Me encontraba en un cubículo del baño sentada llorando, no podía soportar que ella estuviera aquí.
— ¿Alex? — la voz de Casey se escuchaba cerca.
— ¿Dónde rayos se pudo haber metido? — otra voz pregunta.
— Creo que no está aquí — sigue Casey.
— Yo creo que más tarde nos encontrará — dicta Dotie con autoridad.
Las dos castañas salen de los baños, me la había pasado absolutamente toda la mañana aquí, no quería que me vean en esta situación, era demasiado vergonzoso. Como era de esperarse en cualquier momento tenía que salir de aquí, tarde o temprano el conserje vendría a limpiar los baños y me echaría del lugar. Camino hasta mi siguiente clase que era química avanzada.
— Señorita Kidman — me mira por un momento el maestro — pase, tome asiento.
Él estaba inusualmente con buen humor, siempre que llegaba tarde me regañaba o me decía algo de manera sarcástica. Al entrar siento todas las miradas posadas en mí, sé que me tocaba con esos idiotas hoy, así que lo hago es ignorar su presencia. Me debo de ver fatal, ya que algunos frunce el ceño cuando me ven.
— Alex — Wesly voltea a verme con una sonrisa, cuando me ve frunce el ceño — ¿Estás bien?
Le enseño media sonrisa, pero va decayendo de a poco.
— Claro — me aclaro la garganta.
Sentía la mirada de Garrett puesta en mí, intentaba con todas mis fuerzas no mirarlo, pero me era imposible, mi mente volvía a repetir una y otra vez todo lo que me había pasado. Una vez acabada la clase, que se me había hecho eterna, estaba por salir del salón cuando siento como pasan su brazo por mis hombros.
— Tucker — de nuevo le enseño una sonrisa que no me llegaba a los ojos.
— Ven vamos te llevo a tomar algo — salimos del salón rápidamente.
— En realidad quiero estar sola — me estaba pasando de nuevo, cada vez que algo salía mal en mi vida me alejaba de las personas.
— Vamos Alex — Wesly no paraba de mirarme con esos ojos tan azules como océano.
— Me tengo que ir — intento alejarme de él, pero se me dificulta ya que alguien jala de mi mano.
Cuando volteo me encuentro a Hale con una de esas sonrisas tan arrebatadoras que casi hacía detener mi corazón.
— Alexis — ¿Desde cuándo dejé de ser Alex para él? Él más que todos sabía que no me gustaba mi nombre completo.
— ¿Qué se te ofrece Hale? — respondo de manera sarcástica.
— Necesitamos hablar — me suplicaba con la mirada.
— No tenemos que hablar de nada — blanqueo los ojos.
Me alejo de inmediato de él, sentía las lágrimas acumularse.
— ¡Alex! — me llama.
Camino aún más rápido a la parada del autobús, cuando llegaba rogaba en mi mente que por favor ya pasase. Una motocicleta se posa frente a mí.
— Alexis por favor — me suplicaba.
— ¡¿Qué quieres Garrett?! — le grito en plena parada.
— Sólo acompañame — extiende su mano — por favor.
Me mira por un momento más, se da cuenta que no iría a ningún lado con él, se acerca hacia mi de manera cautelosa para después sentarse a una distancia prudente de mi.
— Sé que ella te ha hecho tanto daño que es una cosa muy difícil de perdonar — me mira esperando una respuesta que jamás llegará — pero tienes que entender que eso fue hace tantos años, que parece algo de niños si lo ves desde esa manera.
¿Una cosa de niños? Ella me ha hecho tanto, pero tanto daño. Miro con dolor a Garrett, entonces se me escapa una lágrima. Aún recuerdo cada maldito segundo que ella me dañó.
— Apartate — me mira con desprecio una chica que era notoriamente mucho más mayor que mí.
— Pero mirala — otra chica castaña me miraba con burla — esta es la niña que llora de todo, es la que siempre nos hace perder en los campeonatos.
— Es cierto — la rubia me mira con rabia — ésta basura siempre nos hace lo mismo, creo que es hora que hagamos algo para que deje de suceder eso.
En seguida me pega una cachetada, una lágrima recorría mi mejilla. Es seguida de otro y otro puñetazo.
— Basta por favor — les suplicaba. Ya para ese rato no sentía mi rostro.
— ¿Qué están haciendo? — un guardia de mi escuadra se me acerca corriendo.
Todas las chicas comienzan a reírse y a escaparse como si todo esto hubiera sido un chiste. Cuando llega el guardia, sentía que no podía ver y la cabeza me daba vueltas, antes de impactarme con el duro y frío suelo unos brazos llegan a socorrerme, es entonces que todo se pone negro.
Vuelvo de nuevo a la realidad y me encuentro a Garrett que me miraba aún con pena. El autobús ya estaba por llegar así que me levanto y espero parada hasta que llegue. Decirle algo más a Hale es para que no lo tome en serio, no puedo creer después de todo lo que pasé, mejor dicho pasamos, se le olvidó como si nada y después dice que fue algo de niños. Cuando me voy alejando en el autobús otro recuerdo llega a mi mente.
— Alexis, marrana, escoria ¿Cuál te gusta más? — me pregunta la linda rubia que tenía un arma entre sus manos.
Estábamos en la zona para practicar con muñecos, ella me miraba con una sonrisa falsa y forzada.
— Mira — trae un muñeco de práctica y lo pone frente a mí — esto te va a pasar si vuelves a fallar — es entonces que le da un tiro en la cabeza al muñeco y este cae al suelo por el impacto.
— Es cierto — continúa ella aún con una sonrisa más grande — es lo mismo que le paso a tu mami — lo peor de todo es que se carcajeaba en mi cara como si fuera lo más divertido del mundo.
— ¡Cállate! — le grito llena de furia y con las lágrimas acumulandose en mis ojos.
— Ya vas a llorar — me mira con pena — niña eso ya pasó, supéralo — me golpea en la frente con su palma de su mano y se va del lugar.
Sé que dicen que no debemos de guardar rencor pero me es muy difícil, ella me había hecho la vida miserable y ponía a todos en mi contra. Eso es algo que jamás voy a poder superar.
...
Garrett y Morgan
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Alex: el nombre de la mala suerte/ Completa
Teen FictionAlex podría ser el nombre menos llamativo que podrías imaginar, quizás mis padres esperaban que seamos tres hombres que cuidan la casa, no una chica que parece y se comporta como uno. Si quieres puedes decir que es la típica historia de chica super...