Capítulo XXVI

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POV ALFRED

Estamos en medio del mar, en el braco con música, cervezas, comida. Nada podía ir mal, pero desde esta mañana no podía dejar de pensar en nuestro momento.Los recuerdos de ayer por la noche estaban presentes en mi mente todo el tiempo, estaba confundido ayer parecía que no quería nada pero hoy ha empezado con ese simple juego en mi cama. 

- Alfred el móvil te está sonando -me dice Roi

- ¿Diga? -digo cuando lo descuelgo

- Alfred cariño -dice mi madre

- ¿Pasa algo mama? -es extraño que me llame cuando sabe que estamos en el barco

- Venid todos hacia casa de Miriam después -dijo nerviosa

- ¿Mama ha ocurrido algo? -me empecé a preocupar

- No nada cariño, solamente que vengáis luego y no tardéis mucho que vamos a cenar todos juntos

- De acuerdo, ahora nos vemos -y dicho colgué, algo pasaba mi madre no me solía llamar para estas cosas

Fui hacia fuera y me quedé en el marco de la puerta, vi a Amaia con un vestido de verano blanco y un moño con mechones de pelo que le caían por los lados, estaba bailando una canción animadamente con las chicas, llevaba una cerveza en la mano y no para de sonreír. Llegó Roi y se puso a hacer el tonto provocando las risas de todos. Entonces ella se giró y me miró, yo solamente le pude sonreír y ella hizo lo mismo, le guiñé el ojo y ella se sonrojó, me encanta cuando se mordía el labio a causa de nervios o de vergüenza.

- ¿Eh tio algo importante? -me pidió Cepeda

- Mi madre me ha llamado -bajaron el volumen de la música- me ha dicho que cuando volvamos vayamos todos directamente a casa de Miriam y que vamos a cenar todos juntos

- ¿En serio? -dijo Aitana emocionada

- Si, hoy vamos a estar todo el día juntos 

- Bueno por la mañana no hemos estado muy juntos -dijo Roi

-Algunos sí -soltó Miriam provocando que escupiera un poco la cerveza, miré a Amaia y ella me guiñó el ojo. Veo que quería jugar, y si así lo quería así lo tendría


Al cabo de 1 hora llegamos al puerto donde dejamos el barco y todos fuimos casa. En mi furgoneta iba Miriam, al principio solamente cantábamos las canciones, hasta que bajó el volumen

- ¿Qué pasa? -pregunté extrañado

- ¿No me lo vas a contar? -me dijo seria 

- Ya lo sabes -aparté un momento mi vista de la carretera- ¿Qué quieres saber más?

- No se me esperaba que mi mejor amigo me contara un poco de su vida personal 

- Yo esperaba que mi mejor amiga me contara que la chica que quería en la infancia que se fue a Pamplona y era tu prima, había vuelto a Mallorca -dije muy tajante

- Entonces ya lo sabes -me dijo sorprendida

- Claro que lo se, por dios yo tenia 8 años, que os creías que no me acordaría -cada vez estaba levantando mas la voz

- ¿Ella lo sabe? 

- No, pero lo tendría que saber

- No lo puede saber 

- Me importa una mierda lo que quieran sus padres

- Alfred entiendo que quieres que se quede porque estás enamorado de ella -dijo chillando

- No estoy enamorado de ella -dije rápido 

- Por favor Alfred no nos mintamos -los dos estábamos echando humo por las orejas

- ¿Por que tengo que estar enamorado de ella? Igualmente se irá 

- Dios mío no pienses en el futuro piensa en el presente -ya habíamos llegado

Bajé del coche pegando un portazo y andando hacia la casa. Oi como Miriam salía también y me chillaba

- ¿Quieres dejar de ser un niño pequeño y admitirlo? -me paré en seco- Se por una vez en tu vida un hombre y deja de no hacer las cosas por miedo. ¿Tanto te cuesta dejar de tener miedo y luchar para ser feliz? -me lo gritó, me acerqué a ella con grandes zancadas hasta quedar a pocos centímetros de su cara

- Que quieres que te diga que la quiero, de acuerdo la quiero ya esta. Pero admítelo ella se irá coño, que ella se irá, admítelo tú. Paso de volver a pasarlo mal, lo más fácil es alejarse de los problemas. Porque sí la quise, la quiero y supongo que la querré. Esa chica, la de la mirada dulce, la de la risa traviesa, la de los comentarios inoportunos, me tiene loco siempre me ha tenido. Nunca la he olvidado y supongo que todo el mundo tiene su debilidad y ella es la mía. Ya lo pasé mal y no lo quiero volver a pasar mal -me rompí a llorar

- Eh Alfred -me acarició la cara- ven aquí 

- Lo siento 

- Lo siento yo -me abrazó- no te tendría que haber dicho nada

- Te tendría que haber contado todo -los dos no nos despegábamos

- Tranquilízate 

Después de 5 minutos los dos nos tranquilizamos y decidimos entrar dentro, ya que todos habían llegado antes que nosotros. Abrimos la puerta y entramos riendo, ya que la situación que acabábamos de reír había sido muy intensa. Pero la risa se nos fue al verlos.

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Hola lectores,

¿Quiénes creéis que serán?¿Alfred necesitaba esta discusión con Miriam?¿Dejaran los miedos?¿El paso provocará dolor?¿Y el futuro? 

Os leo a todos, siempre me gusta ver que es lo que pensáis. 

Muchas gracias por leerme, votarme y comentarme. 

El verano de nuestras vidas -ALMAIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora