Capítulo 7

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Y efectivamente como lo imaginaba, mi mamá no ha parado de entrevistar a Walter, pero hasta cierto punto estoy bien en que mi mamá lo entrevisté ya que yo también me quiero enterar a que se dedica exactamente, pero me interesa más conocer su personalidad, en cuanto trabajo responde todo sin titubear, pero en cuestiones personales le cuesta dar la respuesta. Y como no, si somos un trío de desconocidos que indagan en su vida personal, si la situación fuera al revés, creo que ya hubiera salido corriendo.

—ya basta Heidi— dice mi papa con voz suave —el señor ya debe estar harto de todas las preguntas que le has hecho—

—no se moleste señor Atwater, no tengo inconveniente alguno— su madre le ha dado una buena educación —mejor díganme ¿por que permitieron que Mine y Ximena abandonaran los estudios?— yo no le dije eso ¿o si? ¿Me ha investigado?

—ambas son muy rebeldes, sobre todo Mine— dice mi papá —la diferencia es que a Mine siempre le ha gustado trabajar, y pues Ximena decidió casarse a temprana edad— dice mi padre con tristeza —desafortunadamente el esposo de Ximena falleció a los pocos meses de haberse casado y Mine, ella ha trabajado desde que abandonó sus estudios— dice nuevamente —uno como padre siempre quiere lo mejor para sus hijos, pero no podemos retenerlos dentro de jaulas de oro, ellas tomaron sus decisiones y ahora deben afrontar las consecuencias—

—lamento que no seamos las hijas que ustedes deseaban— miro a mi papá —pero estoy segura que Ximena está contenta con sus decisiones, así como yo soy feliz con las mías, intentamos ser las mejores para ustedes pero no podemos ser quienes ustedes quieren—

—cierto— dice mi mamá —prefiero que hagan los que ustedes quieran y que sean felices, a que se conviertan en lo que nosotros queremos y que que sean unas amargadas, rebeldes e infelices— sonríe con ternura —aunque no estaría mal que de perdida terminaras el bachillerato—

—no me imagino en clases con puro puberto— sonrío negando —mejor me quedo como estoy, y sigo trabajando en la cafetería—

—podrías estudiar en línea— dice Walter —conozco muy buenos programas que te te ayudarán a terminar tus estudios—

—este joven me agrada— interviene mi papá —deberías hacerle caso— pongo los ojos en blanco.

—Mine— sentencia mi mamá por mi acto infantil. Walter abre la boca pero la cierra cuando su teléfono suena.

—disculpen— se levanta y se aleja un poco.

El timbre suena y yo me levanto para ir a abrir, del otro lado está mi hermana un poco agitada y despeinada, sus mejillas están acalorados y sonríe nerviosa.

—¿que te ha pasado?— la miro de pies a cabeza.

—nada— acomoda un mechón de cabello detrás de la oreja —eso de quedarse tirada no es de Dios— no deja de sonreír y su sonrisa provoca que yo también sonría.

—vamos al comedor, nuestros padres están ahí con Walter-

—¿y Carlos?—

—fue por Laura. Vamos— Ambas vamos a la cocina donde mis padres están despidiendo de Walter.

—lamento la tardanza— se disculpa mi hermana.

—¿te vas?— le pregunto a Walter.

—nos vamos— generaliza y no puedo creer lo que acaba de hacer.

—puedes irte, yo me quedo en casa de mi padres— niega.

—tengo una reunión importante y necesito de tu compañía—

—no— digo rotundamente —yo no se nada de reuniones—

—solo será por un par de horas— no, no tengo nada en mi armario para reuniones importantes.

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