Nicolás
La distancia era algo que me mataba lentamente, estaba acostumbrado a la indiferencia y al olvido pero no por parte de Lucía. Su distancia me consumía y no me dejaba dormir por las noches, pensando en mil razones para que decidiera no verme.
Sin embargo, la razón no era algo que esperaba. Su padre estaba internado y pese a que ella no había dicho que yo era la causa, de alguna manera lo sospechaba. Él era un hombre agradable pero no por ello descuidaba a su hija y cualquier ser humano, incluso sin vida, se daría cuenta que no soy el indicado para Lucy, al menos no de momento.
Y odiaba no poder serlo.
No obstante en el momento en que me pidió que la fuera a ver al hospital, donde su padre se encontraba ingresado, cancelé mis planes y atravesé la ciudad tan rápido como mi motocicleta me lo permitía.
Y allí estaba, medio sentada, medio recostada sobre un incómodo sofá individual con los ojos cerrados y tomando con fuerza la mano de su madre.
No era el indicado para ella pero me aseguraría que cada segundo de su vida a mi lado valiera la pena.
ꟷLucy...
Sus ojos se abrieron y con lentitud dirigió su cabeza hacia mí. Sus labios formaron una temblorosa sonrisa y fue todo lo que necesité para acortar la distancia entre nosotros. La abracé con fuerza reuniendo mis partes rotas y las suyas también.
ꟷ¿Cómo te encuentras?
ꟷShhh... -pidió en un susurro-. Sólo abrázame.
Asentí y seguí su orden, aliviado por ser de utilidad para ella.
Sabía que no podía darle mucho pero si de mí dependía, le daría todo mi amor.
Pasé la mañana junto a ella y su madre, quien a pesar de estar sufriendo lucía fuerte y segura. Su esposo había perdido su trabajo, había tenido un infarto y probablemente tendría muchos más problemas pero su mano no temblaba de miedo. Esa mujer tenía su vida solucionada y la admiraba por ello.
ꟷ¿Nico?
Levanté la cabeza de mi móvil, donde jugaba al solitario, y la dirigí hacia mi novia. Sus ojos estaban aguados pero una sonrisa adornaba su rostro.
ꟷPapá quiere hablar contigo, si no te molesta.
ꟷClaro que no.
Me moría de nervios pero no podía negarme, después de todo si las cosas seguían saliendo bien, sería mi suegro. Bueno, ya lo era pero no legalmente.
Entre con cuidado a la habitación, temiendo lo peor. El hombre se encontraba postrado en una cama pero eso no le impedía lastimarme, las palabras duelen más que los golpes.
ꟷBuen día –saludé con timidez.
ꟷAnda, muchacho, siéntate.
Asentí y tomé asiento junto a él en un banco bastante incómodo para el trasero de cualquiera.
ꟷ¿Quería hablar conmigo?
Fue su turno de asentir.
ꟷQuería hacerte saber que apruebo tu relación con mi hija y que si ella te ha elegido es por algo. Sé que tu condición económica no es la mejor –sentí un nudo en mi garganta debido al miedo y a la emoción. Me aceptaba pero no del todo- y aprecio que trabajes para mejorarla, más aún aprecio que estudies.
ꟷGracias, señor.
Estaba esperando un pero que no tardó en llegar.
ꟷPero, por favor prométeme, que si tienes certeza de que tu vida se complicará y no podrás seguir brindándole a mi hija alegría con tu simple presencia –sus ojos se posaron en los míos y mi corazón se estrujó-, romperás tu relación con ella. No quiero que sufra y tampoco quiero que tú lo hagas.
ꟷGracias, señor.
ꟷPrométemelo.
Tragué con fuerza sabiendo que lo correcto era alejarme de Lucía si las cosas se complicaban, incluso sin que su padre me lo pidiera.
ꟷLo prometo.
ꟷGracias.
Asentí, sin palabras para emitir.
ꟷAhora hazme un favor y enciende la televisión, estoy harto del silencio.
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Buenas, gente linda. Tengo una mala noticia: falta poco para que termine la historia. Me gustaría saber, al momento de leer el prólogo, si les gustaría una segunda parte cortita o bien escenas extras.
Gracias por la espera, que tengan un bello día.
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Mala suerte, Lucy
Teen FictionÉl es un mal estudiante. Ella es el mejor puntaje de la clase. Él es descuidado. Ella es organizada. Él no sabe dónde tiene la cabeza. Ella tiene cada paso planeado. Él cursa primer año por segunda vez. Ella está a punto de terminar el primer año. É...