La reencarnación de Lucifer.

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Samantha.

Volví a darle otra mirada al espejo del baño del personal, como si la imagen fuera a cambiar por arte de magia, me rodé los ojos a mi misma y mecánicamente lavé mis manos. El maldito gato había hecho de las suyas con los tres uniformes que tenía en el canasto de ropa sucia y no me quedó más opción que ir a comprar uno nuevo, el cual consistía en una falda tubo que terminaba por sobre mi rodilla y la parte de arriba azul con abertura del escote dejando ver una pieza blanca, al igual que en uno de los bolsillos. Era bastante bonito y delicado, pero para mi mala suerte, tuve que comprar uno de 2 tallas menos a la que usualmente utilizaba por lo que lo sentía demasiado pegado a mi cuerpo. Cosa que detestaba.

Saqué papel para secar mis manos rápidamente y salí del baño tratando de disimular mi malestar, Jannell me pidió que llegará más temprano de lo normal para ayudarle con los ingresos que, por el día de hoy, se realizarían temprano en la mañana para evitar movimiento a las 8am, por una reunión del consejo de médicos e investigación. Jannell me explicó que cuatro doctores del hospital estaban postulando a cupos en el extranjero para realizar especializaciones en una universidad bastante prestigiosa en Francia, por lo mismo Grendic quería el menos movimiento posible en nuestro piso ya que gran parte del equipo de investigación del hospital y la región estarían presentes. Lo que indicaba también una gran marea de egos chocando entre sí, como si no tuviera muchos de esos por estos lados.

-¿Prefieres fijar la medicación? –Jannell se veía muy agotada, por lo que estuvimos hablando, el fin de semana fue bastante movido y duro. Miré el reloj de mi muñeca y le sonreí a mi compañera

-Yo me encargo del resto –Le dije dándole un apretón en el hombro – vete a casa a descansar –Ella dio un suspiro

-No quiero dejarte sola con esto –Dijo negando con la cabeza –además...

-Además nada –Le rodé los ojos –ya has hecho suficiente, terminaré el tarjetero y esperaré los últimos dos ingresos –Dije haciendo un gesto con mi mano restándole importancia – ve tranquila –Jannell se negó rotundamente a abandonar el turno sin ayudarme en algo más, por lo que fue ella quien realizó las rondas con el Doctor Neira antes de irse, cosa que agradecí felizmente porque en ése momento tenía dos descompensaciones en adultos mayores y eso definitivamente era mi prioridad.

A las 7:20am comenzó el movimiento de médicos en el piso: trajes, corbatas y egos paseándose por los pasillos, palmadas fingidas en la espalda a modo de saludo y algunas miradas bastantes arrogantes a mi personal y a mí. Unos cuantos se acercaron a saludar, más por querer hacer relucir su jerarquía ante nosotros que a una real intención de comunicación. A varios de ellos ubicaba de nombre por las revistas de investigaciones que he leído durante años, y otros por los que había visto en una de las tantas exposiciones del proyecto en el que participé en mi antiguo trabajo.

Ro, cada vez que pasaba por mi lado, hacía comentarios pícaros sobre mi trasero y el de alguno de las "visitas" en nuestro piso, a pesar de que su traje perfectamente limpio y arreglado y su cabello domado en dos trencitas bajas que le daban aspecto de niña buena... seguía siendo Ro. Catalina, una de las enfermeras que había vuelto de sus vacaciones, sería mi compañera de turno, un alivio para mis nervios puesto que la carga del piso era bastante grande para estar a cargo de una sola persona. Ella resultó ser muy amable y eficiente, teníamos casi el mismo sistema de trabajo por lo que nos entendimos perfectamente, a pesar de que no hacía más de diez minutos que nos conocíamos, realmente sentí que podría confiar en ella. Fabiola y Dayanne eran las más felices con su presencia, de seguro pensarían que Catalina sería mi futuro reemplazo en el cargo de jefa de piso, riendo para mis adentros las ignoré como de costumbre.

A las 8:10am los pasillos estaban desiertos, tratábamos de hablar lo más bajo posible para evitar el eco típico del hospital dentro de nuestro piso, y pedí a Guillermo y Fabiola distribuir los desayunos con bandejas a las habitaciones para evitar mover tanto el carro de alimentos y así disminuir el ruido ambiental.

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⏰ Última actualización: Aug 05, 2018 ⏰

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