*NARRA LISSA*
Dos días llevo viviendo con Rubén y todo son risas y bromas, y aunque parezca extraño no ha habido ningún beso.
Extraños sus suaves, tiernos y dulces labios pegados a los míos, y su lengua jugueteando con la mía… pero no sé por qué no me puedo quitar de la cabeza a Frank, sí, sé que soy tonta porque estoy viviendo con un bombón y yo solo pienso en otro, pero la verdad, es que no sé porque pienso tanto en Frank.
<<Porque sabes que te gusta>>
Sí claro primero dices que me gusta Rubén y ahora Frank, venga…
<<Pues claro que sí tonta, tú no te das cuenta pero te gustan los dos, y no lo niegues más. >>
Bueno… y que hago si me gustan los dos? ¡Que no es el caso! Pero solo por saberlo.
<<Ya claro, claro… pues solo tienes que decidir Staxx o Rubius>>
Ding- dong
Llaman al timbre y se sacan de mi discusión con… sí, conmigo misma…
Voy a abrir la puerta y me encuentro con una chica muy guapa, con el pelo rojo, unos ojos preciosos verdes, con un cuerpo espectacular. Ella se queda mirándome y yo a ella también.
-Em… hola, quién eres?
-Ah Hola, soy Lissa, una…-<<amiga, solo eres su amiga>> me recuerda mi conciencia- una amiga de Rubén, y tú?
-Soy Jenny su… novia.
Noto como mi sangre se para por completo, y mi cara se pone pálida. Novia. Una palabra. Cinco letras. N-O-V-I-A. No puede ser, él… él me besó más de una vez y…
-Hey estas bien?- me preguntó ella preocupada al verme pálida.
-Em… sí claro, pasa, ahora le digo que has venido.
-Vale- dice ella sonriente.
Me dirijo a mi habitación, creo que es hora de volver a casa con… Frank.
No sé porque cuando pienso en él siempre sonrío, ¿Por qué?
Estoy en mi habitación recogiendo mis cosas, cuando noto unos brazos rodeándome la cintura, era Rubén.
-Rubén… tu novia está en el salón.- en ese momento se separó rápidamente de mí.
-¿Qué?- dijo sorprendido
-Sí Rubén- digo mientras me doy la vuelta para mirarlo- Tú novia está en el salón.
Él desvió su mirada de mis ojos a mi mochila que estaba llena de ropa encima de la cama.
-¿Y tú que haces?- me preguntó.
-Me voy Rubén, vuelvo a mi casa, llevo ya dos días aquí, y creo que es hora de que tú te quedes con tu… novia- al decir esa última palabra mi voz se quebró un poco- Y yo me vuelva a mi casa.
-No pero… te puedes quedar aquí todo el tiempo que quieras
-Y te lo agradezco pero creo que debo irme.
-No Lissa te…
-No! Rubén me voy, y no me vas a convencer para que me quede – le regalé media falsa sonrisa.
Él enfadado se fue lleno de rabia al salón.
No entiendo por qué se enfada, si tarde o temprano me tenía que ir.
Metí todas mis cosas, ya tenía casi todas mis cosas dentro, solo me faltan unos tacones que tengo en… Mierda están en el salón.
¿Y si los dejo aquí y vuelvo otro día a por ellos?
<<Lissa no seas tonta, o piensas irte sin despedirte?>>
Si hace falta salir por la ventana para no verlos lo haré.
<<¡¡Que tonta eres chica, ve con un par de ovarios y coge tus tacones de una puta vez!!>>
Vale, vale, no hace falta ponerse así
Decidí hacerle caso a mi conciencia, me llené de valor y salí de la habitación, me dirigía despacio y silenciosa, ellos hablaban pero no los escuchaba mucho, ya que hablaban muy bajo.
Llené mis pulmones de oxígeno, y entré en el salón. Los dos se giraron a mirarme.
-Lo siento, solo vengo a por mis tacones.
Antes de que contesten algo, cojo mis zapatos y vuelo a la habitación.
Ya lo tengo todo, es hora de irme.
Voy andando por el pasillo con muchas ganas de volver a mi casa. Durante estos días he hablado con mi madre, con Fred y con mi tío. Y los tres están muy bien, solo que mi abuela está un poco más enferma, pero seguro que ella sale de esta.
Llego al salón con mi mochila en la mano.
-Bueno em… Jenny ha sido un gusto conocerte, y Rubén ya nos vemos.
-Igualmente- contestó Jenny.
-Lissa, espera te acompaño a la puerta.-asentí
-Adiós Rubén.
Él peligrosamente se acercaba a mí, pero no, no podía besarme estando su novia dentro.
Aparté mi cara y me giré para subir al ascensor.
Las puertas del ascensor se cerraban, y en ese momento solo estábamos él y yo mirándonos.
