Capítulo 41. Dispuesto

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Damien Westermann

Llegamos a Houston, Texas, pasamos desaparecidos ante las personas y la prensa, estaba seguro de que nadie se había dado cuenta y eso estaba excelente. Nos habíamos quedado en un hotel que Nina reservó por toda la semana que podíamos estar aquí, dormimos solo lo necesario para descansar de tan largo vuelo, después iríamos a casa de Katherine, dispuestos a encontrarnos de nuevo con ella.

—Saldremos por la puerta de emergencia, no queremos que nadie te vea. Ponte esto —me lanzó una sudadera con capucha —Nadie puede reconocerte.

Me la puse sin protestar, a mediados de octubre el clima lo ameritaba. El teléfono de Nina no dejaba de sonar, ella contestaba y decía que no podía arreglarlo hasta más tarde, así siguió respondiendo las demás llamadas entrantes y ella respondía cada vez más furiosa.

—¿Qué sucede? —le pregunté cuando empezó a maldecir en voz baja en lo que se preparaba para salir conmigo, se puso una peluca para que nadie la reconociera, ella tenía muchas fotos conmigo que podían reconocerla también a ella.

—Es Jack, está hablándome por unos asuntos del nuevo caso que acepté. Le dije que lo arreglara sin mí. 

Me puse serio y ella lo notó, claro que me afectaba que ella estuviera perdiendo su trabajo por estar conmigo, ese no era el plan desde el principio.

—Me hubieras dicho que tenías trabajo, podía esperar a que terminaras el caso.

—No es nada del otro mundo, Damien. Es solo un trámite de divorcio como los que he hecho antes. Jack puede arreglarlo. —añadió con mucha naturalidad.

Me parecía raro que actuara tan normal en este tipo de casos, era como si no le importara estar atendiendo casi siempre los casos de divorcio, hasta parecía divertirle.

—Seguro que no crees en el matrimonio con tantas demandas de divorcio que tienes que afrentar. ¿Cierto? —aventuré, huyendo de sus ojos.

Ella sonrió, analizándome, creyó que la pregunta tenía otra intención.

—Mm...Tal vez, ¿Por qué lo dices?

—Por la forma en la que te expresas.

—Pues...No lo sé —respondió brevemente, encogiéndose de hombros. —Supongo que tengo que creer en ello porque mis padres están casados aun.

—No, no es así —la interrumpí, volviéndola a ver, ella estaba intrigada —Tú puedes creer en lo que quieras, no tienes que pensar lo mismo que los demás, ser diferente es lo que te hace único.

Dio una pequeña sonrisa, ni siquiera duró nada, fue rápida pero logré ser testigo de ello. Volvió a encogerse de hombros y siguió arreglándose la peluca, su disfraz era más elaborado que el mío .

—Sí, lo sé, lo dice todo el mundo —admitió, viéndose en el espejo y al mismo tiempo a mí a través del reflejo —La cuestión es que nunca me gusto ser igual a los demás.

—Eso es lo que tenemos en común —acepté sin evitar sonreír y ruborizarme al mismo tiempo, estaba seguro de que ella también lo hizo, pero no quise comprobarlo, la vergüenza me tenia con los ojos abajo.

Después de unos minutos más estuvimos listos para salir, ella había alquilado un auto que ya estaba aparcado afuera. Salimos lo más sigilosos posible y arrancamos el auto esperando que nadie nos hubiera reconocido. Encendió su GPS y sacó un papel para ingresar la dirección, nunca supe cómo ni quien se la había conseguido, juraba que no pudo ser la prensa porque nunca publicaron nada. No existía esa posibilidad.

—¿Cómo conseguiste la dirección de Katherine? La prensa jamás lo supo, no vi nada en el periódico, ¿Quién te la entregó?

Ella seguía luchando para vincular el GPS con la dirección de Katherine y aprovechó el trabajo para excusarse y no darme la atención que debía, tardó en responder y aunque me urgía saberlo no le exigí decírmelo.

Oscuros Instintos©+18 [OE #2] COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora