"I can't help it, I like you"

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Lo pensé dos veces cuando ya estaba en el auto de Jaffe. Cuando ya habíamos pasado como cuatro esquinas. Y sabía que si decía alguna excusa como "tengo que ir a casa, mi madre me espera", se iba a sentir mal. Conocía a Jaffe y sabía que no era del tipo que te invitaban a su auto para secuestrarte o asesinarte, pero no sabía realmente lo que estábamos haciendo. No era del todo incomodo, pero sí extraño. Es decir, él estaba con eso de que yo me negaba a salir con él, ¿entonces esto era una salida? ¿Una salida para conocernos mejor, según él? Lo bueno del momento era que las canciones que se escuchaban en el estero de su auto me gustaban.

-Iremos a Wellington -habló él de repente-, ahm... se suponía que debía verme con los chicos hace un rato ahí, solemos ir todos, ya sabes -me dio una sonrisa-. Oh... pero si quieres podemos ir a otro lugar -me di cuenta de cómo se removía un poco en su asiento, como si no estuviera seguro de lo que decía, y mantuvo su vista al frente-. Quiero decir, posiblemente no te graden mis amigos.

-Está bien -dije vacilante, no sabía qué mas decir-. Si ya tenías otros planes, simplemente puedes pasarme a dejar a casa. De hecho, en la siguiente esquina a la izquie...

-Jules, no voy a dejar que utilices alguna excusa. No entiendo qué te detiene a que salgamos una vez.

Buena pregunta, ni yo misma sabía por qué.

Jaffe es un idiota, molestoso, arrogante, sus bromas no son del todo graciosas para todos pero para él sí, es infantilmente fastidioso, incluso pareciera que cada cosa que dice es un grito de "golpéame", es insoportable como no tiene idea, y a veces su presencia me llegaba a irritar. Pero, por otro lado, era como cualquier otra persona. Tenía sentimientos, y se preocupaba por los demás, incluso con lo estúpida que era su imagen exterior lograba sacar buenas notas. No era tan estúpido quizás, y también, había que admitirlo, era apuesto. No tenía argumentos reales u objetivos para irme en su contra, todo lo que tenía de él era subjetivo.

Podía sentir cómo me miraba de reojo a cada segundo, y parecía debatir mentalmente sobre un tema del que no tenía idea.

-No, no estoy inventándome una excusa si es lo que crees. Pero tampoco sé por qué haces esto. ¿Por qué insistes tanto en que nos conozcamos? Jaffe, te conozco desde mi nacimiento, prácticamente. ¿No sería esa una excusa tuya?

-No nos conocemos realmente, Jules. Sólo crees conocer lo que soy, y lo que los demás me han hecho ser -rodé los ojos, ese era su tono de "sabio filósofo".

Se calló por unos segundos y luego prosiguió.

-Vale, sí es una excusa mía, creo -detuvo la velocidad del auto en el semáforo de la avenida Warwick, y me dedicó su atención-. Tú sabes por qué lo hago, te lo he dicho pero no lo crees. Jules, tú me gustas. Y no, no estoy bromeando. Tampoco es alguna estúpida apuesta como toda la jodida escuela cree. Ahm... bueno tampoco estoy confesando mi amor o algo por el estilo, nada de eso. Sería raro, además de que no va conmigo. Sólo estoy diciendo que me atraes, de una forma diferente, muy diferente a como me han atraído otras chicas-su discurso fue interrumpido por las bocinas de los autos que estaban formados detrás de nosotros.

El semáforo había cambiado a verde, pero Jaffe pareció no darse cuenta porque sólo seguía mirándome. O sólo los estaba ignorando.

-Tú no eres ese tipo de chicas que llegan y muestran las tetas por un poco de atención, o como esas que los chicos quieren para divertirse. Tú eres ruda de una manera dulce, o al menos eso intentas -río tiernamente-, y eso me agrada. Además, siempre quieres estar lejos de los problemas, y Jules, ¡esa es una de las razones principales por la que me encanta molestarte y hacerte enfadar! -él no dejaba de sonreír, y no sabía si era aceptable que yo también sonriera, pero lo estaba haciendo-. Porque no sabes cómo manejar lo que se te sale de control, o lo imprevisto, lo que no planeas. Y es ahí cuando me sorprendes, puedes sujetarte y afrontarlo, o bien tirarte a llorar.

Please Don't Say You Love MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora