Rosita y con flores

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-¡Ganador el equipo uno! Equipo dos descanse, que salga el equipo tres a jugar- yo paso mi antebrazo por mi frente sudada, ahora mismo me siento asquerosa, pero mas tarde me dará igual porque pienso dar a Carter una paliza en la cancha.                            
Nos colocamos en medio de la pista (como había hecho antes con Aaron) y nos preparamos para saltar.
-Espero que cuando te gane, no te vayas llorando con tu papá- yo aprieto los dientes con fuerza.
-Y yo espero que cuando te gane no hagas que tu novia se vengue y me vuelva a robar mi cartera- ahora es él, el que frunce los labios, haciendo que yo sonría victoriosa.

El silbato suena y ambos golpeamos a la vez el balón, haciendo que vaya hacia arriba de nuevo, cuando voy a saltar a por el balón de nuevo, Carter me pisa el pie, cogiendo él la pelota y pasandósela a alguien de su equipo. Yo lo miro furiosa, él me sonríe, provocando que me enfade más.

-Otra vez será, niña de papá- dice corriendo a ayudar a su equipo.
Yo corro tras de él, y robo un balón, que le iban a pasar, ganándome unos aplausos de parte de Aaron, haciendo que la profesora lo mande callar.Yo corro por todo el campo, esquivando a algún defensor, escuchando como Carter corre tras de mí, pero demasiado tarde, tiro a canasta y el balón entra. Aaron vuelve a vitorear y gana otra bronca de la profesora.Yo le guiño un ojo divertida a Carter, ganándome una mirada de odio. No se lo pienso poner nada fácil.
Ellos sacan, y el balón lo tiene Carter, Jackson se acerca a defenderle, pero yo lo freno.
-Jackson, ves a por la rocke... A por Johnson.- grito acercándome a Carter. Él bota el balón sin dificultad. Yo intento quitárselo un par de veces, pero me hace cambios, provocando que me enfurezca.
-¿Estás tensa, Smith?- yo frunzo los labios, no pienso dejar que me distraiga. Él sonríe.
-Sabes que no puedes conmigo, admítelo de una vez. Soy mejor que tú- ríe, haciendo que me acerque más de lo que debo a él, Carter pasa el balón, pasa por detrás de mí, se lo vuelven a pasar y mete canasta. Ahora él me guiña el ojo, provocando que me enfurezca.

Y más que un partido entre equipos, es un partido entre Carter y yo, ambos nos peleamos por el balón, ambos nos hacemos tapones, ambos saltamos a por rebotes, apenas pasamos balones a nuestros compañeros, ambos hemos metido casi todos los puntos del partido y ambos... Nos hacemos trampas. En resumen, ha sido un partido entre dos personas.
Hasta han expulsado a Aaron de clase, por meterse en el campo e insultar a Carter. Lo que ha provocado a mi amigo ha sido que, cuando he saltado a por un rebote, Carter me ha empujado con su cadera, tirándome al suelo, en un golpe seco. Y cuando me iba a levantar a quejarme por falta, Aaron ha entrado y ha empujado al estúpido, haciendo que Johnson se ponga en medio, y entre ellos se han dicho cosas muy feas.

No apta para los inmaduros de clase (ejem, véase Carter y sus amigos, ejem).Pero lo peor de todo, no ha sido que me haya empujado o yo le haya mordido un par de veces mientras luchábamos por la pelota, sino que, hemos empatado. HEMOS EMPATADO.

-¡Profesora, es imposible que hayamos empatado! ¿Y mi última canasta?- pregunto persiguiéndola, al igual que mi enemigo.
-Ha sido fuera de tiempo- dice mirando su reloj. Carter mira la hora, apretando los dientes.
-Propongo hacer un concurso de tiros libres- dice botando la pelota.
-No, vais a llegar tarde a la siguiente clase- nos riñe.
Ella se va a recoger el material y nos deja a Carter y a mí solos.
-¿Cómo puedes ser tan tramposa?- me dice furioso. Yo abro la boca indignada.
-Ah, claro, porque tú has jugado limpio, ¿no?- digo, escuchando como ha bufado.
Él se acerca a mí, con su dedo en alto.
-Más que tú, sí, ¡me has mordido dos veces!- dice enseñándome su musculoso brazo y su mano. Yo intento callarme la risa.
-¿¡Te ríes?! Esto tiene que ser broma... ¿Eres un cocodrilo encerrado en un cuerpo que no te identifica o qué?- dice pasándose la mano por el pelo para quitarlo de su sudada y roja cara, aunque yo debo de estar igual.
-Perdona, pero podría decirte lo mismo, cadera de bailarina- digo con una ceja alzada y brazos cruzados. Él abre los ojos indignado.
-Si ni siquiera te has hecho daño, te he visto como tenías intención de levantarte y darme una paliza- yo me acerco a él, pongo mi dedo índice tocando su pecho, y con los ojos entrecerrados.
-Sabes más que de sobra que te habría ganado, y por eso has hecho trampas- él vuelve a su sonrisa autosuficiente, algo que me saca de mis casillas.
-Yo sabía que me ibas a hacer trampas y por eso he empezado yo. Para motivarte.- dice posando su dedo índice bajo mi barbilla.
-No me toques.- digo indignada, apartando su mano de mí.
-¿Por qué estoy sudado? Solo es sudor, niña de papá- suelta, ganándose un pisotón, a lo que pone mala cara.
-Es porque me das asco, cadera de bailarina- digo dando por finalizada la conversación, y marchándome de allí, hacia los vestuarios.

¡Vaya Lío De Clichés!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora