Capítulo 5: la piscina.

787 24 2
                                    

Ana

Tras un pequeño camino, entré en la facultad, la cuál justo estaba abriendo en ese momento el encargado. Me dirigí al aula donde había pasado mi curso, concretamente de esta asignatura, y dejé los libros junto con los apuntes. Cuando salí de aquel edificio sabiendo que no iba a volver a entrar más, sentí varias cosas. Por un lado tristeza, de saber que mi etapa allí había terminado y que había pasado buenos momentos allí y una mayor parte de mis años de juventud, esos que podría haber aprovechado más. Pero por otro lado, sentí liberación. Por fin podría trabajar en esto, y que así tuviese suficientes ingresos como para cumplir uno de mis sueños; viajar por todo el mundo. En estos cinco años he estado trabajando en un bar, para pagarme mis estudios, pero solo me daba para eso, y de milagro. Así que trabajar como abogada probablemente me daría alas para viajar, en cierto modo.

Me monté en el coche y con una gran sonrisa en la cara, conduje hasta mi piso. Cuando entré, vi que estaba solo en casa Mimo, el cuál venía ronroneando a mis pies. Jadel estaría fuera con sus negocios supongo.

Ah, no os había hablado de él aún. Jadel es mi novio. Lo conocí hace 3 años en la Uni, era su último año y él también estaba estudiando derecho. Cuando lo conocí lo ví una persona interesante. Pero en estos 3 años de relación, cada vez le veo menos algo interesante. Siempre está de negocios y apenas tiene tiempo para mí. Y últimamente no estamos muy bien, ya que tiene una mala racha en el trabajo, pero yo no tengo culpa de eso, y aún así lo paga discutiendo conmigo y contestándome de maneras secas. Apenas me acuerdo de él, y empiezo a pensar que esto es el comienzo de nuestro final. Siento que él está asentando las bases de su vida demasiado rápido y yo no quiero eso. Yo quiero aprovechar mi tiempo al máximo, viajar (cosa que a él no le gusta). Solo viajamos en Navidad para ver a nuestras familias. Y sí. Casualmente somos del mismo sitio, Tenerife. Jadel trabaja en un famoso buffete de abogados el cuál es de su padre. Así que yo tengo empleo asegurado ya que aparte de ser Jadel mi pareja, a su padre le caigo genial. Muchas veces, y sobre todo últimamente, su padre le decía que a ver si se le pagaba algo de la alegría que yo tenía siempre. Me llevaba muy bien con su familia, pero cada vez peor con él. Al principio de la relación, parecía que estábamos predestinados para estar juntos al tener tantas cosas en común. Pero creo que esto no ha salido así.

Me cambié y me puse un bikini nuevo del cuál estaba enamorada. Era de mi color favorito, azul. Luego cogí una toalla y un par de cosas más y me fuí al coche. Conducí hasta casa de Aitana. La puerta ya estaba abierta. Así que abrí y en la piscina del jardín, ya estaban mis amigas esperándome.

-¡Ana! (Gritaron las tres al unísono.)

-Ai, hola chicas. Por fin os veo. Que ganas tenía.

Nos dimos un fuerte abrazo las 4 y nos disponíamos a meternos en la piscina.

-Carai Ana, que guapa estás. (Dijo Amaia con la boca abierta.)

-Sí tía, ese bikini te sienta genial.-Afirmó Nerea.

-Muchas gracias chicas. Eso sois vosotras, que me mirais bien.

-O porque llevábamos mucho sin verte, con esto de tus exámenes finales.- Dijo Amaia.

-Puede ser, pero por fin he acabado. (Dije con una gran sonrisa.)

Nos pusimos a nadar un rato cuando Aitana preguntó lo inevitable.

-¿Qué tal estás ya con Jadel?

-¿Seguís enfadados?-Dijo Nerea.

-Pues no sería para menos, porque con el numérito del otro día. Fue para darle un ostión.-Soltó Amaia.

Todas la miramos sorprendidas, y ella pidio perdón con las manos en son de paz.

-Sí. Digamos que últimamente nunca estamos bien. Y lo del otro día fue algo más. Apenas nos hablamos en casa.

Antes de ayer estaba con las chicas, cuando tuvimos la idea de salir a tomar algo. Llamé a Jadel para decirle que llegaría tarde cuando me empezó a soltar que no respetaba nada, y que apenas pasábamos tiempo juntos. Y yo le reproché con todas esas veces que estaba él tomando algo con los de la oficina y ni se acordaba de mí. Sus gritos a través del teléfono eran tan altos que hasta ellas pudieron escucharle. Terminé colgándole y llegando aquella noche a las 5.

-Si ves que por ahora está mal la cosa, puedes quedarte a dormir hoy aquí si quieres.-Se ofreció Aitana.

-Tranquila, no pasa nada. Somos ya mayorcitos los dos como para convivir sin tirarnos trastos a la cabeza. Además tengo que preparar la maleta y varias cosas más para poder ir a ver mañana a mi padre y despedirme de él antes del viaje.

-¡Es verdad Ana! Pasado mañana te vas. Y estaremos otras dos semanas sin verte, jo. ¿Tienes ganas de irte?- Dijo Amaia entusiasmada.

-Es algo super guay.-Añadió Nerea.

-Sí, la verdad es algo que llevo esperando mucho. Y aparte supongo que me vendrá bien con Jadel. Al estar dos semanas sin vernos, nos hablaremos mejor al volver y seremos más suaves el uno con el otro.

-Pues sí. Pero ya sabes lo que opinamos nosotras. Cuando esa relación se tenga que acabar, se acaba, Ana. Para que darle más vueltas.-Dijo Aitana.

-Ya, lo sé.

En cuánto a lo del viaje, os contaré. Todos los años se realiza un viaje a un destino distinto cada año, de dos semanas, para aprender inglés y hacer turismo. Siempre me ha encantado la idea. Así que he estado ahorrando estos 5 años algo del trabajo y como regalo a mí misma por haber acabado la carrera, me lo pagué este año. Además, es a Australia, uno de los sitios con los que siempre he soñado visitar. Tengo el presentimiento de que será una gran experiencia.

Mimi

Salí del examen al cabo de una hora y media. Me había ido genial. Había llevado todo muy claro y así lo plasmé en el examen. Así que para celebrarlo, puse un whatsapp en mi particular grupo de fiesta con mis amigos.

-Bueno que, ¿se sale hoy? El examen me ha salido genial y por fin he acabado todooo.

-Oleee. Por fin vuelve la reina de las tarimas.-Celebró Ricky.

-Siii. Gran idea. Además así nos despedimos de ti, que te vas dos semanas cabrona.-Dijo Mireya.

-Es verdad, joder. Bueno, esta noche a topeee.-Dijo Agoney.

-Eeella, que nos abandona para irse a Australia.-Dijo Miriam.

-Jajajajaja. Os quiero a mi manera chicos.-Contesté.-Bueno, ¿nos vemos a las 22.00 en el bar de al lado de mi casa para ir calentando motores y luego nos vamos al centro?

-Siii.-Dijeron todos.

Ah, se me olvidaba. Lo del viaje es una cosa que organiza la Uni todos los años, y en especial la facultad de filología y la de turismo. Así que yo no podía faltar ahí. Australia era un sitio el cuál tenía curiosidad por ver. A veces mi madre se resistía a pagarlo, pero siempre le ayudaba con unos ahorrillos que me sacaba en la academia de baile. Así que llevo yendo los 5 años a este viaje, menos el año pasado, pero fue por motivo de unos asuntos familiares. En conclusión, viajar me hace muy feliz.

Llegué a casa y me arreglé bastante, dispuesta a darlo todo. Y salí de fiesta.

NUESTRO DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora