Entrelazo mis dedos una y otra vez, intentando sentirme cómoda y en un vano intento de disminuir los nervios que me visitan a cada instante. Tengo la mirada fija en la mesa, pues el miedo acompaña a mi visitante en esta cita.
¿Es una cita? Cómo saberlo.
Nicolás había significado todo para mí en un momento, su felicidad y bienestar me hacían sentir plena y poder compartir bellos momentos con él y mi familia me llenaban de dicha.
No obstante, como en una serie cancelada por poco público, los problemas iniciaron y muchas situaciones quedaron inconclusas. Me siento como en un especial, donde brindan teorías sobre cómo podría haber finalizado la historia pero no por ello implica una continuación, una segunda y tercera temporada.
-¿Todo en orden?
Me obligo a mirarlo y a dedicarle una sonrisa, los sentimientos me atacan y no sé cuál ganará la batalla. Espero no lucir como una demente en este momento.
-Como siempre.
Sus labios esbozan una sonrisa y toma asiento frente a mí, junto a la mochila que minutos antes dejó para ir al baño.
En tanto vino a mi encuentro luego de la conferencia, supe que quería pasar el resto del día con él para poder saber de su vida, con todo lo que ello implica. Sin embargo, no imaginé que en el momento en que se fuera de mi lado la más profunda sensación de incertidumbre llegaría a mí.
-¿Ya pediste?
-Nadie ha venido aún -explico-. Además no sé que te gusta ahora.
Me encojo de hombros, sintiéndome como una niña bajo la mirada de un adulto.
-Café cortado con medialunas, Lucy. Nada en mí ha cambiado.
Niego con la cabeza.
-Todo en ti ha cambiado y no sé cómo reaccionar.
Su mano traza un camino hacia la mía y la toma con fuerza, para luego darle un apretón cargado de afecto.
-Sólo he salido de un vecindario de mala muerte y he puesto mis asuntos en orden, lo que debería haber hecho hace mucho tiempo -explica con una sonrisa que despierta nostalgia en mí-. Sigo siendo el mismo.
No puedo evitar recordar nuestro primer encuentro, el primer texto que me envió, nuestra primera cita y nuestro primer beso. Nicolás no fue el primer chico en llegar a mi vida pero estuve segura en el momento en que me permití quererle que ansiaba que fuera el último.
-¿Pudiste ordenar tus asuntos?
Asiente con la cabeza, aún tiene su mano sobre la mía.
-¿Cómo se encuentra Bri? ¿Tu madre?
-¿Te molestaría que hablemos de ello luego? Quiero saber todo de ti, por el momento.
Siento mis mejillas arder, extrañaba con locura tal sensación. Extrañaba, a decir verdad, todo los sentimientos que él pudiera provocar en mí.
-No he hecho mucho, ¿sabes?
-Deja la modestia, Lucy -sonríe de lado y me siento corresponder el gesto-. Nadie te cree, has hecho grandes cosas como siempre supe que harías.
-Creo que exageras, Nico. Sólo seguí mi camino.
Lleva mi mano a sus labios y presiona un beso contra mi piel. Siento arder la zona y deseo que la sensación nunca llegue a su fin.
-Me alegra saber que tu camino se ha vuelto a encontrar con el mío.
-Espero que sigan unidos por mucho tiempo.
Me enseña una sonrisa completa y creo que mi corazón se ha detenido por unos segundos.
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Hola, bellezas. Finalmente me he hecho un tiempo para escribir este capítulo. Sé que no es muy largo pero me gusta cómo fluye, espero subir pronto la continuación.
Espero que tengan un bello día y recuerden que si me extrañan, pueden encontrar otras historias mías en mi perfil.
Hasta la próxima ❤
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Mala suerte, Lucy
Teen FictionÉl es un mal estudiante. Ella es el mejor puntaje de la clase. Él es descuidado. Ella es organizada. Él no sabe dónde tiene la cabeza. Ella tiene cada paso planeado. Él cursa primer año por segunda vez. Ella está a punto de terminar el primer año. É...