Clint Barton era el tipo de hombre al que le encantaba que lo observaran, cuando ponía en práctica sus talentos de arquero. En tu opinión era un presumido de primera clase, que había excedido el límite.
Ese día en particular te encontrabas esperando a que terminara sus propias prácticas para seguir contigo. Él te había ofrecido clases particulares de arqueria para poner a raya tus talentos, además del combate, y aceptaste sólo por que de no hacerlo, no tendrías que hacer.
El halcón estaba casi por terminar cuando tomó su botella de agua, y te observó, en su rostro poseía una sonrisa maliciosa, que decidiste ignorar tomando tu teléfono otra vez. Habías estado repitiendo la acción una y otra vez para evitar que él notara que lo observabas.
Después de un minuto aproximadamente volviste a dejar el móvil en el suelo y miraste a Barton.
Mierda
Clint se había quitado la camiseta.
El muy maldito, se la quitó
La vista era espectacular, te daba la espalda mientras apuntaba así que podías ver como sus musculos se tensaban en esa zona, carajo.
Era realmente tentadora la idea ir y tocar esa maldita espalda, pero tu idea cambio de rumbo en cuanto se giró a ti.Cielos, santa virgen
Su abdomen, su espalda te había enloquecido, pero su pecho y abdomen te estaban haciendo delirar poco a poco.
Pasaste con dificultad la saliva por tu garganta, y estabas reteniendo las ganas de chillar de la emoción. Una pequeña gota de sudor había bajado por tu frente y recorrió tu rostro hasta caer al suelo.
Inesperadamente Clint te miró de nuevo con esa sonrisa de idiota que sólo él podía tener. Te hizo una seña de que te acercaras, pues había llegado tu turno de entrenar.
Ese sería un largo dia.