Desde el primer encuentro que ambos tuvieron ya había pasado dos meses y las cosas iban empeorando. Yurio como era de esperarse se ponía a la defensiva y no permitía por nada del mundo que el kazajo después de lo que le hizo se le acercara, por esa razón todos los días se mantenía encerrado en la recámara obligando al moreno dormir en la sala. Las únicas veces que llegaban a tener una muy escasa como corta conversación era cuando le dejaba un plato de comida que ordenaba para que por lo menos el tuviera algo en su estómago o cuando recibía gritos, insultos, empujones o en los casos mas extremos le arrojaba objetos con la intención de lastimarlo. Para ser un omega era muy agresivo, caprichoso como rebelde. Algo no muy común de ver en alguien de esa especie, teniendo la desafortunada oportunidad de vivirlo.
Era razonable que el tuviera ese tipo de comportamiento ya que lo había violado, lo obligó a entregarle su cuerpo de la forma mas terrible que podía existir, aunque el menor ya no era virgen se sentía culpable. Pero era obvio que el ruso había vivido cosas peores en aquel casino de mala reputación quien sabe por cuanto tiempo.
Con toda la cautela del mundo entraba a su "recamara" con un plato en mano que contenía el desayuno del menor que como se volvió costumbre dejarle en el escritorio pero esta ocasión fue diferente ya que una noche antes el fue a un supermercado para comprar un poco de fruta debido a que todos los día comía comida rápida y pensó que estaría bien que comiera algo saludable de vez en cuando, por la misma razón se paro mas temprano de lo normal para tener tiempo de prepararlo, un poco mal hecho pero que se esperaba de el era la primera vez que hacia algo así ya que habitualmente le pedía a su secretaria que le pidiera algo de desayunar de la cafetería de la empresa.
Cuando dejo el plato en el escritorio fijo rápidamente su mirada al rubio que dormía plácidamente en su cama, dejando ver su pálido pecho debido a que los botones de la camisa que llevaba puesto estaban desabrochadas dejándolo completamente expuesto además de que su dulce aroma invadía su nariz haciendo que su olfato se agudizara, una desventaja de un alfa eran sus sentidos son mas desarrollados y por ello era mas fácil de que ellos pierdan el control mas rápido.
Pero repentinamente el aroma de hierro característico de la sangre lo hizo soltar un gruñido al instante de que se hizo presente en sus fosas nasales. El aroma del kazajo cambio repentinamente a la vez fuerte que provoco que el rubio aun dormido se pusiera en guardia. Al sentirse expuesto abre los ojos repentinamente, movía los ojos en búsqueda del responsable de ese aroma que hacia que se estremeciera que al verlo ahí parado frente a el en silencio hizo que el se pusiera en alerta.
- ¿¡Que carajos haces aquí!? - el menor rápidamente tomaba el florero que tenía su costado y lo tomaba con la intención de arrojarselo.
- Solo vine a dejarte tu desayuno.
El menor se mantenía en silencio inspeccionando de la cabeza a los pies al kazajo para después fijar su mirada al escritorio pudiendo observar el plato. Con dificultad disfrazada de cautela se movía lentamente hacia su dirección debido a que no podía moverse como deseaba ya que todavía le costaba mantenerse en pie. Apoyándose de la esquina del escritorio se daba fuerza para tomar asiento en la silla sin poder evitar soltar un leve gemido de dolor al echar todo su peso a su trasero que le dolía como si una mula le hubiera propinado tremenda patada a su retaguardia.
Sin perder tiempo el rubio comenzó a devorar el plato como sí no lo hubiera hecho en días mientras que el moreno sólo lo miraba en silencio hasta que nuevamente el aroma mezclado con la sangre se hacia presente nuevamente, con una mirada rápida observaba la que una vez fue una cama que con las sabanas blancas y pulcras pero esta vez estas estaban manchadas de sangre.
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MI LINDA MUÑEQUITA DEFECTUOSA
FanfictionYuri Plisetsky un omega de tan solo 19 años que tenia una vida normal hasta que por circunstancias del destino termina en un burdel para ser vendido como una muñeca sexual de carne y hueso a cualquier alfa que le llegara al precio. Otabek Altín un...