Capítulo 5

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Lejos del ambiente tan agrio en el autobús, unos poco metros por detrás de este, va la camioneta de Tauro, donde también está Cáncer, quien se ha adueñado de la radio y tiene al pobre toro cansada con tanto graznar (porque eso es de todo menos cantar).

Cáncer: Don't call my name, don't call my name, Alejandro. I'm not your babe, I'm not your babe, Fernando.

Tauro: Por el amor de Dios, ¿puedes callarte? —dice exasperada.

Cáncer: Em... no. Don't call my name, don't call my name, Roberto.

Tauro: Señor, dame paciencia para no matarlo ahora mismo... —aprieta con fuerza el volante. —¡Deja de chillar cual pato agonizante y déjame vivir!

Cáncer: Oye, ahí te has pasado.

Tauro: No estoy diciendo nada que no sepas. —alza un poco los hombros.

Cáncer: Pues me enfado. —Y aparta la vista de su mejor amiga y la pega al paisaje.

Es lo mismo que llevan viendo prácticamente desde que salieron de Montague: desierto, algún árbol por ahí, sol demasiado abrasador para estar en noviembre y mucha maleza. La verdad, nada nuevo. Pero entonces, el cangrejo oye algo que le suena muy familiar.

Cáncer: Sube el volumen.

Tauro: ¿Eing?

Cáncer: ¡Que subas el volumen!

Tauro: ¡Bueno, vale, pero no me muerdas! —gira la ruedecita y entonces entiende a qué viene tanta prisa. —Serás hijo de...

Cáncer: Stumbling around like a wasted zombie. Yeah, we think we're free. Drink, this one's on me. We're all chained to the rhythm, to the rhythm, to the rhythm!

Tauro: ¡Eres un puto y un falso! —grita rabiosa.

Cáncer: ¿Qué pasa, se me nota mucho lo Cáncer? —sonríe burlonamente.

Tauro: Hm, lo Cáncer no sé, pero que eres un cáncer, sí.

Cáncer: ¡Es lo más cruel que me has dicho desde que nos conocemos! —se lleva la mano al pecho como la drama queen que es.

A la cola de la caravana está Escorpio en su Harley. Reflexiona sobre si ha sido una buena decisión irse a vivir con el resto de sus compañeros. Vale que son sus únicos amigos, pero el cambio que está dando por ello es enorme. Aunque por otro lado, piensa, ya ha catado toda la fauna de su ciudad, y empezaba a aburrirse. Además...

Escorpio: No. No pienses en eso. —se dice. —Vamos a ver el lado positivo, seguro que la costa del Lago Hurón es lo suficientemente atractiva turísticamente para que muchos y muchas giris cahondos se paseen por allí. Y a eso hay que sumarle las posibles deseables existencias que Rogers City tendrá de serie. Me parece que me voy a poner las botas. —y, a pesar de que no se ve por culpa del casco, la cara de perversión que pone habría enorgullecido al propio Satán. —Espero que sea suficiente para no pensar en ello.

Y, para terminar con el repaso, a la cabeza del grupo, van Capricornio con Piscis y Acuario. Desde el incidente con Aries, ninguno de los tres ha emitido sonido alguno, y no parece que ninguno esté dispuesto a hacerlo. Capricornio por orgullo, Acuario porque no sabe qué debería hacer, y Piscis...

En realidad, Piscis no ha dejado de sollozar desde que arrancaron por segunda vez y ya tiene más que harto a Capricornio.

Capricornio: Piscis, no tienes que...

Piscis: ¡Sí, sí que tengo que ponerme así! —grita, asustando a Acuario. —¡¿Por qué no podéis simplemente estar cinco minutos sin pelearos?! ¡¿Es mucho pedir que mi mejor amigo y mi novio no se maten?!

Doce... y deja de contarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora