El verano de nuestras vidas -ALMAIA

Capítulo XI

POV CEPEDA

El silencio es lo único que se escucha ahora mismo, vamos andando por el pueblo sin un rumbo fijo. No se como empezar nuestra conversación pero con tal de estar a su lado me basta. Me giro para verla y la luz de la luna hace que sus ojos sean los más bonitos que haya en el universo. Su pelo se mueve con cada paso que da, sus manos están en sus bolsillos de atrás, un claro ejemplo de que esta nerviosa. Cuando voy a hablarle el ruido del móvil hace que nos asustemos, nos fijamos como es el suyo.

- Cógelo -le digo cuando veo que va a rechazar la llamada- nadie llama un Martes a las 2 de la madrugada, cuando todo el mundo está en su casa.

Ella me hace caso, pasan 20 segundo y veo como su rostro empieza a cambiar a preocupación. Las manos le empiezan a temblar junto a su labio. 

- Corre -gira en dirección contraria y empieza a correr yo la sigo sin saber que pasa

- ¿Que pasa? -digo mientras corremos

- Alfred -solo me basta oír esa palabra para saber lo que esta pasando, entonces le cojo de la mano y empiezo a correr más rápido

POV MIRIAM

Llego junto a Amaia corriendo, ella no sabe que le está pasando pero es que aun no he tenido tiempo a explicárselo. Toco al timbre de casa y oigo unos pasos corriendo, la persona que nos abre es Cepeda.

- Corre está arriba -me dice y yo empiezo a correr hacia las escaleras 

Una vez que llego ahí, veo a Chus, Alfredo, Roi y Aitana tocando a la puerto intentando entrar. 

- Por favor Alfred ábrenos te podemos ayudar -dice su madre chillando y tocando a la puerta

- Alfred -oigo como chilla de dolor- por favor soy Miriam abre la puerta 

Por detrás llega Cepeda con Amaia, puedo oír como él le está explicando que Alfred tiene ataques de ansiedad pero no le explica el por qué. Chus al verla corre hacia ella y la abraza

- Amaia, tu le puedes ayudar -ella está perdida, no sabe a que se refiere- a ti te hace caso, ya lo demostró la otra noche en la cena

- Yo no puedo -dice con miedo- nos conocemos de hace 1 mes no funcionará 

- Amaia, os conocéis desde hace más tiempo, si que puedes -hace una pausa- él te necesita más que nunca solamente inténtalo

Los golpes, las lágrimas, los gritos de dolor no cesaban. Ella reaccionó y se dirigió hacia la puerta que separaba el pasillo con la habitación. Todos nos quedamos callados, rezando para que parara de hacerse más daño.

- Alfred -puso la mano en la puerta- soy yo Amaia, tu amiga de Pamplona, ¿Qué tal si me abres la puerta? 

Ya no odiamos golpes, había parado, estaba funcionando. Ella puso su frente contra la puerta dejando que una lágrima escapara

- ¿Quieres hablar conmigo como cuando por las noches no tenemos sueño ninguno de los dos y nos llamamos? -una pequeña sonrisa le salió al recordar 

Cepeda estaba abrazado junto Aitana, los padres de Alfred estaban impacientes pero sabían que si había alguien que pudiera rescatar a su hijo era mi prima. Roi y yo estábamos agarrados de la mano esperando una respuesta. Entonces oímos como la llave de la puerta giraba poco a poco y se abrieron unos 5 centímetros. 

- ¿Puedo entrar, ruru? -dijo con la voz temblorosa

- Sí -su voz sonaba destrozada 

Ella nos miró y miró a la madre de Alfred, Chus solamente le sonrío agradecida. Amaia entró y ninguno de nosotros se movió ni un pelo. No hasta que el saliera y lo viéramos