Destino Innegable © || Mikayuu #AwardsNoSeraph #DefinitivosAwards19

【 xɪ: ᴍɪᴇᴅᴏ 】

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Declaimer: Owari no Seraph/Seraph of the End (終わりのセラフ) Historia de Takaya Kagami e ilustrado por Yamato Yamamoto.

Pareja: Mikaela Hyakuya x Yūichirō Hyakuya.

Nota: Ninguna en particular, disfruten ese nuevo capítulo después de novecientos años. Saben que los amo :3

Gracias por leer y no olvides que amar es votar~

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"Sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario."

• Capítulo XI, Miedo •

[Narrador: Yūichirō Ichinose]

Miré con curiosidad a las tres personas que estaban frente al sitio que se le designó a Yoichi, por algún motivo que aún desconocemos.

Mis ojos se abrieron como platos al ver que frente a él estaba Mikaela, podría reconocerlo incluso con ese gorro de lana que parecía cubrir gran parte de sus cabellos dorados. En cuanto nuestros ojos se cruzaron rápidamente dejó al descubierto sus brillantes ojos azules y pude ver mejor su mirada.

Parecía tan sorprendido como yo.

Di un paso hacia el frente para correr hacia él con una sonrisa en mis labios, aunque al instante detuve todos mis movimientos en seco.

Estaba en una comisaría debido a que mi mejor amigo había comenzado una pelea en la vía pública lo suficientemente fuerte como para que la policía lo llevara a la estación, y por si fuera poco, a pesar de ser estudiante debe pagar una multa por disturbios.

Cálmate Yūichirō, estás aquí por Yoichi; que Mikaela, René y Chess estén frente a la celda de Lacus no significa que sea uno de los responsables del conflicto.

Sacudí mi cabeza de un lado a otro para dejar de tener aquellos extraños pensamientos.

El hecho de que en la fiesta de Chess haya visto a Lacus y Yoichi discutiendo, no significa nada; tampoco el hecho que durante la mañana siguiente mi mejor amigos haya estado asesinando los panqueques papá y refunfuñando entre dientes distintos tipos de insultos.

Con algo de temor, y con mucha fuerza de voluntad, volví a girar sobre mi eje esta vez para dirigirme a la celda de mi amigo en compañía de Shinoa.

Mi mejor amiga trató de abrazar a Yoichi a través de las barrotes, pero él instintivamente dio un paso hacia atrás cubriendo sus cuerpo con temor. Me dedicó una sonrisa nerviosa y yo tiré del cuello del abrigo de la pelimorada para que dejara su acoso.

—¡Yoichi! —Exclamó ella fingiendo que estaba limpiando una lágrima —Mi pequeño bebé, ¿Estás asustado? ¿Te hirieron?

—Eh... e-estoy... bien —Tartamudeó el castaño con un rubor en sus mejillas.