Una semana, la semana mas helada del año, y no precisamente porque hiciera frío; es decir, Alemania ya era lo suficientemente helado como para dejarte pegado a la banqueta y permanecías mucho tiempo parado en el mismo lugar. Sin embargo esta vez había una enorme diferencia, una que le prensaba el corazón y le hacía respirara profundo en busca de la familiar ligereza y tranquilidad, pero ese bienestar nunca llegaba sin importar cuantas veces respirara hundo, sin importar el whisky y el café...¿qué podía decir sobre el café?
La frialdad que rodeaba la soledad era tan abrasiva y difícil de sobrellevar, se sentía congelado en un mar de penas. Al anochecer era cuando la soledad se hacía mas latente, y el filo del silencio lo acechaba sin pena alguna. Mientras cubría su rostro con ambas manos,para después soltar un par de maldiciones frente a un portaretratos roto, sus orbes se perdían entre los vidrios rotos del adorno. Ya no había cabida para la luz dentro de el, ya no sonreía radiantemente como muchos lo recordaban, y por alguna razón el cielo parecía desolado, así como se sentía el.
El paisaje tras su ventana se mantenía estático, así con encontraba el motivo por el cual lo observaba diariamente. Muchas veces esperando ver llegar a la única persona que siempre le sonreía sin importar el tiempo que hiciera, le llevaba desayunos veganos y jugos verdes, de esos que no le gustaban pero igual los bebía porque le gustaba ver el sonriente rostro de Levi. Tanta satisfacción en ese pequeño rostro, la expresión mas hermosa de felicidad, y todo porque simplemente bebía aquello tan desabrido y vede.
-Eren-. Llamaron tras de el.
-Olvidaste llamar- recalco- Casi muero.
-Mentiroso-. Concluyó la asiática tras el escritorio.
-No, realmente me asustaste- comentó con la mano derecha sobre su pecho, sintiendo como su corazón casi se salia de su pecho.
-No me refería a eso.
-Entonces no se de que hablas.
-Creo que si me entiendes pero la terquedad es un traje que no has podido dejar de vestir desde hace mas de tres semanas.
Eren volvió a mirar por la ventana con el nudo que últimamente no hacia nada mas que apretarse mas en su garganta. ¿Por qué no podía aceptar que lo extrañaba? que desde que lo dejó aquella vez en la entrada del edificio su corazón se estrujo con fuerza, incluso el dolor de su accidente estaba borroso. Estaba roto y el conocía sus heridas, sabía sufrir en silencio mientras su corazón sanaba despacio, pero no por eso significaba que no sintiera agonía. Hacia semanas que ya nada le traía gracia, y las juntas de trabajo comenzaban a parecerle tan tediosas e innecesarias; sin embargo no planeaba plegarse tan pronto, aún deseaba creer que era su derecho sufrir por su traición, sentirse miserable por la ruptura, por aquella acción tan desagradable y a sabiendas de dolo.
Sus labios se fruncieron en una linea recta de incomodidad.
-¿Conoces lo que es el dolo?-. Preguntó sin apartar la mirada del cristal de la ventana, en donde el frÍo se hacía evidente por los pequeños copos de nieve en su superficie.
-Claro.
-A veces pienso en todo esto como algo planeado- contó sentido- y que realmente el ya conocía la continuación de todo esto...
-¿Dices que Levi realizo todo con intenciones de lastimarte?
Eren asintio sin moverse de su posición.
-Que absurdo. Levi también resiente lo ocurrido- contestó- le duele igual o incluso mas que a ti- Sus ojos se quedaron fijos en la espalda del chico, quien solo se tense ante las firmes palabras. Realmente no sabia la razón de porque se sentía en la necesidad de decir todo eso, solo lo hacía por inercia, porque las palabras se arrastraban sin permiso por su garganta.
Mikasa suspiro cansada, ella jamás planeo ayudar a alguien que no fuese Eren, al menos no por voluntad propia Sin embargo la sensación que sentía cuando lo hacía era la misma en esta ocasión; todo estaba conectado y esto solo agravaba la sensación de querer socorrer al moreno.
Un silencio enorme golpeo el lugar , Eren volteo con la mirada desconcertada, se sentía demasiado tenso y preocupado,como si sus temores salieran de el a jugar con su poca cordura y tranquilidad.
En sus adentros solo quería saber ¿ a caso Mikasa conocía la página faltante? Estaba aterrorizado, no soportaba la idea de no conocer toda la historia, cada versión y autor. Quizá había mas, y eso le quemaba el alma, sentía como su sentir comenzaba a alarmarse porque el conocía su propio hielo, sabía lo hiriente que había sido su actitud el último día que observo los acuosos ojos del francés.
-¿Tu...?- la pregunta se quedo suspendida en el aire, ardiendo en el frío del silencio.
-No- contestó tajante.
Eren la miro con un dolor instalado en el rostro, en ese momento ella pudo observar como la esperanza volvía a morir dentro de el.
-Es decir, solo lo intuyo. Cuando fui a llevar los boletos de avión el lucía tan...mal- respondió sin encontrar otra palabra que no sonara tan mal en su oración- incluso me pregunto por ti.
-¿ Lo hizo?- murmuro con dolor en su voz. La aflicción era tangible en su aura.
Mikasa solo asintió lentamente. Sin embargo no estaba seguro del todo, aún había tanto hilos sueltos, tanto que juntar, tanto que conocer y ninguna fuente de donde sacar todo.
-¿Por qué no simplemente dejas de ser un idiota dañado y sales a hablar con el? Es decir, estoy harta de limpiar toda tu mierda últimamente. No estoy preparada para verte caer al vació sin siquiera tener la oportunidad de intervenir, ambos sabemos que de ninguna forma me dejarías tomar ese lugar al que tanto deseas mantener unido a Levi, aún y a pesar de todos los años, el tiempo y el esfuerzo que he invertido en ti.
Eren la miro sorprendido.
-Yo no puedo tomar su lugar, aún y si te portas de esta forma, como si dependieras de mi para todo. No soy un remplazo. Siempre creí que ya no me importabas del todo, pero ya ves que los malos hábitos nunca mueren, así que aquí me tienes siguiéndote a todos lados solo para asegurarme de que no te arrojes por la ventana.
Eren sintió un tirón en su interior, como si una venda cayera al suelo y le permitiera ver tiempo atrás.
-Mikasa...
-A partir de ahora ya no trabajare mas para ti- continuo con la mirada dura, pero con algo en su interior crujiendo de dolor- También prometo dejar de amarte a partir de ahora, y está vez si es en serio... Así que mueve tu trasero y ve a verlo.
-¡Espera Mikasa!- llamo anonadado y con una gran peso en su pecho- ¿A donde vas?
- A casa...- contesto mientras se detenía en el marco de la puerta de la oficina- necesito hablar desayunar algo. Me di la tarea de conseguirte un viaje redondo a Francia, está en el segundo cajón de tu escritorio. Dio un paso al frente y después de inhalar hondo se marcho de ahí.
Al salir del edificio estaba llorando en silencio...ya no había nadie a quien aferrarse.
-¡Mikasa!- grito Eren tras ella, la chica detuvo su andar con el rostro frío y las diminutas lagrimas destellando en su rostro.
-¡No lo arruines de nuevo!- le respondió finalmente para volver a caminar hacia su auto.
Eren jamas la había visto así, sin embrago no dijo nada más y la dejo ir. Ahora tenía que pensar en que decisión tomar.
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Sugar daddy
FanfictionSiempre viendo la espalda de ese alto y elegante hombre de negocios, el mismo que le devoraba los labios cada noche, el mismo que podía derretirle el corazón con sus detalles. Eren era aquél hombre que soñó desde siempre, sin embargo los besos lleva...