Cuentos y mentiras

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<<Lu>>

Esa perra de Cara, siempre sabía cómo salirse con la suya y hacer que la gente se alejase, en eso era una experta.

Cuando llegamos a casa no había nadie, a excepción de mis primas pequeñas Meg y Pam ambas tenían 5 años,  se iban a quedar el fin de semana conmigo y luego se irían con mis padres de vuelta a Madrid.

-Lu... no tengo sueño, ¡cuéntame un cuento!- escuché decir a Meg mientras bajaba las escaleras, en verano siempre la costaba demasiado.

-Shhh baja el volúmen, es muy tarde- contesté y la cogí en brazos- vamos al salón.

Me senté en el sofá y la acurruqué junto a mi, caería rendida enseguida pero un cuento es un cuento y de esos sabía muchos.

-¡LUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!- oí un grito desde la habitación de arriba.

-Meg ahora vuelvo, quédate aquí y no te muevas- la dije sentándola en la esquina del sofá y subí corriendo.

-Pam, pequeña ¿qué pasa?- la pregunté mientras la cogía y la bajaba conmigo al salón.

-Quiero con Damián- contestó ella.

-Se ha ido unos días con sus amigos, tranquila, cuando vuelva tú seguirás aquí y podrás verle- la dije mientras la acariciaba la cabeza y la bajaba al salón.

Damián era un irresponsable, tendría que estar cuidando de sus hermanas este fin de semana, pero no, el prefirió irse con sus amiguitos de acampada al bosque a ver si sé mataban o algo.

Cogí a Meg y las puse a ambas apoyadas en mi pecho, me senté en el sofá y me volvieron a pedir un cuento.

-Pues érase una vez una princesa encantadora, vivía en un palacio enorme y tenía muchísimos sirvientes, ella siempre tan gentil, iba a ayudar a la cocina y hablaba con las criadas de allí, todos los días que podía, tenía demasiadas responsabilidades que cumplir, pero siempre encontraba un hueco para  ir allí . Un buen día llegó un nuevo sirviente, este era un chico joven y bastante apuesto, le habían pillado robando pan en el pueblo y le dieron dos opciones, morir o trabajar en el Castillo...

-Nooooooooo- gritaron ambas al unísono.

-Tranquilas, él decidió trabajar en el castillo. Al día siguiente cuando la princesa bajó, le vió y curiosa fue a hablar con él "hola ¿cómo te llamas? Nunca te había visto por aquí " y el joven le respondió "me llamo Eric y es mejor que no te acerques a mi", la princesa sorprendida le preguntó el por qué y él le contó cómo llegó ahí, la princesa en vez de asustarse  por su delito sonrió y le contestó "me alegro de que te pillasen", al segundo llamaron a la princesa y se fue a atender su cometido. Al día siguiente volvió y al siguiente y al siguiente, durante meses. La princesa se empezó a enamorar de aquel joven y él de ella. Unos días antes de su decimoctavo cumpleaños bajó la princesa a ayudarle a preparar la comida, había brócoli.

-Agh que asco- dijo Meg y los tres nos empezamos a reír.

-Shhh, dejarme continuar, queda la mejor parte- las dije, eran adorables y la únicas que sacaban mi lado sensible aparte de Lily...- bien pues el joven la pidió que cogiese varios ramilletes de brócoli y la pidió que los separarse en varios montones, en uno de ellos encontró un anillo, la princesa le preguntó que si aquello era para ella y él joven le contestó lo siguiente "Te amo, desde el primer día que te vi y mañana será mi último día aquí y quiero que te vengas conmigo  que seamos felices, lejos de aquí, juntos" la princesa ilusionada aceptó y aquella noche escaparon juntos del Castillo con dos caballos, ellos sólos, a vivir aventuras y a ser felices juntos, fin.

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