3.

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Un día más en el casi insoportable sol de Miami, después volaría para estar en San Diego tres días más y de ahí a casa. Por fin.

Lincoln le había sugerido que se tomara algunos minutos para salir a saludar a los fans que habían acudido a las afueras de la televisora a verla, pero Lexa se negó rotundamente alegando que el clima podía dañar su piel y que no quería sofocarse. La ojiverde pidió que arreglaran su salida por el estacionamiento subterráneo del lugar para salir más rápido una vez que terminara su entrevista.

Mientras se dirigía a la salida, la chica se percató de que Lincoln se había molestado, y cómo no quería discutir otra vez sobre el mismo tema con él, decidió hacer algo que bajara la intensidad del problema.

- Linc, pide que me traigan 2 o 3 cajas de botellas de agua fresca. - Pidió Lexa deteniéndose en uno de los pasillos.

- ¿Para qué necesitas eso? -Respondió Lincoln serio.

- No cuestiones fortachón. - Pidió con una ligera sonrisa la ojiverde.

Lincoln estaba algo decepcionado y decidió no cuestionar más y cumplir con la orden. Tal y como pidió, en menos de media hora le habían llevado las cajas.

- Por favor repartan estas botellas de agua a los fans. - Pidió Lexa a la gente de la televisora con una sonrisa para luego continuar con su camino. - Díganles que se las envío yo.

La gente la miró incrédula, no podían creer que aquella chica que parecía tan dulce fuese así, frívola. Lincoln también la miró con cara de desaprobación total y una vez que la chica se subió a la camioneta que la transportaba, el moreno cerró la puerta y decidió irse en otro vehículo.

Lexa miró extrañada la actitud de Lincoln, no entendía ahora el porqué de su molestia y decidió ignorarlo. Tomó su celular y empezó a leer algunas notificaciones, Twitter, WhatsApp e Instagram, nunca quiso abrir un Facebook, iba a ser demasiado para ella. Revisó también su mail, esperanzada a que Audrey hubiese ya contestado su email, pero no había pasado, no aún, y eso comenzaba a preocuparla, si hacía las cuentas iban a ser ya 3 semanas sin saber de ella y hasta ahora no se había tardado tanto.

Tonta Audrey y su estúpido nomadismo. Lexa trató de tranquilizarse y no pensar en eso por ahora porque ella en verdad le preocupaba, pero no había que pensar negativamente y obviamente tampoco quería hacerlo.

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Clarke llegó a su apartamento, y como supuso, Raven ya estaba ahí acomodando las compras del supermercado, cada semana le tocaba a alguna hacerlo y esa semana era la de Raven.

- Hey Clarke! ¿No ha venido Nylah contigo? - Preguntó Raven mientras acomodaba las cajas de cereal en la alacena.

- No, hablé con ella hace rato para comer juntas, pero ayer tuvo un día complicado en el hospital y quería descansar un poco más. Nos veremos para cenar. - Respondió Clarke mientras se quitaba la gabardina y la colgaba en el perchero de la entrada. - He estado pensando y creo, creo que le pediré que sea mi novia oficialmente.

- Vaya, pensé que íbamos a envejecer sin ver que eso ocurriera, aunque ya no me da tanta emoción, todo es tu culpa por haber tardado tanto rubia retrasada. - Dijo Raven irónicamente. - Pero anda, cuéntame, ¿porqué has tomado la decisión por fin?

- Esperemos a Octavia, no me harán contarlo dos veces, par de chismosas. - Agregó Clarke.

- Pero... - Raven se volteó para fijarse en el reloj de la cocina. - ¡Demonios! Falta una hora para su jodida teleserie. - Respondió Raven decepcionada.

Encuentro OportunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora