Antídoto Para Morir

12

28 años antes

Y así pasaron los días, Jeong-Hui hacia que Young Mi riera, sonriera, se enojara y en su mayoría la hacia sonrojar cosa que al chico le fascinaba ya que parecía que sus ojos brillaban aun mas de lo que lo hacían. El había estado enamorado varias veces, amores pasajeros los cuales siempre se iban por el dinero, ya sea porque el no tenia o alguien mas se lo ofrecía, pero su corazón no estaba roto del todo. El de ella si, aun rodeada de lujos siempre estaba sola y jamas había sentido el amor ni siquiera por su madre y el poco amor que recibía de su enfermo padre no bastaba para ella, sin hermanos o familiares a los que acudir siempre lloraba sola en su habitación y aunque las chicas de servicio eran amables tenían prohibido hablar con ella.

"No vivirá mas de 5 meses" al menos era la única que estaría junto a su padre en sus últimos días.

- Alguien como tu no debería llorar - no vio a los dos guardias cerca de ella así que era el momento para acercarse de nuevo.

- ¿Que quieres? - ella no lo vio, pensó que si lo ignoraba se iría pero eso no había funcionado antes. - No estoy en condiciones para tenerte cerca.

- Es por eso que me acerco, siempre que veo que alguien llorar solo es porque esta pidiendo a desesperación que alguien lo acompañe - ella solo negó aun sin verlo - ¿Que tiene mi chica linda?

- No me digas así - todos la conocían por la "chica linda y rica" así que odiaba ese apodo.

- Entonces... ¿Mi amor? ¿Mi cielo? ¿Mi bebé? - volteo a verlo en cuanto escucho ese ultimo apodo, así le decía su padre antes de enfermar y al decirlo el de manera dulce le recordó su infancia. - Creo que te gusta mi bebé.

Young Mi asintió sonriendo y secándose algunas lágrimas, el se acerco con un pañuelo, en los dramas siempre eran pañuelos de seda bordados con las iniciales de sus nombres pero este era un pañuelo común y corriente y eso le gusto. Le limpio con suavidad las últimas lágrimas y por primera vez ella le había sonreído de forma natural, sin retener la sonrisa por sus lindas palabras ni nada de eso, salio de su corazón aquella sonrisa.

- Me vas a decir que tienes o me dejas invitarte un helado - doblo el pañuelo y lo dejo en su mano.

- Creo que primero el helado - toma la mano del chico y el la ayuda a subir de una sola e incluso tomo su suéter para que ella no lo cargara. Al llegar a la entrada del colegio los dos guardias llegaron frente a ellos.

- ¿La esta molestando señorita? - uno de ellos ya se acercaba al chico y el retrocedía un poco, ella alzo la mano y lo detuvo.

- Claro que no, no quiero que le digan o hagan nada si esta cerca de mi. Es mi amigo - Jeong-Hui sonrió y le sonrió a los dos guardias cuando paso delante de ellos. Caminaron hasta la heladería mas cerca del colegio, pocas veces Jeong-Hui lo habría pensado para comprar un helado para el mismo pero teniendo algo de dinero extra por su trabajo en vacaciones y podría pagarlo.

- Y dime... ¿Porque estas aquí? - dejo que pidiera el helado que mas quisiera y el solo verla comer lo hacia sonreír.

- ¿No querrás decir qué quienes son mis padres? - el sabia que algo importante para estar en ese tipo de escuela era ser hijo e un gran empresario o de un gran ladrón.

- No quise ser tan directa... Pero si, a veces esa pregunta es de rutina por aquí.

- Bueno mi mamá vende pasteles de arroz y mi padre nunca lo conocí, dejo a mamá cuando supo de mi - los ojos de la chica bajaron hacia la mesa apenados - pero tranquila, no lo necesitó así que con mi mamá basta. Y si, si te lo preguntabas no tengo herencias ni empresas ni cheques llenos de dinero ni nada. Llegue aquí porque hace mucho tiempo un doctor me salvo la vida, literalmente, desde entonces nos ha ayudado mucho en cuanto a dinero. El paga mi escuela porque sabe que quiero estudiar medicina.