Capítulo 9 - Placer Maximo

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L (Mel)

—Me podrías explicar que te ocurre —vuelve reclamar Light.

—Light, perdóname por eso no se qué me paso.

—¿Seguro? –dice riéndose en mi cara.

—Eh, lo digo encerio –contesté bastante apenado y nervioso.

En eso veo que light, se le empieza a notar su pene erecto y admito que eso me excitaba.

—¿No será que, te pusiste celoso? —  pregunta Light —, mientras se acerca y me come con la mirada.

No, yo no tengo por qué ponerme celoso –respondí —, y empecé a retroceder lentamente hasta que choque con la pared.

De un momento a otro Light, me agarró la cabeza y me hizo mirarlo a los ojos. Esos hermosos ojos cafés que me vuelven loco, que hacen que me estremezca y me pierda en esa mirada.

De la nada Light me besó, de una manera suave y tierna.
Me iba a dejar llevar, pero lo empujé para que no siguiera.

Eso no le importó en lo absoluto y me volvió a besar, solo que esta vez fue un beso lleno de pasión y deseos carnales.

No pude resistirme más y me rendí ante el. Ante la persona más importante en mi vida.

—¡Light hazme el amor! –le supliqué ruborizado.

Duraste mucho en pedirlo —me susurró muy sensualmente.

Light me cargó hacia la cama, mientras nos besabamos. Lo hacíamos, como si nunca más lo fuéramos hacer de nuevo.

Me colocó sobre la cama, se abalanzó sobre mí y empezó a besar, morder y lamer mi cuello; de una manera que me sacaba pequeños gemidos que resonaban en la habitación.

Fue bajando hasta llegar a mis pezones, los lamía y pellizcaba.
No entendía, como me podía hacer sentir tan bien, solo con eso.

De pronto, sentí como la mano de Light se iba deslizando bajo mi bóxer y empezaba a cariciar mi pene el cual empezó a responder a sus caricias.

—Oh Mel, mira como se puso, solo por qué te toque un poco —presume Light —, déjame ayudarte, puso mi miembro en su boca y le jugueteaba con su lengua —.

Empecé  a masturbarme, de manera alocada. Se sentía de una manera excelente, lo que Light hacia con su boca y su lengua.
Sentí como su lengua se pasaba por mi meato, como sus labios rozaban mi pene, como entraba y salía de su boca. Era increíble.

Rápidamente eyaculé en la boca de Light y esté se lo trago todo.

Después, Light me volteó y me hizo levantar las cadera y pegar el pecho en la cama, mientras el lamía mi ano con un gran deseo. La sensación que provocaba su lengua, al entrar en mi ano me encantaba. Yo solo gemía y gemia de placer.

Al cabo de un rato, Light empezó a pasar su dedo alrededor de mi ano pero sin meterlo. Me estaba torturando y el lo sabía. Yo quería que me penetrará y el no lo hacía y de un momento a otro, no me siguió acariciando, se levantó de la cama y me miró detenidamente.

—Mel, estaba vez te preparas tú solo, esté será tu castigó por cancelar nuestra cita –dice —, con una mirada pervertida y un tono burlón —.

Me sonrojé, a tal punto que me podrían comparar con un tomate. Negué con la cabeza, en señal de que no lo iba hacer.

—Vamos Mel complaceme —pide Light.

Luego de eso, me recostó en la cama y guío mi mano hasta mi ano.

Yo empecé metiéndome un dedo, luego metí el segundo y hice movimientos de tijeritas, los cuáles hicieron que gimiera de placer y dolor.
Introduje el tercero y empecé a meterlos y a sacarlos, rápido, mientras gemía.

Volteé a ver a Light y esté estaba sentado en un sillón frente a la cama, observándome detenidamente mientras se masturbaba alocadamente.

Light paró de masturbarse y me hizo un seña de que fuera donde el, fui hacia el gateando de una forma muy sensual.

Llegué y acaricié con mi mano su pene, de una manera muy tentadora; Light simplemente soltaba pequeños gemidos.

—¿Mel, quieres un poco? –me dijo Light—, mientras agarraba su enorme miembro —.

—Sí, por favor lo deseó –respondí.

No sé, de dónde salió este lado mío, pero eso no importa en este momento.

Agarré el miembro de Light y lo introduje en mi boca; comencé a chuparlo como si fuera el helado más delicioso del planeta. Al cabo de un rato, Light se vino en mi boca y yo me lo tragué absolutamente todo, igual que el conmigo.

Light se levantó y me cargó de nuevo a la cama, me colocó de cuatro y de una sola estocada entró en mi.

A-ah ah, L-light.
—¡Más profundo, quiero que me des más!– imploré.

Mel, estás tan estrechó, se siente tan delicioso estar dentro de ti, me fascina —me daba elogios Light.

A-ah ah ah ahí, L-light ahí quiero que me des más ahí —gemí.

Light había tocado mi punto "G", no podía describir lo bien que se sentía, cuando Light me da con todas sus fuerzas en esa parte.

Nuestros gemidos se podían escuchar en toda la habitación, nunca había sentido tanto placer.

Así estuvimos varias horas, hasta que no pudimos más y caímos cansados a dormir.

Ciego Ante TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora