VIII

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Un delicioso olor comenzaba a inundar aquella cocina, la cena estaba siendo preparada, aquel joven se movía de manera diestra por el lugar sabiéndose prácticamente de memoria donde se encontraba cada ingrediente y utensilio. Cualquiera que observara al chico podría ver la concentración y dedicación que ponía en la elaboración del platillo. Pero esa seriedad que reflejaba su rostro tenía otro motivo.

Sirvió la cena en aquella pequeña mesa, sin olvidar aquel sake que tanto le gustaba a la maga, ya se había resignado al particular gusto de aquella mujer por acompañar todo con algo de alcohol.

—Esto se ve delicioso Watanuki — La maga le brindó una sonrisa, mientras tomaba asiento.

—Al parecer alguien está muy feliz, incluso hay sake especial— Aquella pequeña bola negra daba pequeños brincos hasta llegar a su lugar.

—¡Especial! — canturreaba la pequeña Maru seguida de Moro. —¡Sake especial!

Inconscientemente el azabache se sonrojo hasta las orejas. Yuuko lo observaba mientras se llevaba un vasito con sake a los labios, antes de darle un sorbo esbozo una pequeña sonrisa.

— ¿Algo especial que quieras compartirnos?

Ante la pregunta de la maga Watanuki dio un pequeño brinco en su lugar.

— Y-yo... bueno yo— Los nervios comenzaban a apoderarse de él, ¿debía decirlo? — No, es demasiado vergonzoso

—¿Y bien? — Le incitaba Yuuko a continuar

— Bueno es que... es que hoy pasaron muchas cosas, tantas que incluso ni yo me lo creo.

— ¿A sí? ¿Y no lo quieres compartir con nosotros?

—¿Eh?... S-si claro, es sólo que...— El chico bajo la mirada y comenzó a jugar con sus manos— no sé cómo decirlo...

A Yuuko se le derretía el corazón al ver a Watanuki así de cohibido y apenado, a sus ojos era como un niño pequeño.

Por su lado Watanuki seguía con su debate interno ¿debía decirles? Después de todo tarde o temprano se tenían que enterar y conociendo a Yuuko era muy probable que ella ya lo supiese, además ¿Por qué ocultarlo? Así, agarrando valor decidió hablar.

—Doumeki y yo... bueno él y yo— en mi mente sonaba más fácil — se decía el chico. Tomó una gran bocanada de aire y continuo — élyyoestamossaliendo— lo dijo tan rápido y soltando todo el aire que estaba conteniendo que se quedó sin aliento.

Un silencio de instaló en la habitación, el cual fue roto por la voz de Yuuko

—¿Eh? ¿Dijiste algo Watanuki?

El mencionado casi se cae de espaldas.

— ¡Claro que dije algo!, ¡además era muy importante! — Gritaba el menor haciendo sus típicos ademanes.

— sha vherdod esh quef no she tentiefde

— ¡A ti es a quien no se le entiende!, no se habla con la boca llena Mokona.

—Ya, ya, la verdad es que Mokona tiene razón, no te entendimos porque lo dijiste muy rápido, ¿podrías repetirlo para nosotros Watanuki-kun?

Esa típica sonrisa "diabólica" según el azabache por parte de la maga le decía que estaba mintiendo, pero no tenía manera de comprobarlo, así que volviendo a tomar aire para calmarse y resignarse volvió a hablar.

—Doumeki y yo es-estamos saliendo

Inmediatamente después de decir aquello se escuchó en la sala un PLOC seguido de otros más y justo después muchos papeles de colores empezaron a caerle al chico.

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