Capítulo III

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John suspiró hondo, observando a ambos seres aún sin ser capaz de sentirse de ningún modo.

– Les quiero dar un golpe en el rostro a ambos –Explicó asintiendo un par de veces sin apartar la vista de ellos– pero no me siento lo suficientemente molesto para eso.

– Es cosa del Limbo –Explicó Gabriel– no te puedes sentir de ninguna forma.

– Si no hay ni dios ni demonio, tampoco hay tristezas u alegrías. Bien, si es la primera vez que llegas al lugar sí sientes emociones y esas cosas –Continuo Kira, John asintió al entenderlo.

– Como sea –Murmuró– ¿Cómo suponen que viva? –Gabriel suspiró exasperado y se puso entre John y Kira observando al primero– no sé de qué hablan y no entiendo mucho de eso. Sólo sé que quiero volver a mi otra vida o lo que sea.

– Puedes hacerlo –Comentó Gabriel– pero no cuentes con nuestra ayuda –Kira emitió un sonido algo agudo y apartó a Gabriel de en medio.

– Y te haces llamar ángel –Bufó molesta y se aproximó a Gallart– púes, no puedes cambiar la vida de Tobías, no en el sentido de dejar todo lo que él era para ser lo que tú eras, es posible, sí, lo es, pero no tienes asegurada la vida que antes era tuya –Suspiró mirando al suelo apretando la manos en la tela negra que la cubría– tienes que vivir como Tobías, ya no puedes ser Jonathan, debes aprender de la vida que se te ha impuesto y hacerla tuya como sea.

– ¿Cómo planeas que lo haga? No sé quien rayos es el tipo que acabo de dejar en esa casa –Alzó un poco los brazos y luego los dejó caer nuevamente de golpe– no sé su nombre, no conozco esta vida. Porque no es mi vida ¡Por ese simple hecho!

– Cariño, calma. Yo te voy a ayudar y obligaré a que Gabriel también lo haga –Explicó la chica mirando a John y luego posteriormente miró a Gabriel con rabia– ¿A qué sí, Gabriel?

–No pienso ayudar en nada –Se encogió de hombros, dio la media vuelta y se dispuso a irse.

– ¡Entonces le diré todo a tú superior! –Gritó ella– A fin de cuentas el error no fue mío –Gabriel se detuvo y se dio la vuelta de regreso, caminando de nuevo a donde estaban ellos dos– Estás tan metido en esto como yo, y no me dejarás a mi sola el trabajo. Zorra bendita.

Gabriel suspiró y caminó hasta John, la amenaza de Kira había servido aparentemente.

– Te ayudaré en eso de nombres y esas porquerías –Murmuró con cierto enfado y se volteó a donde Kira– y tú, formaliza tú vocabulario, demonio.

Kira se quedó callada pero molesta, tragándose el enfado por detrás de Gabriel.

Éste, por su parte acerco su mano a la cabeza de cabellos rojos de John, sin decir nada o dar alguna explicación la retiró al paso de unos pocos segundos.

 – ¿Eso qué? –Musitó John, con una ceja enarcada al no sentirse diferente con eso.

– Púes te ayudará, cada que veas a la cara a alguien verás un par de recuerdos. No sé qué es lo que verás de cada uno, pero te ayudará –Explicó Gabriel y luego simplemente volvió a su lugar atrás de Kira. Al parecer lo que había hecho había sido más por la amenaza.

– Ok, ¿pueden darme al menos el nombre del tipo de la habitación de hace rato? –Preguntó, rascando su nuca.

– Sé poco de Tobías realmente –Musitó Kira acariciando su barbilla, diciendo un par de nombres al aire por un par de minutos– Lucio… Luis… Oh ¡Lucca! Lloyd Green, Lucca –Musitó ella con una gran sonrisa, era una sonrisa genuina que le llegaba a los labios y a los ojos. Y a diferencia de Gabriel ella había dicho el nombre normalmente y no como una máquina– solo eso.

John asintió luego de suspirar y aspirar hondo.

– Yo me encargaré de que Kira este contigo hasta que pueda seguir tú solo –Musitó Gabriel con el ceño fruncido y la aludida enarcó una de sus cejas casi hasta el inicio de su cabello.

– ¿Yo? ¿Yo sola? –inquirió volteando a ver a Gabriel con una sonrisa forzada. Gabriel simplemente asintió– oh no, no me dejarás sola en esto ¡Ya dije! Estamos ambos metidos en esto y ambos lo resolvemos –Picó con su dedo el pecho de Gabriel y él simplemente lo quitó con delicadeza– eres un egoísta, zorra bendita y egoísta.

– Sigue sin agradarme tú vocabulario, demonio –Musitó con calma y los brazos cruzados, un nuevo piquetito insistente se posó en su pecho y él simplemente volvía a alejarlo con la misma calma.

– Ay, qué bueno que no te guste, porque a mí me encanta decirte de esa manera –Espetó en manera de burla, riendo de la misma manera e insistiendo con los piquetes.

– Oigan… –Murmuró John intentando llamar su atención pero ambos seguían discutiendo, bueno, Kira seguía discutiendo, Gabriel estaba tranquilo e indiferente– ¡Oigan! –Gritó, causando que los dos seres se volvieran a verlo.

– Uh ¿Qué ocurre cariño? –El tono de Kira era algo más maternal que molesto cuando se dirigía a John y éste supuso que era cosa de la culpa que tenía.

– ¿Cómo pueden ser tan parecidos y a la vez ser tan diferentes? –Inquirió con una pequeña mueca y ambos seres lo observaron sin entender. Gabriel observó unos segundos a Kira y ella lo observó a él también.

– No somos iguales –Espetaron al unísono, volteándose a ver a John al momento de decirlo.

– Es decir, –Dijo luego Kira– él y yo nunca hemos sido ni seremos iguales. Yo soy un Dios de la muerte en proceso, y él tiene el cargo de Lame botas oficial desde antes de aprender a volar –Una pequeña risa salió de la boca de John y luego le hizo coro la risa de Kira, pero Gabriel no había ni sonreído y al ver el rostro severo de éste ambos callaron al instante– es algo complicado. Tal vez luego te lo explique –Sonrió y John asintió con una sonrisa igual– es hora de que vuelvas a casa.

Casa, esa sola palabra le traía recuerdos a Jonathan, buenos y malos. Y el pensar en volver con ese tal Lucca que tan alegremente lo había besado esa misma mañana, le causaba escalofríos.

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Hey! creo debí poner esto desde el principio, lo que sea. Gracias por leer éste enrredo :D estoy como "emocionada" por estar desarrollando esta historia y me alegra mucho que gente la este leyendo :)

En fin, ¡Gracias por leer! 

Desde Cero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora