Capítulo 10

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Justo cuando Capricornio está pensando en mandarlos a todos a dormir de nuevo en mitad de la nada, un motel salvaje aparece. Los que no están en el autobús lloran de alegría porque van a dormir en una cama, y los de Ofiuco, porque van a dormir separados.

En la recepción está la típica señora malhumorada, fumando un pitillo y leyendo una revista de cotilleos. Aunque todos se acercan, Capricornio es el único que va a saludar.

Capricornio: Perdón, —dice algo molesto por el olor del tabaco. —nos gustaría coger habitaciones, si es posible.

La mujer, desde detras del mostrador, lo mira de arriba abajo y le echa el humo en toda la cara.

Señora: ¿Vienen todos juntos? —tiene una voz horrible. Todos asienten. —Nos quedan tres habitaciones de dos camas y tres de matrimonio. Si quieren, les doy tiempo para que se organicen.

Hacen una piña y empiezan a debatir.

Aries: Yo voy con Piscis, obviamente. Tenemos que... hablar. —le guiña un ojo.

Virgo: Ya van a chingar como conejos...

Sagitario: En tal caso, yo también tengo que hablar con mi novio. —enebra el brazo con Libra. —Cariño, tú conmigo.

Libra: Por descontado.

Escorpio: Yo voy con Tauro.

Cáncer: Jo...

Escorpio: Es que tenemos que cotillear, le han llegado ciertos rumores jugosos. —se encoge de hombros.

Géminis: Leo, tú te vienes conmigo, que el resto no me transmite confianza.

Acuario: Oye, ni que fuéramos presidiarios. —dice ofendida.

Géminis: C'est la vie.

Virgo: No se preocupe, ya voy yo con usted. —apoya su brazo en el hombro de la rubia.

Capricornio: ...

La cabra, como no podía ser de otra forma, le acaba tocando con Cáncer. Parece una broma cruel del universo, pero al menos aún tiene la oportunidad de pedir camas separadas. Pero como si todos pudieran leer sus pensamientos, se arremolinan en torno a la señora, que se agobia con tanta gente.

Señora: A ver, por orden, por... ¡Por orden hostia! Quince, diecisiete, dieciocho... ¡Eh, ¿quién me ha mordido? Agh, veintiuno y veintitrés. Panda de salvajes... —bufa.

Cuando Capricornio puede pedir habitación, solo queda una de matrimonio.

Señora: La veinticinco para usted, señor. Que lo pase bien. —y deja ver claramente el doble sentido.

Capricornio rueda los ojos y mira a Cáncer, quien se sonroja.

Cáncer: Supongo que... nos ha tocado. —le cuesta sonreír.

Capricornio: Sí... Supongo que sí...

Cada mochuelo se mete en su olivo de mala muerte. Mientras unos charlan y otros hacen cosas clasificadas como porno +30, Capricornio y Cáncer se encuentran en el más pesado de los silencios. Uno no puede dormir por la emoción de estar con su crush, y el otro por lo incómodo que se siente.

Cáncer: Esto es un poco... raro. —dice, tratando de romper el hielo.

Capricornio: ¿Tú crees? —contesta secamente, lo que hace callar de inmediato al cangrejo. —Perdona, es que... estoy muy cansado. Vamos a dormir, anda. —se coloca los tapones para los oídos y se pone de espaldas a él. —Buenas noches.

Doce... y deja de contarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora