— ¡Alex en qué estabas pensando! — Robert me miraba serio al igual que Peter.
Los dos estaban con sus pijamas que consistían en shorts y una polera blanca, era difícil tomarlos en serio si me hablaban así vestidos.
— Lo siento está bien, pero tampoco fue mi culpa que quieran secuestrarme — ruedo los ojos.
Estaba bastante cansada, apenas había llegado a casa y los dos estaban esperándome en la puerta de la casa como perros guardianes. Al parecer Robert le habló a Alistair para que me vaya a buscar ya que estaba acompañando a su amigo el policía en la patrulla y claro él se encargó de contarles todo lo que pasó.
— Mañana hablamos, quiero dormir — me tapo el rostro con las manos con cansancio.
— Fue algo estúpido — escucho que murmulla Peter.
Entre los dos comienzan a tener una pequeña discusión en la sala, mientras yo subía con apuro a mi habitación, al pasar por el cuarto de Peter que tenía la puerta abierta pude notar que había alguien en su cama, creo que en mi pequeña conciencia al enojarme tanto ayer y casi ser secuestrada me di cuenta que me da igual, de todas maneras es la vida de mis hermanos, aunque debo admitir que odio que mis amigas se metan con ellos.
A la mañana siguiente la casa estaba inusualmente tranquila, suponía que los dos habían salido con Dotie y Casey aunque no creo que sea así, porque aún seguía siendo viernes. Mientras bajaba de mala gana las gradas para poder prepararme algunas tostadas veo que algo se mueve rápidamente hacia la cocina.
— Que rayos — mascullo achinando los ojos y siguiendo a eso.
— ¡Sorpresa! — un grito detras de mí se hace presente.
Al sobresaltarme me termino cayendo de trasero al frío piso de madera. Veo que la castaña se sonroja y se disculpa apenada.
— Alex — mi otra amiga castaña estaba parada en la puerta de la cocina con un mandil de cocina, tenía un poco de harina en el pómulo.
Dotie me da la mano para poder ayudarme, sin embargo la rechazó y me levanto por mi misma, no podía dejar que me vean como si no pasara nada, aunque ya lo había aceptado, me molestaba que hayan hecho eso.
— Por favor perdonanos — suplicaba Dotie.
La castaña más bajita me empuja hasta la cocina y ahí podía notar que me había preparado el desayuno.
— Vaya — veo que habían preparado panqueques, unos huevos revueltos, salchichas, tocino acompañado de un jugo de naranja - se ve delicioso.
— Por favor Alex, siéntate y disfrútalo — me acomoda la silla Casey — todo esto lo hicimos con Dotie con tal de que nos perdones por lo de tus hermanos.
— Claro, primero tengo que traer la mochila de mi habitación para salir deprisa — hablo rápidamente.
Subo trotando las gradas entonces observo por la ventana de mi habitación que tan alto era saltar desde ahí. Apenas piso el techo el miedo comienza a entrarme, veo que un auto se estaciona en mi acera y por un momento siento que son mis hermanos, pero sólo era el hombre que me había traído hasta mi casa el dia que me torci mi tobillo.
— ¿Estás bien? — me grita.
Debo de parecer una chica con problemas mentales que se trata de quitar la vida.
— Sí — respondo con miedo que las dos chicas de abajo se den cuenta de lo que pasa.
Intenta hablar pero le hago una seña para que se calle. Él se acerca a la orilla de donde yo me encontraba. Poco a poco me voy acercando a la orilla, cuando ya estaba preparada para saltar veo que una abeja se acerca a mí, entonces sin pensarlo dos veces me lanzo del techo. Caigo encima de su pecho de él.
— Lo lamento — me carcajeo y me sonrojo.
— Descuida — un murmullo se escucha dentro de mi casa.
— Levantate — jalo de la mano de él para poder arrastrarlo hasta su coche.
— ¿Qué sucede? — frunce el ceño.
Nos metemos los dos en su coche y él en seguida avanza a una velocidad moderada, ya para entonces podía ver por el retrovisor a Casey y a Dotie paradas mirando como nos íbamos.
— Ahora si que pasó — dice más serio.
— Trato de evitar algunas personas — hago una mueca al darme cuenta que me había raspado el codo.
A pesar que él me había llevado a casa la anterior vez, no sabía su nombre, para aún era un misterio.
— ¿Cuál es tu nombre damisela en apuros? — me dice, como si hubiera sabido lo que pensaba.
— Alex — veo su perfil — ¿El tuyo?
— Sam — se ríe.
Entonces me acuerdo que no sabía a donde me llevaba, no le había dicho hacia donde me dirigía.
— ¿A dónde estamos yendo? — me aterra que de nuevo me secuestren.
— A la preparatoria del Pacífico ¿Acaso no estudias ahí? — me mira por una milésima de segundo.
— Sí ¿Cómo sabías? — enarco una ceja.
— La mayoría está ahí — se encoge de hombros.
Me deja justo en la entrada el marinero, le agradezco por llevarme y por agarrarme cuando me caí. Al entrar noto que Cristoff decía la verdad con los carteles del equipo ya que había un montón de todos los jugadores en blanco y negro.
— ¡Alex! — vociferan a mi lado.
Era Wesly que vestía una polera del equipo y tenía pintado dos líneas negras en su rostro.
— ¿Por qué vas así? — pregunto.
— Porque acabo de entrenar y perdí una apuesta — me guiña un ojo.
Acto seguido se quita la polera para estar sólo con sus shorts del equipo. Su cuerpo escultural me estaba haciendo babear.
— Señor Tucker, no puede hacer eso dentro del edificio — la ruidosa asistente siempre metiendo su gran nariz.
Las personas estaban igual de sorprendidas que yo al ver su cuerpo, algunas chicas ya hasta se ponian de color carmesí por verlo. Wesly arregla su cabello y eso hace suspirar a más chicas.
— Mira esto podría ser tuyo Alex — se ríe por mi expresión.
— Paso — intento alejarme de todo ese espectáculo.
— Ven — me hace dar una vuelta brusca Tucker para mirarlo a los ojos.
Por un momento veo a las dos castañas y a todos alrededor de nosotros observar atentos a cada movimiento que hacíamos, ya estaban hasta sacando fotos.
— No Tucker — me doy la vuelta de manera brusca, entonces lo veo.
Había un gran póster en blanco y negro de mí en ropa interior con las letras de "Hazlo por el equipo".
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Alex: el nombre de la mala suerte/ Completa
Teen FictionAlex podría ser el nombre menos llamativo que podrías imaginar, quizás mis padres esperaban que seamos tres hombres que cuidan la casa, no una chica que parece y se comporta como uno. Si quieres puedes decir que es la típica historia de chica super...