Destino Innegable © || Mikayuu #AwardsNoSeraph #DefinitivosAwards19

【 x: ᴄᴏɴᴏᴄɪᴅᴏ 】

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Declaimer: Owari no Seraph/Seraph of the End (終わりのセラフ) Historia de Takaya Kagami e ilustrado por Yamato Yamamoto.

Pareja: Mikaela Hyakuya x Yūichirō Hyakuya.

Nota: Este capítulo es sumamente corto, apenas llega a las cinco mil palabras. Aún así espero que lo disfruten y deben saber que lo hice con el mayor esfuerzo.

Gracias por leer y no olvides que amar es votar~

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"Un conocido es la persona con quien se mantiene un trato pero sin llegar a una amistad. Son aquellas que conversan de temas generales, pero sin llegar a tener un vínculo demasiado estrecho."

• Capítulo X, Conocido •

[Narrador: Yūichirō Ichinose]

—Siempre la verdad... —Shinoa se paró sobre la silla fingiendo que la cuchara era un micrófono —Vencerá a todo el mal, y si tú... —Me apuntó —Quieres ser... un guerrero, vencerás.

Miré a Guren pidiéndole ayuda con la mirada.

Pero él estaba igual de sorprendido que yo al ver que repentinamente Shinoa se había levantado de su lugar, dejando a un lado el estofado que había preparado papá, y ahora estaba cantando un clásico de los clásicos.

Mientras ella seguía cantando, subió una de sus piernas a la mesa haciendo una exagerada pose de idol que desconocía.

Sus gestos eran exageradamente ridículos y parecía estar haciendo la danza de la lluvia tratando de fingir que sabía bailar; o al menos moverse mientras estaba fingiendo cantar.

Sin mencionar que Shinya aplaudía al son de la nada melódica voz de mi mejor amiga.

Al ver que él también se había levantado de la silla para seguirle el juego a Shinoa, junto a Guren supimos que no había marcha atrás.

Nuestra casa sería el lugar donde se realizaría el cántico del diablo y las voces de aquel intento de dúo musical darían paso al nacimiento del anticristo usando la sangre de nuestros oídos como leche materna.

De acuerdo; estoy exagerando.

Pero de que cantan mal, cantan mal, y eso nadie puede negarlo.

—¡Pegasus fantasy! ¡Luz y libertad! —Cantaron al unísono compartiendo la cuchara que sostenía Shinoa.

Miré a Guren con intensidad.

Observaba a aquel par con su clásica expresión de póker face, al sentir mis ojos me observó fijamente.

Haber mantenido la mirada entre ambos fue una muy mala idea, porque yo sentí aquella observación como una especie de llamado de rebeldía que no dudé en responder.