolía como la mierda.

Pero él era fuerte, él debía demostrarle que no estaba mal por lo sucedido. Así que, con una sonrisa falsa, se giró y retomó su camino.

No quería rebajarse ante alguien que no supo merecerlo.

«¡Taehyungie!» ✧Taekook✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora