Una historia de dos hermanos amando a una sola, cuyos sentimientos intensos la arrastrán a un volcan de sensaciones desconocidas y a la vez correspondidas
Abriendo paso a la verdad.
-. Recuerdo Cuanto solian llamarme "onee-chan"..jajaja.-
-....eso...
Meliodas les miraba con aquellos ojos ensombrecidos con algo mas que la oscuridad de su poder demoniaco
-...hola...hermanito....dime...¿Donde esta Elle?...-
La mirada de Zeldris fue de indignacion -. ¡¿como te atreves a entrar asi a mi hogar?!,¡¿acaso has perdido la cabeza?!- exclamó.
Pero la vampiresa se dio cuenta de que algo no andaba bien en el pecado de la ira.
-.eso no es lo que te pregunte...¿donde esta Elle?...-su expresion iba cambiando a rabia mientras pasaba los segundos.
-. ¿quien sabe?...- no iba a decirle donde esta porque no tenia idea. Ademas. Como estaba su hermano justo ahora. No iba a dejar que le hiciera daño a Elle
Su respuesta fue la peor en ese momento. Meliodas sintio su bomba emocional estallar -. ¡¡¿DONDE ESTA ELLEEEEE?!!-. Como un demente grito. Un grito casi animal mientras se abalanzaba contra su hermano.
No era capaz de ver lo que hacia.... Y Zeldris lo vio venir contratacandolo
Lo sabia.... perfectamente lo que Meliodas estaba sintiendo.
Puedo sentir como te sientes ahora hermano....
¡El también quería estallar y enloquecer tal como lo hizo Meliodas!. Y aunque sabia ocultar mejor sus emociones que el rubio. Aquellos sentimientos seguían ahí atormentándole...queriéndole dominar tal como lo hicieron con su pobre hermano.
Pero el miedo de que Meliodas pudiera lastimar a su amada Elle si la encontraba, era mayor que aquel sentimiento desgarrador que le invadía por el abandono de la misma.
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Y no iba a permitirlo...
-..¡¡Meliodas!!- Zeldris empezó a contraatacar. A Pesar de todo el poder demoníaco de su hermano siempre fue superior al suyo, pero el había estado haciéndose fuerte todo este tiempo, por ello solía irse y desaparecerse por horas y horas...todo para proteger a Elle de quien fuera...
Aun si era de su propio hermano...
Ella corrio muy lejos, llegando cerca del reino de Camelot en aquellas grandes llanuras. Finalmemte estaba comenzando a cansarse.
Recordaba aquel beso. Y sus caricias y aun podia sentir la dulzura de sus labios carnosos sobre los suyos....
¡Soy de lo Peor!
Se culpaba de que su corazon latiera tan rapido por dos hombres al mismo tiempo. Sentia que cargaria con ese pecado. El pecado de haber separado a los chicos de sus viejos amores.
En un momento dejo de correr. El cielo estaba gris y pronto las pequeñas gotas de lluvia comenzarían a descender. -....¿que se supone que es lo que estoy haciendo?....¿por que estoy corriendo?...no lo entiendo- susurró mirando sus manos-
