06.- El enemigo de mi enemigo...

5.5K 616 153
                                    

Augusta no sabía si reír, llorar o lanzarse un Obliviate a sí misma. Había acudido a la cita que supuestamente era para conocer al tal Razvan Fericire. El editor de Razvan le había enviado una carta al hombre, y este había aceptado ver al posible cliente en su casa. Cuando Razvan vio quien era la cliente, ya era tarde para evitar la cita, así que hizo uso de todo su encanto y modales. Augusta pensó que era un hombre bastante joven de aspecto muy agraciado, según lo describió su editor y que ella comprobó en persona, pero lo que le importaba era su conocimiento de "cierta artes".

La cita fue pactada a la una de la tarde en la casa del propio Fericire, según le había dicho el editor a Augusta por vía lechuza. Cuando llegó a la casa, pensó que el lugar era adorable, y viendo el jardín, Augusta supo que el hombre tenía un hijo. Como este no estaba en la casa, supuso que ya estaba en edad escolar. Algie mismo estaba buscando una buena escuela para Neville y quizás al final de la charla, Augusta le preguntaría por la escuela.

Luego de las presentaciones de rigor, Augusta le explicó su situación a Razvan y este le sugirió una protección específica que mezclaba algo de barreras de sangre y barreras de intención, una barrera que lindaba el borde de "arte oscura" pero que era muy efectiva. Así, cualquier invitado que tuviera una intención maliciosa contra su familia no podría pasar, aun habiendo sido invitado o sería expulsado automáticamente de su casa, si es que ya estaba dentro de ella.

Estaban poniéndose de acuerdo para que Razvan fuera a la casa Longbottom a hacer las protecciones, cuando un vendaval de cabello negro y revuelto entro y saludo a su papá, luego corrió hacia su habitación un segundo después, seguido de un hombre de cabello castaño claro y cicatrices en la cara y otro que Augusta conocía bien.

—¡Sirius! ¡Remus! —.

—¡Oh mierda! —Dijeron los dos aludidos al unísono.

—¡Todos cálmense! —Fue la orden de Remus quien notó el suave deslizamiento de la varita de Augusta hacía su mano, mientras veía a Razvan bajo la lupa de la realidad.

El mismísimo señor oscuro era el tal Razvan, y no solo eso, el pequeño debía ser Harry Potter, dedujo Augusta rápidamente al ver ahí a Sirius Black y Remus Lupin. Su hijo Frank le había descrito muchas veces a sus compañeros de escuela y las descripciones encajaban. El motivo de qué demonios hacían ahí, estaba bajando las escaleras luego de haberse ido a cambiar.

—¿Qué pasa papi? —¿¡Papi!? El pequeño le acababa de llamar papi al mago oscuro causante de la muerte de sus padres. Augusta casi se desmaya de la impresión.

—Nada Harry, Madame Longbottom creyó oír un ruido y sacó la varita para protegernos, pero parece que solo fue un ratoncito ¿Por qué no vas a jugar a los columpios y luego te doy un poco de gelatina? —.

—¡Si! ¡Gelatina! Buenas tardes Madame—Dijo Harry dirigiéndose a la invitada de su papá—Regresó en un rato papi. Espero que sea de uva—El pequeño Harry salió hacia el jardín mientras iba jalando a Sirius, llamado Orión por el pequeño.

Quedaron solo Remus alias John, Tom alias Razvan y Augusta en la sala. Augusta miraba hacia Remus con una mirada que a este le recordaba tanto a McGonagall cuando le preguntaba "¿¡Qué demonios estabas pensando al ayudar a Black con sus bromas!?" y a Razvan a su amigo Abraxas cuando le decía que estaba por hacer algo estúpido. Era evidente que la matriarca Longbottom estaba esperando una explicación.

—Creo, que necesita que le contemos todo desde el principio Madame Longbottom, pero necesitamos saber por qué están aquí ¿Te ha enviado Dumbledore? —Augusta bufó molesta por la implicación de Remus.

—Por supuesto que no. No quiero volver a ver a ese hombre jamás—Augusta decidió volver a sentarse y Razvan convocó un servicio de té más grande que el anterior y una botella de Whiskey añejado. Pensó que iban a necesitarlo en un momento más. Remus mientras tanto, lanzo algunos hechizos de silencio para evitar que su conversación pudiera ser oída por Harry.

Deus Ex MachinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora