Tus habilidades con la naturaleza te permitían curar a tu hermano, y a los otros vengadores de manera rápida, cuando los implementos químicos estaban muy lejos de su alcance, es decir, utilizabas la herbolaria en caso de emergencia. No eran tan funcional como un medicamento común, pero, de menos lograban hacer que los puñetazos dolieran menos, ¿No Steve?
—Tranquila Sussy, tan sólo fue un golpecito, no necesito esto. — señaló la mezcla de hierbas en su mejilla. — llegaremos pronto a casa y podrán darme analgésicos.
Elevé una ceja.
—¿Me rechazas, hermano? —él rió negando con la cabeza.
—Sinceramente hermana, eres más de utilidad cuando golpeas a los malos con los árboles. — apreté con mi mano su herida, tomando venganza.
—¡Auch! —se quejó mientras me alejaba riendome.