Capítulo 1

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POV RICK

La beso con fuerza, con todas las ganas del mundo. La llevo contra la cama y la dejo caer sin dejar de mirarla. La veo sonreír mientras se muerde el labio sabiendo lo que me causa ese gesto. Me quito la ropa mientras no dejo de mirarla y me tumbo sobre ella haciéndola reír. La acaricio todo su cuerpo sintiendo como mi erección saltaba de emoción al poder sentir su cuerpo.

Quito las ultimas partes de ropa que tengo en mi camino y vuelvo a besarla con ansia. Volví a besarla a torturar su boca con la mía dejando pequeños mordiscos en sus labios, esos labios que no podía tener cerca sin querer besarlos. Empecé a impacientarme con sus caricias aunque intente que no lo notara e intente hacer que ella también se impacientara mientras atacaba su cuello. Pero de repente, sin poder entender que había pasado estábamos en la posición contraria. Nos había dado la vuelta y ahora estaba con una sonrisa sobre mi estómago y trague saliva para intentar mantener la cabeza fría por la visión que tenía delante.

Se acercó hasta mí y empezó a besarme con devoción con pasión, bajo sus labios hasta mi cuello y de ahí justo detrás de la oreja mordiéndola y casi pierdo el control, sentí como me cogía las manos y me las colocaba encima de la cabeza pero me daba igual yo solo podía sentir sus labios en mi cuello. Empezó a bajar de nuevo por mi pecho desnudo jugando con mis pezones y dios necesitaba tocarla, pero cuando quise hacerlo me di cuenta de que me había atado a la cama con la camiseta. Solté un fuerte gemido por la frustración pero la deje hacer, esto era lo que me volvía loco cuando estaba con ella, que nunca sabía lo que iba a pasar.

Siguió bajando con sus labios por mi torso desnudo y empecé a sentir un hormigueo por todo el cuerpo que terminaba en mi entrepierna, aquella que estaba a punto de explotar. La miro y puedo ver una sonrisa en su cara y de repente empezó a subir y bajar por mi longitud volviéndome loco, pero lo peor estaba aún por llegar, de repente bajo su boca sobre mi erección y empezó a chuparla metiéndose completamente dentro de su boca, y provocándome con la mirada estaba a punto de estallar pero se sentía tan bien, lo peor era no poder tocarla. Volvió a metérsela en la boca muy, muy profundo y con sus manos mientras tantos jugaba con mis testículos estimulándolos y volviéndome loco.

Siguió con una gran ritmo hasta que ya no podía más, si seguía así íbamos a acabar la noche mucho antes de lo que quería así que tire como pude de ella haciendo que se sentara sobre mi estómago.

Empezamos a besarnos y ella no dejaba de acariciarme volviendo loco de repente cogió mi erección de nuevo subiendo su mano arriba y abajo un par de veces y separando sus braguitas aún puesta, y sin quitársela junto nuestros sexos dejándose caer sobre mi erección, enorme erección. Empezó a moverse arriba y abajo y lo intercalaba con movimientos circulares, me estaba llevando al límite esto era excitante pero necesitaba tocarla sentir el temblor de su cuerpo y el calor que irradiaba. Necesitaba tocarla, pero el no poder hacerlo estaba haciendo que todo la pasión, el deseo que sentía en estos momentos se multiplicara por cien, por eso era adicto al sexo con ella, no podía evitarlo por momento como este.

-Suéltame por favor, necesito tocarte-termino rogando porque no aguanto ni un segundo más sin hacerlo.

Se quedó parada por un momento y bajo sus labios para unirlos a los míos mientras liberabas mis manos. Y cuanto las sentí libre fui directo a tocarla a sentir su piel caliente sobre mis dedos. Me incorporé quedando sentado, nuestras frentes juntas, hasta que baje mi cara para chupar uno de sus pezones, haciéndola estremecerse. Volví a penetrarla esta vez de forma fuerte haciéndola que soltara un gemido y empezamos a movernos ambos, chocando nuestros cuerpo calientes y sudorosos, buscando la liberación. El cambio de postura hizo que la penetración fuera más profunda dándonos más placer a ambos, nos besábamos sin descanso y sin sentido. Empecé a sentir como mi liberación se acercaba así quise acelerar el suyo metiendo mi mano entre nuestros dos cuerpos unidos y apartándose su pequeño tanga aún puesto empezó a tocarle el clítoris haciéndola estallar en mil pedazos. Al sentir sus paredes contraerse atrapándome mi pene en su interior no pude controlarme más y me corrí en su interior.

Amistad, sexo y ¿Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora