IX

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"Noche tersa"

"Galletas y leche,

Para el mal rato"

Lo observó conducir con precaución por las oscuras calles de Berlín, Alemania, con el ceño fruncido y las manos sosteniendo con fuerza el volante del auto; era como si se aferrara a algo para evitar dar la vuelta y regresar a la fiesta.

Levi pudo adivinar que lo que Eren buscaba no era exactamente bailar y divertirse.

Estaba algo desanimado y con la cabeza cicatrizándose, por suerte el golpe que había recibido en la sien no lo había noqueado o algo peor; porque entonces sí, hubiera estado seguro de una cosa: Erwin no hubiera contado con tanta suerte.

Eren flotaba en cólera cuando bajo del automóvil, y si no hubiera sido porque Levi decidió enfrentarlo para desvanecer problemas futuros, estaba seguro de que el rubio ahora mismo estaría de camino al hospital, y Eren probablemente estaría hablando con sus abogados.

-¿Tienes hambre?- Pregunto el moreno con la voz plana- La cocinera ya se ha ido a casa, pero puedo prepararte algo sencillo si es que tienes hambre- concluyó después de presionar el botón del control, que le permitía la entrada a su bien protegida casa.

Levi lo miro, en ocasiones su corazón no podía evitar palpitar con fuerza cuando su sugar se comportaba de tan dulce manera frente a él, y lo que mas le descolocaba, era el hecho de que Eren ni siquiera se enteraba de lo rápido que palpitaba su corazón a causa de esas simples, pero cálidas palabras.

Levi negó, después de mantenerse absorto en su pensamiento.

-¿Seguro?- inquirió el piloto.

-Seguro- afirmo sonriente. Pausó un segundo su voz, maquilando en su interior la frase correcta para volver a orbitar a su queridísimo daddy. Quería volver a ver el brillo pícaro que relucía en ese par de joyas verdes que Eren lucia como ojos- ¿Y tú, daddy? – pregunto sereno, pero sin retirar su tono de voz sugerente y liviano.

Eren lo miró. Sus manos maniobraban el volante del carro, intentando estacionarlo correctamente en la cochera de la casa.

Alzó una ceja, sabía por donde iba esa pregunta, pero no le quitaría la iniciativa a su pequeño bebé, sobre todo cuando conocía el final.

-¿Yo qué?

El auto se encontraba dentro de la cochera, pero ambos se mantenían en su interior, sin presentar intenciones de salir.

-¿Tienes hambre?- puchereo inocente el menor.

-Un poco, si- contesto con la voz grave y expectante.

Levi acaricio un poco su cuello, palpando su nuca con descaro; ante Eren, pareció una gacela mostrándole la yugular a su cazador. Se relamió los labios y sonrió con suspicacia.

-Si quieres, puedo prepararte algo rico- su voz sugestiva y la mirada intensa que le obsequio al moreno

Eren observo como el menor se restregaba contra el asiento del copiloto, buscando su atención. Las manos le sudaron aun sobre el bolate, estaba seguro que estaba igual de ansiosas de estar sobre el terso cuerpo de Levi.

-Me pregunto: ¿Qué clase de platillos eres capaz de proporcionarme? – Inquirió sin apartar la mirada- recuerda que soy de paladar fino.

Levi sonrió travieso. A pesar de que estaba algo mareado por el alcohol y el golpe, estaba dispuesto a hacerle olvidar el mal rato a Eren; aunque Levi sabía bien que, lo que estaba a punto de hacer era por puro egoísmo.

-Tenía pensado hacer un poco de repostería- comento con la voz en un suspiro- pero está claro que para eso, necesito leche...daddy

La cara de Eren se descompuso en cuanto observo como la mirada del francés se afilaba.

Sugar daddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora