Tres semanas para la obra. Habíamos estado ensayando durante las últimas dos semanas seguidas. Ya teníamos la mayor parte de la obra dominada y aprendida. Wade resultó ser un increíble romeo y era muy buen actor. Si seguía así, sería imposible de que Kyle lo tuviera que suplir. Yo no era tan genial siendo Julieta, parecía más niña y estúpida que el personaje verdadero, pero según todos lo hacía muy bien. Incluso para Jaffe, quien esperaba que me dijese más comentarios estúpidos al verme actuar, pero aunque a veces lo hacía, parecía ser un buen director. Nos decía qué y cómo hacer cada una de las líneas de los personajes, ayudándonos a actuarlas, lo cual era impresionante. ¿Cómo un chico con una actitud de chico-patán-contra-el-mundo podía ayudarte a montar una obra teatral? Esto no iba con el protocolo de los chicos mal portados. ¿O acaso era un nuevo protocolo en el que los chicos rudos también podrían ser románticos? Pero más allá de los ensayos de la obra, Jaffe no me había vuelto a dirigir la palabra desde que lo encontré cuando estaba con Ashton en la estación de gasolina.
Seguía saliendo con Gwen, Jackson y Ashton, pero siempre los cuatro juntos. Ashton no me había invitado hasta el momento a salir en una cita sólo los dos, y tampoco creía que era algo obligatorio porque, a fin de cuentas, sólo nos habíamos vuelto muy buenos amigos. Aunque me había ilusionado, posiblemente más de lo real, de que yo le gustaba. Sabía que era tonto pensar eso. Pero mi subconsciente aún esperaba que cada vez que me llevaba a casa llegara ese final donde me besaba al terminar la noche, pero no. Y se había vuelto algo de costumbre que al salir todos juntos, Jackson llevaba a Gwen a casa por su toque de queda y Ashton me llevaba a mí, así como la primera vez.
–Julieta –dijo Wade, siendo Romeo–, huyamos juntos. Vamos a otra parte y seamos libres de amarnos.
–Pero, Romeo, yo...
–No lo pienses, no hay tiempo. Tenemos que irnos, Fray Lorenzo nos ayudará.
Sonreí, porque mi personaje decía que sonriera cuando Romeo decía esa línea y entrelazara mi mano con la de él.
Pero luego no recordé lo siguiente que tenía para decir, y me quedé con la boca abierta exponiendo mi lengua y tratando de acordarme de las palabras, pero fallé.
–¡Cor-te! –gritó Jaffe con frustración. Siempre que yo me equivocaba se ponía así, pero con los demás parecía ser más paciente. ¿Cuál era su maldito problema? – Jules, hemos repasado esta escena, ¡tres veces!
–Ya lo sé, pero es que es tan confuso aprenderme el enorme diálogo de tres renglones que usa Julieta sólo para decirle que es hermoso. ¿No podría decirle simplemente "Eres bello", y listo?
Jaffe resopló.
–¡Que no! Ahora sigan.
Suspiré, y me coloqué nuevamente junto a Wade entrelazado nuestras manos. La verdad era que no se sentía para nada incómodo, tan sólo era actuación, no como usualmente me sentía con los chicos a mi alrededor.
–Mi querido Romeo, tendríamos infinidad de tiempo para amarnos libremente... –traté de recordar y de nuevo las palabras se me iban. Oh, lo tengo...
–¡Irónico! –gritó alguien desde los asientos. Y tuve ganas de estrangularlo por matar mi pedazo de inspiración.
–Cierra la boca, Kyle –le respondió Jaffe.
–¿Por qué? Si esa es la verdad: ellos ni siquiera tuvieron tiempo, ambos acabaron muertos –rió estúpidamente.
–Si lo único que saldrá de tu boca serán estupideces, mejor lárgate –le respondió en modo de advertencia.
–Soy parte de la obra, sácame a ver si puedes –le retó Kyle.
–Eres suplente, lo que significa que inútilmente lograrás participar.
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Please Don't Say You Love Me
Teen FictionEsta es la cosa: hay un chico en mi clase de Literatura llamado Jaffe Wayland, y lo conozco desde mi nacimiento, literalmente. Él es un maldito chico arrogante, quisiera aventarlo de un pozo pero temo que regrese en venganza saliendo de alguna telev...