No desperté en ningún momento en la madrugada de esa noche, hasta la mañana siguiente cuando me percaté del lloriqueo de Jas a lo lejos. Me di cuenta de que me había quedado dormida en un sillón de la sala, supuse que caí rendida mientras estaba tratando de procesar todo lo que había pasado la noche anterior. De los eventos que habían ocurrido y la única pregunta que no dejaba de rondar por mi mente: ¿Qué había pasado? Empezando con Jaffe, de cómo ahora él y yo éramos... ¿amigos? Y cómo era posible que unos minutos antes de que nos besáramos yo estuviera completa e irreversiblemente convencida a asesinarlo mentalmente. De por qué, si quiera, no puedo entender lo que pasó.
¿Qué había pasado con Jas, por qué ella había llegado a ese estado? ¿Qué había pasado con Gwen y Jackson, dejando solo a Ashton? ¿Qué había pasado con Ash cuando fue con Cara, y cómo se ha de estar sintiendo?
Levanté un poco la cabeza para ver hacia el sillón donde Jas se había desplomado dormida, su figura me pasó a un lado mientras hacía una carrera con ella misma subiendo frenéticamente las escaleras. Somnolienta, logré levantarme y alcanzarla unos segundos más tarde, y la encontré sentada a un lado del inodoro, aferrándose a los lados de éste para que su cabeza no se hundiera por completo mientras daba arcadas. Hice una mueca antes de correr hacia ella y ayudarla sosteniendo su cabello. Traté de tranquilizarla mientras frotaba incómodamente mi mano sobre su espalda, porque realmente no sabía qué más hacer. Era un poco asqueroso.
–¿Qué? –pregunté algo confusa al no haberle puesto atención cuando habló.
–No quiero estar embarazada –gimoteó.
Reprimí una carcajada ante su declaración.
–Por Dios, Jas, ¿en serio sigues tan ebria que ni sabes lo que dices? –reí.
Ella lloriqueó unas cuantas veces como si estuviera sufriendo de muerte, y luego de otra ronda de arcadas y vómitos, por fin cerró la tapa del inodoro y se sentó sobre ella. Yo me quede a un lado del lavabo, sólo por si acaso.
–Debí de haberlo abortado o algo... –comenzó a decir, y se limpió la boca con el dorso de su mano–. Pero estaba tan asustada... –alzó la mirada hacía mí y sollozó–, no supe qué hacer.
Fruncí el ceño mientras la veía, ya no podía reírme si lo decía de una forma seria y arrepentida; sólo me quedé inmóvil, con la boca abierta tratando de que algo me hiciera hablar.
–¿Qué? –fue lo único que se ocurrió–. Jas, ¿estás embarazada?
Ella apretó los ojos ante lo que dije, como si no quisiera escuchar esa palabra, y trató de calmarse.
–Tengo tres meses.
–¿Qué? –repetí, exclamando de sorpresa–. Jas, estás embarazada... ¿Cómo pasó? –bueno, por supuesto que sabía cómo había pasado.
Ella me miró tratando de encontrar las palabras para hablar y terminó sollozando.
–No lo sé, yo sólo... –se cubrió los ojos con las manos y lloró–. Nunca pensé que Sean se alejaría cuando se lo dijera. Ahora lo único que quiero es que eso nunca hubiese pasado.
Ella estaba sufriendo, quizás no de muerte pero no quería pensar que era algo igual. Mientras me sentaba junto a ella y la abrazaba, me di cuenta de que no era más esa niña que traía la seguridad consigo misma. Ya no era la supermodelo artificial y engreída que siempre pensé que era. Ella estaba asustada, partiéndose en miedo, y con un bebé en camino.
Durante el fin de semana no supe nada de nadie. Ni de Gwen, ni de Ashton, y aunque no quisiera admitirlo del todo, ni de Jaffe. Me la había pasado enteramente junto a Jas, quien estaba un poco avergonzada de sí misma por cómo actuó y lo que hizo. Y cuando mis padres llegaron el domingo por la tarde, fingimos que nada había pasado y acordamos que en algún momento debíamos decírselos, cuando comenzara a notarse algo o cuando ya no pudiéramos ocultarlo más.
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Please Don't Say You Love Me
Ficção AdolescenteEsta es la cosa: hay un chico en mi clase de Literatura llamado Jaffe Wayland, y lo conozco desde mi nacimiento, literalmente. Él es un maldito chico arrogante, quisiera aventarlo de un pozo pero temo que regrese en venganza saliendo de alguna telev...