¡Me pido copiloto!

8 2 0
                                    

-¡Me voy al instituto!- grito saliendo de casa.
-¡Ten cuidado!- gritan mis padres al unísono.

Bajo por las escaleritas del porche y me dirijo al coche de mi novio. Hoy ha venido a recogerme para llevarme a clase. ¿Puede ser más adorable? Desde que nos reconciliamos ha estado muy atento conmigo, de vez en cuando ponía notitas en mi taquilla, junto con flores, quería comer siempre conmigo ya que yo siempre comía con Sophie y no quería dejarme sola. También, hace poco, me escribió un poema, algo raro en él, pero por eso lo hace más especial. No sabía que tenía tan buenos dotes para rimar.

Él sale del coche y me abre la puerta del copiloto.
-Hola guapa, ¿te llevo?- yo sonrío y le doy un corto beso en los labios como saludo y entro. Cuando vuelve al lugar del piloto se fija en mí.
-¿Te has arreglado? Porque te encuentro extrañamente guapa- yo abro la boca indignada y le doy un golpecito.
-Haré como si no he oído nada- y era verdad. Hoy me he puesto un vestido y botines un poco de tacón. Algo más especial, ya que hoy me recogía él. Además hoy, no sé porqué, quería arreglarme. Creo que va a ser un buen día, a primera hora me quito exponer biología y después de clases me voy con May de compras.

Hasta me he puesto raya de ojos y rímel.

Mi novio me saca de mi ensimismamiento.
-Este viernes es el baile de Navidad, ¿ya sabes que vestido te vas a poner?- pregunta arrancando el coche. Yo mientras, saco biología para repasar lo que tengo que explicar hoy.
-Tengo que comprarme uno. ¿Por qué lo dices?- pregunto. Normalmente no me pregunta por ropa. O sea, quiero decir, ¿qué clase de chico, jugador de fútbol y más popular me pregunta por un vestido? Él nunca lo había hecho.
-Como, seguramente, salgamos reina y rey del baile, estaría bien ir a juego- yo lo miro con el ceño fruncido. ¿He escuchado bien?
-Tú nunca has querido ir a juego conmigo. Decías que era de parejas empalagosas, además de una horterada- él se muerde el labio.
-Lo sé, pero creo que sería tierno. Es nuestro último baile de navidad. Además, las fotos quedarían muy bonitas- yo asiento y vuelvo a mirar los apuntes. No lo había pensado todavía, tiene razón, es nuestro último baile de navidad, estaría bien hacerlo especial. Los estudios con Cárter y el ballet y el resto de asignaturas me han ocupado el cien por cien de mi tiempo y no me he acordado del baile para nada.

-Puede que me decante por algo rojo oscuro, o granate- digo, repasando las funciones de los orgánulos de la célula vegetal.
-¡Perfecto!- sonríe feliz. Yo lo miro divertida. ¿Qué me he perdido?
-¿Qué estás tramando?- sonrío y lo miro de forma acusadora.
-¿Yo? Nada, si soy un angelito- yo abro la boca, sorprendida. Si es un sin vergüenza...
-¡Eres de todo menos un angelito!- él suelta una carcajada.
-¿Qué imagen tiene de mí, señorita Smith?- sonríe de forma ladeada.
-Una no muy buena. Tendrás que hacerme cambiar de opinión- él sonríe mientras se muerde el labio.
-Esta tarde podrías venir a mi casa, y quien sabe, a lo mejor te puedo enseñar lo bueno que soy en... Algunas cosas- yo sonrío, suena tentador y hace mucho que no tenemos ningún encuentro... Interesante.
-¿Cómo qué?- digo ignorando mis apuntes y mirándolo a él fijamente.
-Tendrás que venir para descubrirlo- yo me paso la lengua por los labios.

Espera. Mierda. Hoy es lunes, ya tengo planes.
¿¡POR QUÉ A MÍ!? NECESITABA ESE ENCUENTRO.
Bueno, respira April. Puede que hoy no tengas un encuentro con tu novio, pero te vas a comprar, un vestido para el baile. Y vas a convencer a May para que vaya al baile.

-Oh, mierda. Hoy tengo planes- digo pasándome las manos por la cara. Él aparca un poco lejos del parking del colegio.
-Cancélalos- dice quitándose el cinturón, para mirarme mas cómodo.
-No puedo. No es solo para estudiar- Ryan me mira y me acaricia la cara con su mano.
-Bueno, pues mañana después de ballet pásate por mi casa- dice uniendo nuestros labios, lentamente.
-No puedo. He quedado con Cárter para estudiar. Sabes que después de ballet lo voy a tener ocupado por un tiempo...- Ryan frunce los labios. Odia que tenga que quedar con Cárter, no por celos, si no porque lo odia. Como todos.

¡Vaya Lío De Clichés!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora