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Cansada, aturdida y bastante fastidiada se encerró en su habitación de hotel tras haber huido de la ola de reporteros y paparazzis que la persiguieron cuando salió de aquel restaurante, y es que le era muy desesperante tener que lidiar con todo eso. Hoy era de esos días en que quería salir corriendo lo más lejos posible y a un lugar en donde nadie supiera quien era ella, aunque fuera sólo por algunos días.

"Sólo una semana más Lexa, sólo una más..." se repetía de nuevo y ésta vez casi como un mantra. De pronto escuchó que tocaban a su puerta.

- No quiero que me molesten ahora. - Dijo la chica levantando la voz.

- Soy Lincoln, Lexa abre por favor. ¿Estás bien?

Lexa era una actriz de cine que a sus 25 años estaba conquistando Hollywood, y que aparte de talentosa, era guapísima pero también algo engreída y ególatra. Medio mundo le había hablado de lo difícil que sería lidiar con la fama teniendo actitudes como esa, pero nunca se imaginó que lo sería tanto. La gente que la conocía de cerca, que eran muy muy pocos, le hacían hincapié en aquello, ya que ella era una persona muy reservada con su vida personal y no muy social que digamos. Después de la última mala experiencia que tuvo, poder confiar en alguien le resultaría muy difícil. Conocía a Lincoln desde que tenía 5 años y él 7, y siempre fue como su hermano mayor. Ahora trabajaba a la par con su manager, manejando la logística de sus contratos, y también por que así se sentía menos sola.

Se limpió la cara del poco maquillaje que había estropeado el par de lágrimas de frustración que salieron de sus ojos unos minutos antes y fue a abrirle la puerta a Lincoln.

- Estoy bien, sólo un poco hastiada. - Respondió Lexa dejando entrar a Lincoln a su habitación.

- Lo sé, pero trata de estar tranquila, sólo quedan un par de eventos de promoción de la serie y tendrás como mínimo unas 2 semanas para hacer lo que quieras. - Le decía Lincoln poniendo una sonrisa amable. - Pero no se te ocurra desaparecer de nuevo junto con Audrey, esa chica es como el Triángulo de las Bermudas hecha persona.

Lexa sonrío un poco al pensar en ella.

Había conocido a Audrey hace algunos años atrás en el Caribe Mexicano, su vuelo de Brasil a LA tuvo que hacer una escala ahí, y en cuanto supo que tenía algunos días libres, decidió pasarlos ahí y descubrir aquel lugar del cual había escuchado maravillas. Cuando el avión aterrizó apenas era medio día, no tenía idea de qué hacer ahí, salió del aeropuerto sigilosamente, y esperando no ser reconocida tomó un taxi y le pidió que la llevara a la playa. Se relajaría un poco y pensaría qué hacer teniendo el mar de frente.

- ¿Te han corrido de tu casa?

Escuchó la voz cálida de una persona que se puso frente a ella, pero estaba a contra sol y no vio su rostro en ese momento, no pudo mirarla bien hasta que se agachó, era una chica que parecía mas o menos de su edad en ese entonces, de cuerpo atlético, trenzas y algunas rastas en su cabello castaño, ojos miel, algunos tatuajes y una argolla en su nariz.

Lexa se quedó algunos segundos mirándola sin entender nada, miró a su alrededor y sus maletas estaban rodeándola ahí frente al mar en la arena, entonces lo entendió y sonrió al entenderlo.

- ¿Estás bien? - Volvió a preguntar la chica.

Lexa sintió real interés de parte de la chica, y lo que sonaba mejor, la chica no parecía reconocerla, significaba que no la trataría diferente, significaba que Lexa tenía la oportunidad de convivir como una persona totalmente normal.

- No sé que tienes contra ella Lincoln. - Dijo Lexa con una risa muy ligera. - Probablemente es la única, mmm amiga que tengo y la mayoría del tiempo no sé en dónde puede estar, hasta que aparece de nuevo.

- ¡¿Quién rayos en pleno siglo XXI no usa celular, ni tiene redes sociales?

- Bueno, tiene un blog del cual no muchos saben... y dónde me entero quizá días después de donde estuvo, y que está bien. También puedo enviarle emails, aunque siempre tarda un poco en responder.

- Oh vaya... - Respondió Lincoln con un poco de sarcasmo. Muy ermitaño de su parte, ¿no lo crees?

- Tal vez, pero es en la persona que más puedo confiar, después de ti. - Respondió Lexa sinceramente. - Algún día tendrás que conocerla Lincoln.

- Algún día Lex.

Después de despedirse, Lincoln dejó en su habitación a Lexa y se marchó, mañana tenían un evento y habría que descansar después del ajetreado día. Lexa de dirigió al baño y se lavó la cara para después ponerse su ropa de dormir. Se acostó en la cama dejando salir un gran suspiro mientras la idea de querer irse lejos por un rato seguía dando vueltas en su cabeza, cerró los ojos he intentó dormir, pero las dos o tres vueltas que dio en la cama le decían que claramente no lo iba a lograr pronto, se levantó y fue por su lap top que estaba en la mesa que había en la habitación, la encendió y esperó con un poco de impaciencia a que la lap top encendiera adecuadamente para hacer uso de ella, después de un par de minutos, había iniciado a escribir un email.

Hola Audrey!

Llevas semanas sin escribir, no quiero presionarte, pero espero que ésta vez respondas pronto.

He tenido unos días de mierda, sólo quisiera estar lejos por algunos días y no pensar mucho en nada. No sabes cómo te envidio a veces pequeña sabandija. A veces creo que no tienes tiempo para pasarla mal.

Deberías visitarme pronto, no sé en qué parte del maldito mundo estés ahora, pero en tu próximo email no sólo espero que me digas que estás bien, espero que con tu sabiduría me digas a dónde puedo ir donde nadie me pueda reconocer, o al menos casi nadie.

Creo que lo necesito. Cuídate por favor.

Lexa

XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

We are back bitcheeeeeessss!!

hahaha,

pues nada, he aquí una nueva historia (Clexa), espero que les guste al igual que espero sus comentarios y "estrellitas", ésta vez será mejor, con suerte sabrán de ésta historia cada viernes.

See ya soon! ✌🏼

Encuentro OportunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora