XVI

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XVI

Por ti

Iba con el cuerpo apretujado en la puerta del automóvil, con la frente recargad en el vidrio y con las manos hechas nudo sobre su regazo. Tenía el alma deshecha en miedos y malas predicciones, tan solo esperaba lo peor en aquel horrible momento, porque la realidad era que solamente deseaba salir huyendo del carro, aun y si este se encontraba en movimiento a ochenta kilómetros por hora, eso no le importaba en absoluto, lo único que lo mantenía atado a ese asiento era Eren.

Erwin lo miraba de reojo con una sonrisa bobalicona en el rostro, triunfante de observar el despedazado semblante de Levi retorcerse sobre su lugar.

-Tranquila gatita- susurro con veneno en los labios y los ojos inundados en oscuridad- ya casi llegamos a tu "lecho de rosas"- rió complacido al observar la piel erizársele al azabache, como si de un felino se tratara.

Levi sintió el asco alojarse en su garganta y estómago, toda esa repulsión le comenzaba a escalar por la suave espalda hasta erizarle los bellos de la nuca, todo eso en un micro segundo. Tiempo récord, pensó.

El auto aparco frente a un motel de mala muerte, uno de esos lugares en los que los trailero aventaban a las zorras callejeras para cogérselas sin preocupaciones, no pudo evitar pensar en ese momento que el era la zorra, la zorra de Erwin...

-Bájate- ordeno bravo después de aparcar y abrirle la puerta al francés.

Levi palideció aún más de lo que su piel era comúnmente, y con su mano acariciando el brazo contrario decidió bajar con la cabeza baja y la mirada borrosa en próximas lágrimas. No podía hablar, apenas sentía como el aire entraba y salía de sus pulmones de forma automática. Estaba seguro de que no quería lo que le esperaba una vez entrara junto al asqueroso de Erwin a la habitación, lo sabía con certeza desde que acepto subirse al auto, pero no había marcha atrás, y menos cuando estaba en juego la seguridad e imagen de la persona que amaba, la misma persona que probablemente no compartía el sentimiento.

-Listo hermosura, es hora de entrar- llamo Smith en cuanto uno de los que atendían en la recepción le entregara la llave de la habitación.

¿Cuándo había sucedido? No lo sabía, ni siquiera había notado cuando sus piernas avanzaron hasta la recepción, lo más seguro era que su mente se había ocupado en pensar plenamente en el miedo que le infundía estar en ese situación tan deplorable.

Mientras caminaba tras la espalda del rubio más alto, su mente viajo tranquilamente a su hogar, junto a su madre, al día en que por primera vez la observo llorar sobre la mesa de la pequeña cocina. Levi recordaba tener 8 años, y su madre lloraba en silencio con la cara enrojecida y los ojos hinchados de tanto llorar, su voz comenzaba a menguar, y lo único que Levi pudo divisar desde el filo de a puerta fue un pedazo de papel escrito con una pésima caligrafía; tiempo después, cuando cumplió los 17 años comprendió que el pape con pésima letra había sido un carta que el mismo le había escrito a Papá Noel donde ponía que su deseo de navidad era poder tener dinero para que su mamá le pudiera pagar unos cursos de arte.

Una lagrima acaricio su mejilla, no entendía que caso tenía recordar eso en tales circunstancias.

"Yo haré lo que sea por ti, mi amor" O al menos esas habían sido las palabras de su madre cunado un día llego sonriente a decirle que después de tanto podía ir a esas costosas y deseadas clases de arte que tanto pedía el pequeño Levi de 8 años.

Comprendió que era probable que aquel sentimiento que había tenido su madre, era el mismo que estaba naciendo en su pecho ahora mismo. Se sentía tan capaz de sacrificase por proteger a quien más amaba, por cuidar a Eren Jaeger.

Sugar daddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora