XXI

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"No es culpa, no, de tu beldad divina, 

culpa es del infortunio que ha robado

la ilusión deliciosa al pecho mío"

-Alberto Lista. 


Realmente no estaba preparado para aceptar los errores que parecía había cometido, es decir, no es sencillo caminar al futuro con el pensamiento de que era muy posible que todo lo que habías construido en tu mente respecto a una situación en especifico, no era lo que realmente parecía. Era decadente su situación mental actual, de cualquier manera ya no podía ponerlo a  discusión mas tiempo y el lo sabía a la perfección. 

Las llaves del auto sonaron en el bolso derecho de su saco. Se sentía extraño conducir a casa después de todo lo que había sucedido con Mikasa en la oficina y todo esos gritos en el estacionamiento, había sido demasiada adrenalina para un periodo tan corto de tiempo, Y como no iba a serlo si es que de alguna manera había sido un poco siego en cuanto a los sentimientos de la asiática, porque no podía ser un idiota y decir que jamás lo había notado, pero si que creyó que solo había sido un ridículo enamoramiento de una quinceañera,  y no esperaba que esos sentimientos aun prevalecieran en su edad adulta.  

El auto se detuvo justo frente a la verja de la casa, ni siquiera le importo meter el auto al garaje. Sus zapatos sonaban contra el suelo helado de la banqueta, y con toda y la maraña de pensamiento se dispuso a entrar a su casa. Eren no esperaba encontrara respuestas tan pronto a todo lo que tenía en mente, pero si había algo o alguien a quien si quería encontrara...era a Levi.  Entró a su oficina evitando a todos los del servicio, ni siquiera se molesto en saludar como siempre lo hacia, quería acabar con todo tan pronto fuera posible. El vuelo a París era en unos cuantos días, pero el no tenia la paciencia y la cabeza para esperar , Eren era un hombre impaciente y aunque era bastante desidioso, no podía soportar no conocer la verdad. En la oficina estaba la luz encendida los muebles impecables, eso le creo satisfacción porque Levi solía revisar que todo estuviera  a la perfección dentro de la casa , sin embargo no pudo evitar pensar en que estaba perdiendo tiempo ahí parado observando los muebles pensando en unos cuantos ayeres. 

la página web del aeropuerto estaba cargando demasiado lento, o quizá el estaba demasiado acelerado y con el pulso aritmétic. Una vez todo se mostró completamente  solo puedo suspirar frustrado, parecía que los vuelos estaban siendo cancelados por el mal clima, y para terminar de joderle la vida ya no había espacio en primera clase. Aspiro molesto, no sabía en que estaba pensando, es decir, había pocos vuelos por el mal clima, no habia espacio en clase alta o VIP y estaba mega seguro de que ni siquiera era la aerolínea que le gustaba. Estaba loco. 

Corrió a su habitación, su mente intentaba terminar de conectar las maletas con su memoria y era frustrante porque no podía ser que una persona no recordará en donde estaban las cosas de su casa. 

-Las maletas, las maletas- repetía una y otra vez en vos intermedia con la esperanza de que un destello de luz divina le proyectara el lugar en el que estaban, pero ese destello del cielo jamas se presentó- ¿¡Alguien en está casa podría decirme en dónde carajos están las maletas!?-. En cuanto su voz se alzo en un millón de decibles el movimiento por parte del servicio se noto enseguida.

 Una de las jóvenes que trabajaban en la limpieza de la casa, se acerco a el con cuatro maletas diferentes, mientras que otra chica corría tras de ella con otras cuantas. Eren las observo quieto en su lugar, con el ceño ligeramente fruncido.

- Aquí hay algunas señor, si desea puedo buscar otras más- le respondió amablemente y con la voz un poco airada. Eren negó, solo observó las maletas y tomó una al azar, ni siquiera le importaba el tamaño o el color o lo que fuera que pudiera describir a una maleta, solo quería meter un montón de ropa en ella para poder salir corriendo al aeropuerto. En cuanto cogió la maleta se encamino a su habitación, mal susurro un "gracias" antes de girar la perilla de la puerta. El no era grosero con su servidumbre, de echo le querían bien en casa, pero en ese momento se hallaba con el grito en el cielo y eso se podía notar a kilómetros. 

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⏰ Última actualización: Sep 27, 2020 ⏰

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