Decisiones

V

Era un lindo y tranquilo lunes por la mañana, la gente comenzaba a prepararse para empezar el día, en algunos lados se escuchaba a las madres despertando o ayudando a sus hijos para la escuela, en otros a hombres y mujeres corriendo por que se les hacía tarde para el trabajo; y en muchas otras más el sonido de la licuadora o sartenes en la estufa preparando comida para poder aguantar la jornada laboral. Ese era el caso de Watanuki, se encontraba en su pequeño departamento preparando el bento para la hora del almuerzo, se aseguró de preparar suficiente para Himawari-chan y para el barril sin fondo de Doumeki.

Doumeki... el solo pensar en él hacia que la sangre se le subiese al rostro, ¡maldito!... odiaba que ahora al pensar en él su cuerpo tuviera esa clase de reacción. Prefería mil veces esa irritación que le embargaba antes, aunque ahora era una mezcla de ambas... irritación y vergüenza.

Mientras preparaba un poco de sushi recordaba un poco lo acontecido el sábado, ¡joder, ese estúpido y él se habían besado!

-¡Y no fue una si dos veces! ¡DOS!- Gritaba alarmado Watanuki.

Pensó que ya había tenido suficiente de Doumeki durante ese fin de semana, pero para su sorpresa el arquero le había propuesto salir el domingo, ir al parque y jugar un poco de fútbol, como Watanuki no tenía nada más que hacer acepto, aunque un poco sorprendido por haber accedido tan rápido.

A pesar de todo la había pasado realmente bien, primero el moreno le sugirió almorzar un poco, como siempre el menor le había recriminado que solo pensaba en comer, pero igual había accedido. Después del almuerzo decidieron calentar un poco para jugar, iba a ser un mano a mano. Un par de chicos al observar que ellos llevaban un balón les preguntaron si podían unirse, cosa que aceptaron.

Entonces un pequeño partido dio comienzo, cada uno estaba en el equipo contrario, ya que así lo prefirió Watanuki, a pesar de todo aún se mantenía ese sentimiento de competitividad contra Doumeki e hizo todo lo posible por no perder. El juego fue bastante reñido, pues ninguno cedía ante el otro. Ellos se encontraban tan metidos en el juego que ni siquiera notaron cuando algunas personas empezaron a arremolinarse alrededor de la pequeña cancha del parque brindándoles ánimos a ambos equipos. El juego termino cuando ninguno de los jugadores era capaz de mantenerse en pie, resultando en un empate.

Debido al gran desgaste de energía se sentaron en una banca, Doumeki se acerco y le brindó una botellita con agua fría, cosa que fue bien recibida y agradecida por el azabache. Después de eso el hambre volvió a ellos, ya era tarde así que el moreno le propuso que fueran a comer a un restaurante de comida rápida. Hacía bastante tiempo que el menor no comía ese tipo de comida por lo que acepto, teniendo una pequeña discusión por el hecho de que Doumeki pagara todo. El arquero no le tomo mucha importancia, alegando que Watanuki había llevado el almuerzo, lo justo era que el pusiera la comida. De esa manera fue como pudo tranquilizar al menor y evitar que la discusión siguiera.

Una vez terminada la comida, al momento de salir del restaurante notaron que estaba oscureciendo, el moreno se había ofrecido a llevarlo a su casa pero Watanuki alegando que no era una chica y que no era necesario declino “amablemente” la oferta.

Y así fue como había pasado su fin de semana, para su suerte Doumeki no había realizado ningún movimiento extraño, en parte esa era la razón por la que no acepto su compañía de regreso a su departamento pues temía que intentara algo nuevamente.

... ... ...

Watanuki se encontraba en su colegio, le había sorprendido no haberse topado con el arquero en el camino, no lo admitiría pero un sentimiento de decepción se había albergado por lo mismo, pero era un sentimiento tan diminuto que el no lo notó.