II

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Watanuki se la estaba poniendo difícil, el se había dicho que se alejaría del menor, pero notó desde el principio que este lo seguía, no entendía su comportamiento, siempre se la pasaba gritándole que era una molestia y que odiaba su presencia.

Sin embargo aunque se la pasaban discutiendo la mayor parte del tiempo a Doumeki de alguna manera le agradaba aquel chico ruidoso y problemático.

Problemático... si sin duda eso era, ¿cuantas veces había puesto su vida en peligro y cuantas veces había acudido a su rescate?, demasiadas pensó. Pero de alguna manera esta vez había sido diferente, en serio sintió que lo iba a perder, el se lo había advertido pero como siempre lo había ignorado.

Watanuki estaba completamente consciente de la situación y aún así decidió seguir viendo a aquella mujer. No le importó lo que podría suceder, las consecuencias que esos encuentros podrían provocar. Pero él si estaba consciente, sabía que si no tomaba una decisión y actuaba podría perderlo.

Sabía que posiblemente el menor podría odiarlo y aún así lo hizo, por que prefería una vida sintiendo todo el rencor de Watanuki a una donde el no existiera.

Lo había lastimado al lanzar esa flecha, cuando Watanuki se recuperó y regresó a la escuela se la paso ignorándolo todo ese día, pero no era como siempre, la manera en que lo miraba... ¿tristeza? ¿decepción? ¿enojo? al parecer todo eso reflejaban esos hermosos ojos azules.

Hermosos... ¿Qué le estaba pasando? últimamente empezaba a usar esa clase de adjetivos para referirse al menor.

Se supone que estaba evitándolo, él también estaba molesto, el hecho de que Watanuki no se pusiera a pensar en las consecuencias, el que valorara tan poco su vida, ¿se había puesto a pensar en las demás personas que podía dejar si algo pasaba?

Esa mujer, la bola negra y sobre todo Kunogi se iban a poner muy tristes... Y él... él estaría devastado, automáticamente en pensarlo una presión aparecía en su pecho dificultándole el respirar, ¿tanto le afectaba el azabache?

- Bu-bueno yo...

La voz de Watanuki lo saco de sus pensamientos

El chico de lentes se volvía a quedar callado y estaba con la cabeza baja. Doumeki se estaba desesperando un poco.

-¿Y bien?-. Demando el arquero dejando sus cosas en el suelo para cruzarse de brazos

- Yo solo... yo... solo iba a la tienda de Yuko-san, no se por que dices que te estoy siguiendo.

-...

-¿Qué? ¿Por qué te quedas callado?, ¡¿no me crees!?!, ¡no eres tan importante como para que te siga! -. escupió un irritado Watanuki

Doumeki lo miraba fijamente y alzo una ceja. -Sabes, la calle se termino hace mucho... estamos dentro del templo justo ahora -.

Watanuki dio un pequeño respingo al ser descubierto e inmediatamente su rostro se puso completamente rojo de vergüenza. Mierda se reprimió mentalmente.

De nuevo el silencio reinaba entre ellos dos, Watanuki debatiéndose en lo que diría y Doumeki simplemente se había quedado contemplando aquel chico sonrojado, Ah... sin duda es lindo pensó.

Un suspiro salio de los labios del moreno, ¿cuánto tiempo ya había pasado? esto parecía no ir a ningún lado.

-Bien si no vas a decir nada es mejor que te vayas-. Doumeki tomó sus cosas y dio media vuelta, cuando iba a empezar a caminar sintió un débil jalón de la parte trasera de su camisa.

-E-espera tengo que hablar contigo -. mencionaba el avergonzado chico soltando su agarre. -¿Que... qué es l-lo que te su-sucede?-. Woo enserio le estaba costando trabajo.

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